Más de 100 figuras públicas consideran que la designación de Mendoza es una “afrenta a la dignidad del país” debido a sus comentarios ofensivos hacia mujeres y menores de edad.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
La reciente designación de Daniel Mendoza como embajador de Colombia en Tailandia ha generado una oleada de críticas por parte de diferentes sectores del país. Más de 100 personalidades, incluyendo figuras destacadas de la política, el activismo y la diplomacia, enviaron una carta al canciller Luis Gilberto Murillo para expresar su desacuerdo con el nombramiento. En la misiva, argumentaron que esta designación constituye una “afrenta a la dignidad del país” y que Mendoza ha emitido comentarios que consideran ofensivos hacia las mujeres y los menores de edad.
Daniel Mendoza es conocido principalmente por su trabajo en la serie documental Matarife, donde denunció presuntos vínculos entre el expresidente Álvaro Uribe y actividades ilegales. Sin embargo, su trayectoria también ha estado rodeada de controversias debido a publicaciones en redes sociales, calificadas por muchos como misóginas y promotoras de violencia de género. Estas publicaciones, según los críticos, contradicen los principios de respeto y equidad que debería representar un embajador colombiano.
Diversos actores públicos han cuestionado esta designación. En el ámbito diplomático, representantes y analistas señalaron que el nombramiento de Mendoza no es compatible con los valores que Colombia busca proyectar internacionalmente. Por su parte, organizaciones feministas expresaron que esta decisión mina los esfuerzos por erradicar la violencia de género y promover la igualdad, pilares fundamentales de la política exterior feminista que el Gobierno Nacional ha manifestado apoyar.
En el ámbito político, congresistas y líderes de opinión han sumado su rechazo, señalando que el nombramiento envía un mensaje contradictorio sobre el compromiso del Gobierno con los derechos humanos. Algunos incluso plantearon la necesidad de debatir en el Congreso sobre los criterios utilizados para designar representantes diplomáticos y el impacto de estas decisiones en la imagen del país.
Por otro lado, Daniel Mendoza respondió a las críticas explicando que los mensajes cuestionados en redes sociales provienen de personajes de una obra literaria que publicó hace años, y no reflejan su postura personal. A pesar de esto, el debate en torno a su nombramiento no se ha apaciguado, ya que muchas personas consideran que el contexto y las responsabilidades de un cargo diplomático exigen un historial intachable y coherencia con los valores que se promueven desde el gobierno.
El presidente Gustavo Petro defendió públicamente la designación de Mendoza, argumentando que su trayectoria y lealtad al proyecto político del Gobierno justifican su nombramiento. Sin embargo, esta defensa ha sido vista por varios sectores como insuficiente, al no abordar las preocupaciones de fondo relacionadas con las publicaciones atribuidas a Mendoza.
El caso también ha puesto en el centro de la discusión la coherencia del Gobierno Nacional respecto a sus compromisos con la equidad de género. Aunque Colombia ha adoptado una política exterior feminista, decisiones como esta generan dudas sobre su implementación y real alcance. Activistas y analistas advirtieron que este tipo de nombramientos afectan la confianza de la ciudadanía en las instituciones y restan credibilidad a los esfuerzos por promover una sociedad más equitativa.
La polémica sigue abierta, y la solicitud de revisión de la designación por parte de más de 100 personalidades del país refleja una preocupación generalizada sobre los valores que Colombia proyecta a nivel internacional. La decisión de ratificar o reconsiderar el nombramiento de Daniel Mendoza será clave para el desarrollo de la política exterior colombiana y para el fortalecimiento del compromiso del Estado con los derechos humanos y la equidad de género.