La escalada de violencia y delincuencia en el campo caucano ha puesto en jaque a la seguridad de los ganaderos, quienes continúan siendo víctimas de un creciente número de delitos, desde el robo de ganado hasta el hostigamiento y el constreñimiento.
El panorama es alarmante, pues el robo de ganado, conocido como carneo, se ha convertido en una modalidad delictiva en auge que ha afectado a varias zonas del departamento en la última semana. En la vereda El Hogar de Popayán, en Antón Moreno de Sotará y en La Unión de Cajibío, los cuatreros han perpetrado robos y sacrificios de animales. Estos ataques, que se suman a los ocurridos en días anteriores, no solo desbordan la capacidad de respuesta de las autoridades, sino que también afectan gravemente la economía de los ganaderos, generando zozobra y empobrecimiento en las comunidades rurales.
La situación se agrava con otros delitos que amenazan al gremio. En el corregimiento de Coconuco, en el municipio de Puracé, una Reserva Natural de la Sociedad Civil y otras propiedades han sido objeto de ataques reiterados. Personas no identificadas, mediante intimidaciones y amenazas, buscan despojar a los propietarios de sus tierras. La violencia ha llegado al extremo de vandalizar las propiedades, cortando el suministro de agua y afectando los pastos, lo que no solo atenta contra la integridad de las familias que habitan en los predios, sino también contra el bienestar de los animales.
Estos actos delictivos representan una clara vulneración de derechos fundamentales. Los ganaderos denuncian que se están violando sus derechos a la alimentación, a la propiedad privada y al trabajo. La falta de una respuesta decidida por parte del Estado colombiano ha dejado a los productores en una posición de vulnerabilidad, expuestos a la delincuencia y a la violencia sin una protección real que garantice su seguridad y su sustento.
El gremio ganadero reitera su llamado urgente al Gobierno Nacional para que tome medidas concretas y efectivas. Se solicita que se actúe de oficio para individualizar, capturar y condenar a los responsables de estos actos delictivos. La comunidad exige que se ponga fin a la violencia que aqueja a los habitantes del campo caucano y que se garantice que los productores puedan ejercer su labor en un entorno de paz y seguridad, sin temor a perder su patrimonio y su vida.
Ante esta situación, el gremio ganadero hace un llamado urgente al Gobierno Nacional para que actúe de manera contundente y garantice la protección de la vida y los bienes de los productores, cuya labor es fundamental para la economía rural.
La persistencia de estos ataques no solo afecta a los ganaderos, sino que también pone en riesgo la seguridad alimentaria del país y el desarrollo de las zonas rurales. Es imperativo que las autoridades tomen acciones inmediatas para devolver la tranquilidad a estas comunidades y asegurar que la labor de los ganaderos sea valorada y protegida.
