Un informe de la Fundación WWB Colombia revela que las mujeres en zonas rurales tienen menos acceso a productos financieros, prefiriendo mecanismos informales de ahorro como alcancías y cadenas.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, Versión del Informe Fundación WWB
A pesar del crecimiento de la bancarización en Colombia, las mujeres rurales siguen enfrentando múltiples barreras para acceder a productos financieros. Un reciente estudio de la Fundación WWB Colombia, titulado “Inclusión financiera de las mujeres en la ruralidad del Valle del Cauca”, evidencia que factores como la pobreza extrema, el género y la pertenencia étnica reducen significativamente las probabilidades de contar con productos bancarios formales.
Según el informe, las mujeres tienen un 14% menos de probabilidad de acceso financiero, mientras que la pobreza extrema disminuye esta posibilidad en un 24% y la condición de afrocolombiano en un 11%. Ante estas limitaciones, muchas optan por mecanismos informales de ahorro: el 55% utiliza alcancías y el 45% cadenas de ahorro. Además, se identificó que una gran cantidad de mujeres mantienen cuentas a nombre de terceros, lo que les impide construir historial crediticio y acceder a préstamos u otros productos financieros.
Para Soraya Husain, directora de Investigación de la Fundación WWB Colombia, estos resultados son claves para entender la relación entre inclusión financiera y desarrollo económico. “Este tipo de investigaciones permiten reducir las brechas de desigualdad y promover la participación de las mujeres en el desarrollo económico, evidenciando las realidades diversas en la ruralidad”, afirmó.
El estudio también indica que la falta de educación financiera, la informalidad laboral y los bajos ingresos son obstáculos recurrentes que alejan a las mujeres del acceso a servicios bancarios. En los hogares analizados, el 63% de las familias rurales reporta ingresos entre $500.000 y $2’000.000 mensuales, mientras que el 23% se encuentra bajo la línea de pobreza monetaria y un 15% en pobreza extrema.
El informe subraya que, aunque en los últimos años ha crecido el acceso a productos financieros en Colombia, la brecha entre hombres y mujeres persiste. En zonas rurales, solo el 55,6% de la población tiene cuentas de ahorro y apenas el 8% accede a tarjetas de crédito, frente a una mayor disponibilidad de estos servicios en zonas urbanas.
Claudia del Pilar Rodríguez, de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, indicó que la inclusión financiera es clave para el desarrollo rural. “Si las mujeres acceden a productos financieros, pueden superar la pobreza, obtener recursos y fortalecer sus emprendimientos”, afirmó.
El documento concluye que es urgente diseñar estrategias que combinen inclusión financiera con educación financiera, brindando acceso a productos adaptados a las necesidades de la población rural. También recalca que abordar esta problemática desde una perspectiva de género es esencial, pues las mujeres enfrentan desigualdades estructurales que limitan su participación económica.