La Defensoría del Pueblo confirmó la liberación de seis personas que habían sido secuestradas por el ELN en Arauca, entre ellas Ricardo Ramos Rivera, firmante de paz con discapacidad auditiva, su esposa y su madre.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
La Defensoría del Pueblo de Colombia anunció la liberación de seis personas que habían sido secuestradas por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el departamento de Arauca. Entre los liberados se encuentra Ricardo Ramos Rivera, firmante del acuerdo de paz y persona con discapacidad auditiva, junto con su esposa y su madre.
El secuestro ocurrió el 6 de enero de 2025, cuando las víctimas fueron retenidas por miembros del ELN en una zona rural de Arauca. La Defensoría del Pueblo, en coordinación con la Iglesia Católica, facilitó las gestiones humanitarias que llevaron a la liberación de los secuestrados. La entidad reiteró su compromiso con la protección de los derechos humanos y su disposición para mediar en situaciones similares, haciendo un llamado a los grupos armados ilegales para que cesen estas prácticas y liberen a todas las personas que mantienen en su poder.
La liberación de Ramos Rivera, firmante del acuerdo de paz, resalta la vulnerabilidad de quienes han apostado por la reincorporación a la vida civil y la construcción de paz en Colombia. Su condición de persona con discapacidad auditiva añade una dimensión adicional a la gravedad de su secuestro, evidenciando la necesidad de fortalecer las medidas de protección para esta población.
El ELN, considerado el último grupo guerrillero activo en Colombia, ha intensificado sus actividades en regiones como Arauca, afectando a comunidades locales y obstaculizando los esfuerzos de paz en el país. La comunidad internacional y organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado su preocupación por la persistencia de estas acciones y han instado al ELN a comprometerse con un proceso de paz genuino.
La Defensoría del Pueblo enfatizó la importancia de respetar los derechos humanos y la dignidad de todas las personas, especialmente de aquellas que han decidido dejar las armas y contribuir a la construcción de una sociedad en paz. Asimismo, hizo un llamado a las autoridades para que refuercen las medidas de seguridad en las zonas afectadas por la presencia de grupos armados ilegales, garantizando la protección de la población civil y de quienes trabajan por la paz en Colombia.
La liberación de estas seis personas es un alivio para sus familias y comunidades, pero también un recordatorio de los desafíos que enfrenta Colombia en su camino hacia la paz y la reconciliación. Es fundamental que se continúen los esfuerzos para desmantelar las estructuras criminales que perpetúan la violencia y se promueva una cultura de respeto por la vida y los derechos humanos en todo el territorio nacional.