Su enfoque en las humanidades es crucial en un mundo que cada vez más necesita de la reflexión ética y la comprensión profunda de la condición humana.
Por María Isabel Hoyos-Bustamante
Corría el otoño del año 2021, pocos meses después de haber publicado mi libro “Un episodio medieval. Semblanza de los eventos que rodearon el nacimiento, la vida y la obra literaria de Maese Bustamante”. Fue entonces cuando recibí una llamada de Diego Román Konrad desde la “Ciudad Blanca”. Me dijo que hacía parte del comité organizador de “Popayán Ciudad Libro”, y me invitaba a presentar mi obra en dicho evento como un homenaje a la meritoria trayectoria literaria de Maese.
Desde ese momento nuestra comunicación fue fluida y continua. Yo no había hecho antes una presentación de ese tipo y, por ende, tenía muchas dudas e incertidumbre, pero me tranquilicé al darme cuenta de que estaba hablando con alguien que conocía bien su trabajo y estaba dispuesto a orientar a los expositores de manera profesional.

Desde mi llegada a Popayán, y durante el evento, pude corroborar mi percepción: todo funcionó con la exactitud de un reloj suizo. Eso me llevó a querer conocer más sobre ese ser casi sobrenatural, que se las ingeniaba para estar en todas partes al mismo tiempo, supervisando y cuidando de cada detalle con un profesionalismo abismante.
Al investigar sobre quien fuera mi anfitrión en el evento, me encontré con una persona plena de valores profesionales y literarios que cada vez deja más huella en nuestras letras y en la docencia, lo que lo hace merecedor de reconocimiento en esta página que tiene entre sus fines exaltar a quienes hacen grande nuestra comarca.
En el corazón de la “Ciudad Blanca”, donde la historia se entrelaza con la riqueza cultural, emerge la figura de Diego Román Konrad, un nombre que resuena con fuerza en los ámbitos de la literatura, la docencia y la gestión cultural. Desde sus raíces en el Colegio Melvin Jones y sus estudios en la Universidad del Cauca y Unicomfacauca, hasta su actual formación doctoral, Konrad ha forjado una trayectoria que no solo enaltece el panorama intelectual de Popayán, sino que también proyecta su influencia a nivel nacional e internacional. Su incansable labor lo consagra como un pilar fundamental en la construcción y difusión del conocimiento y las artes.
La pluma que canta y reflexiona: La relevancia de su obra literaria
La obra literaria de Diego Román Konrad es un testimonio de su aguda sensibilidad y su profundo compromiso con la palabra. Sus publicaciones, que abarcan desde la intimidad de la lírica hasta la proyección global, demuestran la versatilidad de su talento. “Del triángulo a la noche” (2010) y “Poemas uránicos” (2015-2019) son claros ejemplos de una poética que explora las complejidades del ser y el universo, resonando con lectores que buscan una conexión profunda con la existencia.
Un hito significativo en su carrera es su participación en “We Humans: An International Anthology of the Poetry” (2018), que lo posiciona como una voz colombiana de relevancia en el contexto literario global. Esta incursión en una antología de carácter internacional subraya la universalidad de sus temas y la calidad de su expresión poética. La esperada publicación de “El rezo que anochece” en 2025 con la reconocida editorial latinoamericana Escarabajo Editorial, de Eduardo Bechara, promete continuar esta senda de exploración lírica, consolidando su legado entre la noche, el dolor y lo sagrado.
Pero la trascendencia de su obra no se limita a la página impresa. Konrad ha llevado su poesía a escenarios de prestigio en ciudades como Santiago de Chile (Chile), Yakarta (Indonesia), Caracas (Venezuela), Puebla (México), Friburgo (Alemania), Madrid y Barcelona (España), Nueva York (USA), París (Francia), entre otras. Estos recitales internacionales no solo han sido plataformas para la difusión de su propia obra, sino también embajadas culturales que han llevado la voz de Popayán y Colombia a diversas latitudes, tejiendo puentes a través del lenguaje universal de la poesía.
El educador que inspira: Docencia en el área de Humanidades

Más allá de su rol como escritor, Diego Román Konrad es un apasionado educador cuya influencia se extiende por varias instituciones. Como docente investigador de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales, Artes y de la Educación, de Unicomfacauca; al igual que de la maestría en “Educación desde la Diversidad” de la Universidad de Manizales, Konrad está directamente involucrado en la formación de nuevas generaciones de profesionales.
Su participación en el macroproyecto de investigación “Configuración de la alteridad de personas en situación de discapacidad dentro de sus contextos familiares y educativos” en la Universidad de Manizales, así como su rol como miembro del grupo de investigación “Comunicación para la Ciudadanía”, de Unicomfacauca, demuestran su compromiso con la investigación y la generación de conocimiento con impacto social.
Su labor como instructor del “Plan Nacional de Lectura de Jornada Escolar Complementaria” de Comfacauca en convenio con el Ministerio de Cultura, y como docente del magisterio en la I. E. Francisco Antonio de Ulloa, son ejemplos claros de su dedicación a fomentar el amor por la lectura y la cultura desde temprana edad. Konrad no solo imparte conocimientos, sino que siembra semillas de pensamiento crítico y apreciación artística, pilares esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes. Su enfoque en las humanidades es crucial en un mundo que cada vez más necesita de la reflexión ética y la comprensión profunda de la condición humana.
El motor cultural de Popayán: Su incansable labor como gestor cultural
La importancia de Diego Román Konrad como gestor cultural es innegable y se evidencia en la magnitud y continuidad de los eventos que lidera en Popayán. Fue director académico y cultural de la prestigiosa “Feria Popayán Ciudad Libro” (2021-2022), un evento que anualmente atrae a escritores y a miles de amantes de la lectura, y que es vital para la dinamización cultural de la región, dejando en alto el nombre de la Universidad del Cauca y sus aliados.
Su compromiso con la promoción de la lectura se refleja en la dirección de importantes espacios como el club de lectura Matilde Espinosa, y el club de cine Alejandra Borrero, ambos pertenecientes a Unicomfacauca; así como el club de lectura Rizoma, de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Cauca, junto al decano Alfonso Buelvasy y los maestros Javier Orlando y Luis Fernando Giraldo, y el programa FISH que coordina el maestro Jaidiver Ojeda. Estos clubes son espacios vitales para el fomento del hábito lector y del pensamiento crítico entre estudiantes y la comunidad en general, creando diálogos enriquecedores en torno a la literatura y el cine.
Además, su rol como director del concurso departamental de poesía Matilde Espinosa y su constante participación como jurado en importantes certámenes literarios, como el concurso departamental de cuento de la Gobernación del Cauca (2019-2024), el concurso de creación literaria de la Biblioteca Pública Departamental Rafael Maya (2017-2024) y el concurso departamental de cuento Pluma Mágica (2014-2024) del plan nacional de lectura J.E.C., destacan su influencia en la detección y promoción de nuevos talentos literarios en el departamento.
El reconocimiento especial por el Honorable Concejo Municipal de Popayán en 2019, y el reconocimiento por gestión cultural y académica en el marco del Día Internacional del Libro y las Artes 2023, por la Secretaría de Cultura y Turismo de Popayán, son claros testimonios del impacto positivo y la valiosa contribución que Diego Román Konrad ha brindado a la vida cultural de la ciudad. Su pertenencia a la Asociación Caucana de Escritores también reafirma su compromiso con el fortalecimiento del gremio literario local.
En síntesis, Diego Román Konrad no es solo un escritor de renombre, ni un docente comprometido; es un gestor cultural visionario cuya labor multifacética ha enriquecido profundamente el tejido social y cultural de Popayán. Su dedicación inquebrantable a la literatura, la educación y la promoción de las artes lo convierte en una figura indispensable y un verdadero embajador de la cultura caucana en el mundo.
No sería justo terminar sin disfrutar de uno de sus poemas: esa expresión única y diferente, que identifica su obra. El que hemos elegido en esta ocasión, para llevar a ustedes, nos evoca el laberinto de Creta y esos seres inolvidables de la mitología griega que hacen parte del relato: Minotauro, el monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro; Teseo, el príncipe de Atenas, y Ariadna, la hija de Minos.

Monólogo del Minotauro con el hilo en la mano
No fui el monstruo.
Fui el centro.
Todo lo que hicieron giraba en mí,
pero nadie vino a quedarse.
El hilo entró como un temblor,
una recta imposible
en mi mundo sin bordes.
Pensé:
al fin alguien recuerda que existo.
Pero el amor venía atado
a una salida.
Teseo no me mató.
Me mató la lógica del hilo:
esa promesa
de que todo se ordena si alguien te olvida.
Ariadna tampoco miró.
Ella solo tejía ausencia.
Morí de ser necesario.
Morí de estar en medio
de un camino hacia otro.