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Casas de cinc, un compendio de cuentos

En la noche de hoy viernes 9 de mayo, se hará la presentación oficial del libro Casas de cinc y cuarenta cuentos más del escrito bolivarense Rafael Garcés Robles.

Por: Jesús Alberto Aguilar Guerrero

Visitamos al profesor Rafael Garces Robles, que nos atendió en compañía de su esposa Amparo Dorado Daza y nos dio a conocer su afición por escribir cuentos basados en la vida real, con algo de ficción, que dibujan el buen humor al leerlos, contando historias de algunos municipios recorridos por él, cuando ejercía como docente.

El Liberal: Cuéntenos la historia de los libros de cuentos bolivarenses, “las cosas de mi pueblo, anecdotario bolivarense” y “casas de cinc y 40 cuentos más”,

Rafael Garces Robles: Gracias, Jesús Alberto, un placer tenerte en mi casa y contarles todo lo relacionado con estos escritos, para hacer una corta remembranza del por qué, de los cuentos. Hay que volverse precisamente al Bolívar del pasado cuando en mi niñez, edad esta cuando uno gesta, escucha, esa cantidad de cuentos que a uno le hicieron vivir sus padres, sus familiares, sus vecinos, recopilados estos se fueron metiendo en el corazón y en la mente no olvidándose nunca; fue cuando pensé que esa tradición oral tenía que ser recopilada, allí fue precisamente cuando pensé publicar mi primer libro, cuentos escuchados en aquellas tardes y noches bohemias cuando nos libamos a unos tragos de buen aguardiente con mi padre Rafael y don Marco Aurelio Hoyos, compadres y amigos de toda la vida, los cuales narraban cuentos y anécdotas, con muchos puntos y señales, ocurriéndoseme la idea de ir copiando cada aparte de esos cuentos hasta realizar una completa información y emitir mi primera publicación en cumplimiento a ese don de palabra de ese par de caballeros; en la segunda publicación existen cuentos no solo del municipio de Bolívar, sino de muchas regiones donde recopile muchos datos, incluyendo costumbres, tradiciones y algunas historias, tomando una amplitud en estas memorias que extienden otras latitudes y metiéndole el mejor ingrediente, la creación propia y el picante.

EL: Rafael, estos dos libros de cuentos, son narraciones de la vida real o existe algo de ficticio.

RGR: En esta clase cuentos existe mucho de ficción, por la creatividad, porque si yo me dedicara a narrar únicamente fuera un historiador, pero dentro de mis cuentos me enfoco en recrear la información obtenida, es decir colocarle el picante al cuento, existiendo la diferencia entre el historiador y el cuentista, añadiéndole diversos ingredientes propios de acuerdo al talento y a la información que uno quiere que le llegue al lector.

EL: Es conocido que usted tiene vena de artistas, por ejemplo, tiene familiaridad con el pintor Augusto Rivera Garces, en su familia su padre fue un gran taxidermista, tiene un hermano poeta y pintor, sus hermanas algunas docentes y otras dotadas para narrar también historias “bolsiverdes”, que nos puede comentar al respecto; y cómo fue su formación.

RGR: La crianza mía fue especial; en mi casa a las seis de la tarde en la habitación de mis papás, nos reuníamos con mis hermanos y hermanas para rezar el santo rosario, encabezado por mi madre Martha, después de las seis y media que se acababa el rezo, y entraba mi papa que había estado en la sala paseándose porque él nunca nos acompañó a rezar, con el fin de comentarnos las noticias del día que había escuchado por la radio y después de leer la prensa, ilustrándonos de los hechos del nivel nacional e internacional, en especial las de la violencia que propiciaban los famosos “bandoleros”; terminado mis padres por contarnos cuentos ya que ellos habían leído mucha literatura universal, nos hacían recitar, , nos hacían leer y hacer resúmenes de las cosas escuchadas, por eso se puede decir que fui criado en un ambiente de narrar, contar y escuchar todas este ámbito es el que está fluyendo para poder escribir todo estos anecdotarios y poderlos transmitir a un público exigente.

EL: ¿Cómo fue su formación educativa y cultural?

RGR: Mi primaria fue muy hermosa, fui alumno del Maestro Nabor Castro Burbano, quien se caracterizó por una buena pedagogía para la enseñanza a quien admiro y pondero porque fue un gran docente, él nos enseñó a leer de una manera diferente, a lo que se enseñaba en esos tiempos porque no utilizo “ma me mi mo mu, ni mi mamá me ama”, nada de eso; don Nabor nos enseñó a leer y a escribir con los personajes típicos de Bolívar, por ejemplo: la letra A, recordándonos a la “loca Adelaida”, que era un personaje que salía a las esquinas y empezaba a mirar a las lejanías y recitaba un verso que decía generalmente “cuando el periquillo canta y el ave se mueve aguacero seguro si acaso llueve”, era el dicho que ella tenía, entonces lo correlacionaba Adelaida comienza con la letra A, la letra B no la enseño con otro personaje típico de bolivarense que era don Abraham “Bululo”, que era un personaje alcohólico y hacia mandados, y siempre andaba cantando y bailando y todos lo conocíamos, entonces la B de “Bululo”; posteriormente con mi profe fuimos colegas y cuando nos encontrábamos me decía: “que hubo rafico, te acordas del Bululo”, claro que si profe y nos colocábamos a recordar, “te acordas del Pesoro”, para acordarnos de la letra P, refiriéndose a un albañil del pueblo que siempre andaba untado de agua cal por los gajes de su oficio, esa fue la enseñanza de mis primeras letra.

Otro profesor muy querido fue Olmedo Muñoz y en quinto de escuela, preparatoria para la secundaria don Marco Aurelio Hoyos, que fue una persona que valoraba mucho lo que el alumno escribía en especial cuando estábamos en una materia que llamaba “redacción y ortografía”;, incentivo este que me ha servido para mi futuro; en el bachillerato di con profesores de la talla de Álvaro Cabezas, personaje muy especial e idóneo en española, como también el profesor Huber Ortiz, Santandereano que echó raíces en Bolívar Cauca, quien utilizaba el método “dos por ciento de teoría y noventa y ocho de practica”, es decir que él nos enseñaba que era un verso y el resto del tiempo era hacer versos y componer poemas, así mismo era con el cuento, la parodia, talleres literarios, terminado el cuarto en mi pueblo natal y el título de maestro superior lo obtuve en la Normal Nacional de Pitalito en el Huila; mis estudios superiores en la Universidad del Cauca, graduándome en la especialidad de Español e Inglés, otras especialidades y diplomados en diferentes instituciones y muchos cursos de capacitación.

EL: Usted fue gestor de algunos métodos de enseñanza, ¿que nos puede ilustrar al respecto?

RGR: Si fue un trabajo que se hizo en la Normal José Eusebio Caro, esa innovación que se hizo consistió en que al alumno se le hacía trabajar la lecto-escritura, precisamente con mucha recordación a las enseñanzas recibidas de don Nabor Castro, porque el escogió los personajes típicos para enseñarnos a leer y yo lo amplie con personajes típicos de Popayán, agregando las vivencias de los niños, es decir que los alumnos comenzaron a comunicar lo que vivía, lo que sentía, su dolores, alegrias y a partir de ahí comenzó un proceso interesante de lecto-escritura, infundada en mi docencia para luego representar al Cauca en varios congresos nacionales.

EL: Fuera de ese gran éxito profesor Garcés, ¿qué recomendaciones tiene para nuestros lectores?

RGR: Mi recomendación es para los padres de familia, que les lean a los niños y disfruten de una buena lectura o un cuento, entonces ese niño va a seguir leyendo, también a la docencia que no tienen que olvidarse que los libros son alimento para sus conocimientos, para que posteriormente el alumno pueda en un futuro escribir y contar cuentos.

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