
La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) recuperó los cuerpos de seis personas desaparecidas entre 2006 y 2012 en Argelia, Cauca. La acción se logró gracias a un corredor humanitario construido con apoyo comunitario.
La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) anunció la recuperación de seis cuerpos en zona rural del municipio de Argelia, Cauca, específicamente en el cañón del río Micay, una región históricamente afectada por la confrontación entre diversos actores armados.
La labor humanitaria se desarrolló entre el 12 y el 18 de marzo de 2024, y hace parte del Plan Regional de Búsqueda del Valle del Patía y el Macizo Colombiano, donde se concentran los esfuerzos por localizar a 551 personas desaparecidas. Los cuerpos recuperados corresponderían a cinco hombres y una mujer, cuatro de ellos del pueblo indígena Nasa y dos de comunidades afrodescendientes del Pacífico.
Una región marcada por la confrontación armada
El cañón del Micay, comprendido entre los municipios de El Tambo, Argelia y López de Micay, ha sido escenario de disputa entre grupos armados estatales y no estatales durante las últimas décadas. La presencia activa de organizaciones ilegales ha hecho extremadamente difícil el acceso a estos territorios para acciones humanitarias como la búsqueda de desaparecidos.

Para lograr el ingreso al territorio, la Unidad de Búsqueda realizó labores de pedagogía con comunidades locales en El Plateado y la cabecera municipal de Argelia, con el acompañamiento del Comité Humanitario Fundación Argelia (CHFA), firmantes del Acuerdo de Paz, organizaciones como Reencuentros, y representantes de la comunidad internacional.
Juan Lozano Andráde, investigador de la UBPD en Cauca, explicó que el ingreso se logró gracias al principio de confidencialidad, el carácter humanitario y extrajudicial del mandato de la Unidad, lo que permitió recuperar los cuerpos en tres puntos específicos: el cementerio veredal de Tambolargo y dos sitios de interés forense a campo abierto en los sectores de La Playa y Cabuyal.
Apoyo comunitario e institucional
Durante la operación participaron actores claves como líderes sociales, presidentes de juntas de acción comunal, firmantes del acuerdo de paz, la comunidad del territorio, el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Misión de Verificación de la ONU, la Alcaldía de Argelia, y la Corporación Humanitaria Reencuentros.
María Lucely Urbano, coordinadora de esta corporación en el Valle, Cauca y Nariño, señaló:
“Hemos logrado, con varios de los firmantes y con personas que hicieron parte de las antiguas FARC, obtener información y trabajo de memoria para lograr recuperaciones en el municipio de Argelia”.
Los cuerpos fueron trasladados al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde serán analizados mediante procesos técnico-científicos que permitirán su identificación y posterior entrega digna a sus familias.
El desafío de la desaparición forzada en el Cauca
De acuerdo con cifras oficiales, al menos 2.639 personas han sido dadas por desaparecidas en razón del conflicto armado en el departamento del Cauca. La UBPD ha implementado distintos Planes Regionales de Búsqueda en zonas como el Norte del Cauca, Valle de Pubenza, Tierradentro, el CRIC y el Valle del Patía y Macizo Colombiano, priorizando los territorios más afectados por la violencia.

Esta acción reciente contó además con el apoyo de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID) y las organizaciones Fundación Triángulo y Caribe Afirmativo, en el marco del proyecto de apoyo a la búsqueda de personas desaparecidas.
Persisten los riesgos y la necesidad de verdad
El operativo reafirma la dificultad de realizar acciones humanitarias en zonas como el cañón del Micay, donde aún hay presencia de grupos armados ilegales y restricciones de movilidad. No obstante, también demuestra que, con trabajo comunitario, articulación institucional y voluntad política, es posible avanzar en la búsqueda de la verdad, la dignidad y la memoria.
La UBPD continuará con sus labores en la región, acompañando a las familias de personas desaparecidas y promoviendo el enfoque humanitario que prioriza el derecho a saber qué ocurrió con sus seres queridos. El reto ahora es garantizar la seguridad para el sostenimiento de los corredores humanitarios y seguir reconstruyendo el tejido social de los territorios afectados por la guerra.