Deprimente este panorama internacional, caracterizado por el ascenso de la ultraderecha que no cree en la construcción de sociedades más equitativas ni en el cambio climático

Por; Felipe Solarte Nates
Mientras en el país, ante el bloqueo por la oposición en el Senado, de la mayoría de sus reformas propuestas, el declive de su administración con frecuente relevo en ministerios, escándalos de corrupción y escasa ejecución de su Plan de Desarrollo, el gobierno del presidente Petro se enfoca en consolidar el Frente Amplio para ganar las elecciones de 2026, buscando renovar el Congreso y ganar la Presidencia, aprovechando el papayazo que le dio la oposición, con el archivo inicial en la comisión séptima del Senado de la Reforma Laboral, que como caramelo distractor, semanas después fue resucitada antes de votar aceleradamente y negativamente la consulta popular; en el panorama internacional, contrasta el cinismo del presidente Trump, “regañando” a su homólogo de Sudáfrica, por supuesta persecución a los antiguos racistas blancos ‘afrikaners’, a un grupo de los cuales acogió como inmigrantes, cuando sin formula de juicio persigue, expulsa y paga por encarcelar en El Salvador a los indocumentados de piel canela y oscura, y a los mexicanos, a cuyos antepasados, a mediados del siglo XIX, les robaron casi la mitad de su antiguo territorio; a la vez que permite y suministra armas a Netanyahu para que, excusándose en la guerra contra los terroristas, continue el genocidio contra el pueblo de Gaza y la mayoría de mujeres y niños que desnutridos sobreviven a los bombardeos causantes de más de 52.000 muertes.
No bastaron llamados en la mayoría de países del mundo y de los papas Francisco I y su recién nombrado sucesor y paisano León XIV, para detener el exterminio de los sobrevivientes en Gaza, y no deja de aterrar el cinismo y descaro del presidente Trump, cuando recién posesionado humilló y acorraló al presidente Zelensky achacándole el ser causante de la ocupación rusa en Ucrania, y hace poco anunció la construcción de un balneario para superricos, al estilo de la “Riviera” francesa, cuando hayan terminado de expulsar a los nativos gazatíes y él y su familia ligada al sector inmobiliario, posiblemente sean de los principales accionistas de las torres y hoteles “Trump”, construidas y amalgamadas sobre la sangre y huesos de las víctimas de los bombardeos Israelíes.
Y no deja de aterrarnos el cinismo y la prostitución que desde que se posesionó Trump rigen las relaciones internacionales de la decadente primera potencia mundial, cuando en medio del despelote generado tras la guerra económica por los aranceles, los jeques multimillonarios petroleros de Catar, le ofrecen regalar un Boeing 747, para que durante su periodo reemplace avión presidencial y este lo acepta de quienes hasta hace poco eran considerados, junto al régimen clerical iraní, como principales financiadores de “terroristas islámicos radicales”.
Deprimente este panorama internacional, caracterizado por el ascenso de la ultraderecha que no cree en la construcción de sociedades más equitativas ni en el cambio climático y en Latinoamérica debatiéndonos en medio de la consolidación de bandas armadas que escudadas en ideologías de izquierda y derecha impulsan la deforestación, desalojo de poblaciones nativas y destrucción de la vida en la Amazonia, cercando tierras para la ganadería y cultivos industriales, contaminando los ríos con la minería legal e ilegal, a la par, que en las metrópolis, los superricos arrodillados a Trump, controlan las redes sociales, manipulan la información y facturan publicidad multimillonaria; y junto a los petroleros y multinacionales mineras nos demuestran que a lo rico Mac Pato, por el oro y el dinero “baila el mono peliamarillo, que lo primero que hizo al posesionarse en la presidencia fue crear su propia moneda digital, al estilo de la que en Argentina patrocinó su “copietas” Milei, para que estafaran a miles de incautos ambiciosos que creyeron en sus pajaritos de oro volando en el recalentado aire de sus billeteras digitales.
Tormentosa época que nos tocó, con una potencia decadente y bien armada, regida por un loco teledirigido por un puñado de avarientos insaciables, que como un mico en un pesebre arrasa con todo lo que se encuentra en el camino, mientras los ascendentes chinos, con paciencia aclimatada en 5.000 años de cultura, fortalecen su imperio y, en vez de pelear con sus amigos, buscan atraerlos más y ganar a otros con propuestas como la de la “ruta de la seda”, a la que tardíamente y en medio de los celos y vigilancia de los gringos, intentó acercarse Petro, en su calidad de presidente: de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC, y de Colombia.