La entidad busca reconocer y apoyar a las víctimas del conflicto armado en el departamento, promoviendo su visibilidad y participación activa en la construcción de un futuro más justo.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas de Colombia ha focalizado sus esfuerzos en el departamento del Cauca, una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en el país. Con aproximadamente 10 millones de personas reconocidas como víctimas e incluidas en el Registro Único de Víctimas (RUV) a nivel nacional, la entidad busca brindar un apoyo integral que promueva la reparación y el reconocimiento de sus derechos.
Lilia Solano Ramírez, directora general de la Unidad para las Víctimas desde julio de 2024, ha enfatizado la importancia de visibilizar las historias de quienes han sufrido los rigores del conflicto. En una reciente declaración, afirmó: “Nos inspiran cada día con sus historias de valentía y superación. En este nuevo año, nuestro trabajo no se detendrá, porque haremos que sus voces sean escuchadas y sus esfuerzos reconocidos, tanto en Colombia como a nivel internacional“.
El departamento del Cauca ha sido escenario de múltiples hechos victimizantes, afectando a diversas comunidades, especialmente a las indígenas y afrodescendientes. La región cuenta con 161 sujetos de reparación colectiva, de los cuales 138 son étnicos, divididos en 70 comunidades indígenas y 68 afrodescendientes. Esta realidad ha llevado a la Unidad para las Víctimas a priorizar acciones en el territorio, buscando garantizar una atención adecuada y pertinente.
En noviembre de 2024, la Unidad para las Víctimas y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) firmaron un acuerdo para avanzar en la reparación colectiva de seis pueblos indígenas del departamento. Este convenio tiene como objetivo desarrollar, a corto plazo, las fases de construcción de los planes integrales de reparación colectiva, reconociendo los daños sufridos por estas comunidades y contribuyendo a su reparación desde los componentes político, material y simbólico.
Lilia Solano destacó la relevancia de este acuerdo, señalando que “este Gobierno ha dado la orden de servir y cumplirle a los pueblos y es en esta armonía del trabajo conjunto que podemos sacar adelante los proyectos“. La colaboración con el CRIC busca fortalecer el tejido social y cultural de las comunidades indígenas, promoviendo su participación activa en los procesos de reparación y construcción de paz.
Además de las acciones en el Cauca, la Unidad para las Víctimas ha implementado diversas estrategias a nivel nacional para atender a la población afectada por el conflicto. Entre estas iniciativas se encuentran la entrega de indemnizaciones, la implementación de planes de reparación colectiva y la promoción de proyectos productivos que contribuyan al bienestar económico de las víctimas. Según datos oficiales, hasta diciembre de 2024, se han entregado indemnizaciones por un valor superior a los 62.000 millones de pesos, beneficiando a más de 4.500 personas en el Valle del Cauca.
Sin embargo, a pesar de los avances, persisten desafíos significativos. La magnitud del universo de víctimas, sumado a las limitaciones presupuestales y logísticas, representa un reto para la efectiva implementación de las medidas de reparación.




