Habitantes de Rosas, afectados por el deslizamiento de enero de 2023, mantienen bloqueos en la vía Panamericana, reclamando el cumplimiento de promesas gubernamentales de reubicación y apoyo económico.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar
Desde enero de 2023, cuando un deslizamiento de tierra devastó varias veredas del municipio de Rosas, en el departamento del Cauca, la comunidad afectada ha enfrentado una serie de desafíos. El desastre natural destruyó viviendas y dejó a numerosas familias sin hogar ni medios de subsistencia. En respuesta, el Gobierno Nacional se comprometió a reubicar a las familias damnificadas, proporcionar viviendas dignas y apoyar proyectos productivos para restablecer la economía local. Sin embargo, a casi dos años del incidente, los afectados denuncian incumplimientos en estos compromisos, lo que ha llevado a la comunidad a realizar protestas y bloqueos intermitentes en la vía Panamericana, específicamente en el sector de Loma Grande, municipio de Rosas.
Las manifestaciones han incluido el cierre de la vía Panamericana, una arteria vital que conecta el suroccidente colombiano, afectando el tránsito entre Popayán y Pasto. Estas acciones buscan llamar la atención sobre la situación de las familias que, según los líderes comunitarios, aún esperan soluciones efectivas por parte del Gobierno. En abril de 2024, las comunidades afectadas bloquearon la vía en el sector de El Céfiro, vereda Chontaduro, exigiendo la presencia de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y soluciones inmediatas para su reubicación permanente.
Los damnificados argumentan que, tras la tragedia, el Gobierno prometió la compra de predios en un plazo de 15 días, la entrega de 10 hectáreas de tierra por familia, la construcción de viviendas dignas y la implementación de proyectos productivos. No obstante, hasta la fecha, estos compromisos no se han materializado. En un comunicado, la comunidad expresó: “Hemos soportado las falsas promesas del Gobierno Nacional. Hemos participado en numerosas mesas de concertación (…) sin obtener resultados positivos para familias que lo perdieron todo“.
La situación ha generado tensiones no solo en Rosas, sino también en regiones vecinas. En julio de 2024, ante el anuncio de nuevos bloqueos, el alcalde de Pasto implementó medidas preventivas para mitigar el impacto económico y social en su municipio, anticipando posibles desabastecimientos de combustible y aumento de precios. Estas acciones reflejan la magnitud de las afectaciones que los bloqueos en la vía Panamericana pueden generar en la región.
El Gobierno Nacional ha intentado entablar diálogos con las comunidades afectadas. En mayo de 2023, se logró un acuerdo para levantar un bloqueo en la vía Panamericana, donde se estableció la instalación de una oficina permanente de la UNGRD en Rosas y la gestión para la compra del predio Los Naranjos para la reubicación de las familias. Sin embargo, los líderes comunitarios señalan que estos acuerdos no se han cumplido en su totalidad, lo que ha llevado a la reanudación de las protestas.
La comunidad de Rosas también ha manifestado su descontento por la falta de atención a problemas como el Registro Único de Damnificados, los subsidios de arrendamiento y las ayudas humanitarias. Muchos afectados dependen del comercio sobre la vía y no han podido recuperarse desde la emergencia. En julio de 2024, las comunidades de las veredas La Soledad, Párraga Viejo, Santa Clara y Chontaduro anunciaron un nuevo bloqueo en la vía Panamericana, argumentando que “las 225 familias de las cuatro veredas afectadas por el derrumbe estamos igual que el día que se registró la emergencia”.




