La percepción de los líderes de opinión sobre la gestión ministerial en Colombia evidencia fortalezas en áreas clave y desafíos pendientes en otras. La evaluación revela opiniones divididas en temas de estadística, medio ambiente y equidad.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal.
En una reciente evaluación realizada por líderes de opinión en Colombia, se puntuó la gestión de los ministros y directores de departamentos administrativos del país en una escala de 1 a 100, donde 100 representa la mejor calificación posible. Los resultados ofrecen una perspectiva sobre la percepción pública de las actuaciones de los principales actores del gobierno en áreas clave, reflejando tanto aciertos como retos significativos en su gestión.
Resultados generales de la evaluación
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), bajo la dirección de Piedad Urdinola Contreras, lidera el ranking con una calificación de 59 sobre 100. Este puntaje, aunque no muy alto, se destaca en comparación con el resto de ministerios, lo que sugiere una percepción relativamente positiva de la gestión de la estadística pública en Colombia. La directora ha logrado mantener la confiabilidad de las estadísticas nacionales, esenciales para la toma de decisiones en el sector público y privado, pese a los desafíos en la implementación de censos y encuestas en áreas de difícil acceso y con limitaciones presupuestales.
Le sigue el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, liderado por María Susana Muhamad González, con una calificación de 57. Su gestión se ha centrado en políticas de protección ambiental, preservación de ecosistemas críticos y en responder al cambio climático. No obstante, ha enfrentado críticas por el desafío que representa equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental, especialmente en zonas afectadas por actividades extractivas.
En tercer lugar se encuentra el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), a cargo de Mauricio Lizcano Arango, quien obtuvo una calificación de 53. Este ministerio ha estado bajo la lupa en los últimos años, en especial por el reto de cerrar la brecha digital en las zonas rurales y avanzar en la conectividad en un país con grandes disparidades de acceso. Aunque la percepción de su gestión es regular, sigue existiendo preocupación por la falta de cobertura y el impacto de iniciativas de infraestructura digital en comunidades marginadas.
Las calificaciones más bajas
En el otro extremo del espectro, se encuentra el Ministerio de Igualdad y Equidad, encabezado por Francia Márquez, con una puntuación de 34, la más baja de todas. El Ministerio de Igualdad es una cartera nueva y su gestión ha sido objeto de críticas debido a la percepción de falta de claridad en sus políticas y a su capacidad para ejecutar los recursos en proyectos que verdaderamente impacten a las comunidades más vulnerables. La ministra Márquez ha recibido observaciones tanto por la forma en que se han comunicado las políticas del ministerio como por la dificultad para demostrar resultados en el corto plazo.
El Ministerio de Salud y Protección Social, bajo la dirección de Guillermo Alfonso Jaramillo, recibió una calificación de 38. La percepción negativa puede atribuirse en parte a la implementación de la reforma a la salud, un tema controvertido y divisivo que ha generado incertidumbre en cuanto a la sostenibilidad financiera del sistema de salud y la calidad de los servicios. Jaramillo ha insistido en la necesidad de reformas profundas, pero enfrenta críticas por la falta de consenso y la percepción de improvisación en su implementación.
Otra cartera que se encuentra en la parte baja de la tabla es el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, dirigido por Yesenia Olaya Requene, con un puntaje de 42. La baja calificación refleja la frustración de sectores académicos y científicos ante la falta de recursos y apoyo significativo para la investigación y el desarrollo. En un contexto global donde la innovación es clave, los expertos han cuestionado la capacidad del ministerio para promover una política sólida de ciencia y tecnología en el país.
Desafíos y expectativas
El Ministerio de Hacienda y Crédito Público, dirigido por Ricardo Bonilla González, alcanzó una puntuación de 51. Su gestión se ha visto influenciada por el contexto económico global y las políticas fiscales del gobierno. A pesar de las críticas por la alta carga tributaria y las reformas fiscales, el ministerio ha logrado mantener cierta estabilidad macroeconómica, aunque persisten dudas sobre su impacto a largo plazo en el crecimiento económico y en la reducción de la desigualdad.
Por su parte, el Ministerio de Defensa Nacional, con Iván Velásquez Gómez al frente, obtuvo una calificación de 46. Los temas de seguridad y orden público han sido objeto de intensas discusiones en la opinión pública, especialmente por la percepción de control territorial por parte de grupos armados ilegales en varias zonas del país. Aunque Velásquez ha promovido una visión integral de seguridad, con énfasis en los derechos humanos y la protección de la población civil, las dificultades para reducir los índices de violencia en ciertas regiones han impactado negativamente en su percepción pública.
Finalmente, el Ministerio del Trabajo, dirigido por Gloria Inés Ramírez Ríos, alcanzó un puntaje de 50. Su gestión ha estado marcada por la reforma laboral, que pretende mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, pero que también ha generado preocupación entre empresarios por los costos asociados. La ministra ha destacado la importancia de fortalecer los derechos laborales, pero la falta de consenso y el temor a una posible desaceleración económica han afectado la confianza en su liderazgo.
Perspectivas para el futuro
La evaluación realizada por los líderes de opinión refleja tanto los avances como las asignaturas pendientes de los ministerios y departamentos administrativos del gobierno colombiano. Las carteras con mejores calificaciones, aunque relativamente bajas, señalan áreas de gestión donde la percepción pública ha sido favorable, aunque persisten demandas de mejoras. Por otro lado, las carteras con calificaciones bajas evidencian desafíos estructurales y la necesidad de mayor claridad en sus objetivos y estrategias.
El Gobierno Nacional deberá considerar estas percepciones para ajustar sus políticas y mejorar la comunicación con la ciudadanía, especialmente en temas sensibles como la salud, la igualdad y la tecnología. La expectativa de los ciudadanos es que estos ministerios logren transformar estas críticas en oportunidades para innovar y mejorar la calidad de vida de los colombianos en los próximos años.
La evaluación ministerial revela una mezcla de satisfacción moderada y preocupación profunda en temas clave para el desarrollo del país. Mientras algunos ministros reciben el respaldo parcial de los líderes de opinión, otros enfrentan desafíos que requieren atención urgente.
