El miércoles 13 de agosto, se tiñó de luto en la capital colombiana, marcando el adiós final al senador Miguel Uribe Turbay. Desde el corazón del poder legislativo hasta su lugar de descanso final, las exequias se convirtieron en un emotivo y solemne homenaje a una de las figuras más destacadas de la política reciente.

Redacción El Liberal.
El Senado de la República: un recinto de duelo y reconocimiento
La jornada comenzó en el Capitolio Nacional, donde el féretro de Miguel Uribe Turbay fue recibido con honores en el Salón Elíptico. Un manto de silencio y respeto cubrió el recinto, que habitualmente resuena con debates y confrontaciones. Colegas de todas las bancadas se unieron en un solo lamento, dejando de lado las diferencias ideológicas para reconocer el legado de un político de convicciones firmes y de una elocuencia singular. Las palabras de despedida destacaron su agudeza en los debates, su capacidad de construir consensos y su firme defensa de sus principios. Se rindió un minuto de silencio, en una muestra de profundo respeto por el hombre que, durante años, ocupó un escaño en ese mismo lugar.

El solemne traslado a la Catedral Primada
Desde el Senado, el cortejo fúnebre se trasladó a la Catedral Primada de Colombia, en un recorrido que atrajo a cientos de ciudadanos a lo largo de las calles del centro de Bogotá. El féretro, cubierto con la bandera nacional, fue llevado a mano por miembros de la Guardia Presidencial y por allegados al senador. La multitud, con lágrimas y aplausos, acompañó el trayecto, mientras las campanas de la Catedral anunciaban la llegada del difunto. La misa, oficiada por el Arzobispo de Bogotá, fue un momento de profunda reflexión sobre la vida y la obra del senador, destacando su fe, su compromiso con el servicio público y su incansable búsqueda del bien común. La solemnidad del acto se vio enriquecida por la presencia de expresidentes como Juan Manuel Santos y César Gaviria, así como por líderes de diversos sectores de la sociedad, mientras se notó la ausencia del presidente de la República, Gustavo Petro, quien respetó la decisión de la familia de realizar un acto íntimo sin la presencia del gobierno.

El desfile final hacia el Cementerio Central
El último tramo del recorrido condujo al Cementerio Central, en un desfile que simbolizó el adiós definitivo. Las calles de la ciudad se convirtieron en un río de personas que se sumaron al cortejo, despidiendo con honores al senador Uribe Turbay. Los aplausos y los gritos de “¡Gracias, Miguel!” se mezclaron con las lágrimas de los dolientes. En el cementerio, en una conmovida ceremonia, sus seres queridos le dieron el último adiós. El silencio de las tumbas fue testigo del final de un recorrido de vida dedicado al servicio público, a la pasión por la política y a la defensa de los ideales. La partida de Miguel Uribe Turbay deja un vacío en el panorama político colombiano, pero su legado, sin duda, perdurará en la memoria de la nación.
Frases relevantes que se dijeron durante las ceremonias:
- “En esta misma santa catedral cargué en un brazo a Miguel y en el otro el ataúd de su mamá, Diana. Este país nunca saldrá de donde está sin seguridad.” — Miguel Uribe Londoño, padre del senador.
- “Miguel fue un soñador y un guerrero que luchaba incansablemente por cumplir sus sueños.” — María Claudia Tarazona, esposa del senador.
- “No podemos permitir que nos arrebaten la esperanza. Este es un país que nos ha costado demasiado, donde hay personas como Miguel que dio su vida por Colombia.” — Palabras de Gabriel Vallejo, quien leyó un mensaje en representación del expresidente Álvaro Uribe Vélez.