La puesta en marcha y el mantenimiento de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Domésticas (PTARD) de Patía representan un paso fundamental para la protección de la salud pública, el ambiente y la sostenibilidad del territorio.

Estas acciones, desarrolladas en el marco de la estrategia Infra365 – Infra en Movimiento, evidencian un compromiso permanente con la recuperación y el fortalecimiento de la infraestructura básica, entendiendo que el saneamiento no es un lujo, sino una condición indispensable para la vida digna y el bienestar colectivo.
Sin embargo, el trabajo institucional, por sí solo, no es suficiente.
La realidad que se encuentra en puntos críticos del sistema —residuos sólidos arrojados indebidamente, obstrucciones provocadas por materiales que no deberían llegar a la red de alcantarillado y prácticas cotidianas que afectan el funcionamiento de la PTARD— pone sobre la mesa una reflexión necesaria: la protección del ambiente es una responsabilidad compartida.
Bajo el liderazgo del alcalde Jhon Jairo Fuentes, la Administración Municipal ha asumido una tarea que durante años fue postergada: intervenir una infraestructura esencial para el correcto funcionamiento del sistema de alcantarillado del municipio.
Mientras la Alcaldía cumple con su deber de intervenir, limpiar, mantener y poner en funcionamiento la planta, es indispensable que la ciudadanía asuma su rol con mayor conciencia y compromiso. El sistema de alcantarillado no está diseñado para recibir basuras, escombros, plásticos, aceites o residuos domésticos sólidos. Cada mala práctica termina afectando no solo la infraestructura, sino también los recursos públicos que deben destinarse una y otra vez a reparaciones evitables.

Cuidar la PTARD es cuidar el agua, el suelo, la salud de nuestras familias y el futuro del municipio. Es entender que el saneamiento ambiental comienza en cada hogar, en cada decisión cotidiana, en la forma como disponemos nuestros residuos y respetamos los sistemas que nos sirven a todos.
La Administración Municipal ha hecho lo que le corresponde: invertir, intervenir y trabajar de manera permanente por el bienestar colectivo. Ahora, el llamado es claro y directo: sin cultura ciudadana, no hay infraestructura que resista.
Patía avanza cuando la institucionalidad y la comunidad caminan juntas. La PTARD en movimiento es una muestra de que el cambio es posible, pero su sostenibilidad depende, en gran medida, del compromiso consciente de cada ciudadano con el ambiente y con su territorio.
Infraestructura que protege la vida.
Conciencia ciudadana que garantiza el futuro.




