El científico tolimense, reconocido por desarrollar la primera vacuna sintética contra la malaria, falleció en Bogotá a los 78 años debido a un paro cardiorrespiratorio.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
El 9 de enero de 2025, Colombia perdió a uno de sus más destacados científicos, Manuel Elkin Patarroyo, quien falleció en su residencia en Bogotá a los 78 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio. Nacido el 3 de noviembre de 1946 en Ataco, Tolima, Patarroyo dedicó su vida a la investigación científica, logrando reconocimiento internacional por sus aportes en el desarrollo de vacunas sintéticas.
Patarroyo obtuvo su título de médico cirujano en 1971 en la Universidad Nacional de Colombia, donde posteriormente se desempeñó como profesor e investigador. En la década de 1980, lideró el desarrollo de la vacuna SPf66, la primera vacuna sintética contra la malaria, enfermedad que afecta a millones de personas en regiones tropicales y subtropicales. Aunque la eficacia de la SPf66 fue objeto de debate en la comunidad científica, su trabajo sentó las bases para futuras investigaciones en la lucha contra esta enfermedad.
A lo largo de su carrera, Patarroyo recibió múltiples distinciones, entre ellas el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994 y el Premio Sabino Arana en 2010. Su dedicación a la ciencia inspiró a generaciones de investigadores colombianos y dejó una huella imborrable en el campo de la inmunología.
A pesar de sus logros, Patarroyo enfrentó críticas por el uso de monos en sus investigaciones, lo que generó debates sobre la ética en la experimentación animal. Además, en sus últimos años, experimentó dificultades emocionales al enfrentar la posibilidad de tener que abandonar su laboratorio, situación que, según su hijo, le causó una profunda tristeza.
La comunidad científica y académica ha expresado sus condolencias por la partida de Patarroyo. La Universidad Nacional de Colombia, institución con la que mantuvo un estrecho vínculo, destacó su invaluable contribución al avance de la ciencia en el país. Su legado perdurará en las futuras generaciones de científicos que continúan la búsqueda de soluciones para enfermedades que afectan a la humanidad.