Por primera vez, un magistrado de la Corte Suprema de Justicia se posesionó ante el presidente de esta corporación, un acto que marca un hito en la independencia judicial en Colombia.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
El pasado viernes, el doctor José Joaquín Urbano Martínez, magistrado electo de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, tomó posesión de su cargo en un acto que rompe con una tradición arraigada en el sistema judicial colombiano. Este evento, realizado en el recinto de la Corte Suprema, marca un giro significativo en la autonomía judicial al trasladar este acto solemne del despacho presidencial al seno del alto tribunal.
El presidente de la Corte Suprema, el doctor Gerson Chaverra Castro, destacó que esta decisión no solo refleja un avance hacia el autogobierno judicial, sino que también refuerza los principios constitucionales que sostienen el equilibrio de poderes. En su discurso, Chaverra recordó la sentencia de la Corte Constitucional que en 2020 declaró constitucional, con condicionamientos, la posibilidad de que los magistrados tomen posesión ante la cabeza de su corporación, una alternativa que ahora se concreta en la práctica.
El magistrado Urbano Martínez, quien cuenta con una destacada trayectoria judicial, expresó su compromiso con la independencia y la justicia, pilares esenciales de la democracia. Durante su intervención, reafirmó su juramento de velar por los derechos humanos, la equidad y la dignidad, una misión que asume con el respaldo de más de tres décadas de experiencia en la judicatura.
Este acto de posesión fue descrito por Chaverra como “una inequívoca declaración de independencia”, subrayando que “la justicia no se doblega y se proyecta como un faro de esperanza para Colombia”. Además, el magistrado Chaverra utilizó una poderosa metáfora histórica al citar el relato del “Molinero de Berlín”, que simboliza la sujeción del poder al derecho, un principio que continúa guiando a las instituciones democráticas.
Este cambio ha suscitado reacciones en diferentes sectores. El Consejo de Estado, la Corte Constitucional y la Procuraduría General de la Nación coincidieron en calificar el acto como un paso hacia el fortalecimiento institucional. Por su parte, académicos y analistas destacaron el mensaje que envía esta decisión en un momento en que las tensiones entre ramas del poder público han sido objeto de debate.
El magistrado Chaverra, en su discurso, enfatizó la importancia de mantener un sistema judicial independiente para garantizar la imparcialidad en las decisiones. Subrayó que la independencia judicial no debe ser vista como un privilegio de los jueces, sino como una garantía para todos los ciudadanos, asegurando que esta autonomía es esencial para proteger la democracia frente a los excesos del poder.
El acto de posesión no sólo significó un cambio en la ceremonia protocolaria, sino que también planteó un desafío simbólico al tradicional vínculo entre el Ejecutivo y el Poder Judicial.
