Las autoridades de India han revelado un impactante caso de vida en aislamiento. Nina Kutina, una ciudadana rusa de 40 años, fue encontrada viviendo con sus dos hijas menores en una cueva en el bosque de Gokarna, en el estado de Karnataka. La mujer permanecía en el país desde 2017 sin documentación válida y en condiciones extremas.

Redacción El Liberal.
El descubrimiento se produjo el 9 de julio de 2025, cuando una patrulla policial detectó señales de ocupación cerca de una caverna remota. Allí encontraron a Kutina y a sus hijas, de 5 y 6 años, en un refugio improvisado con plásticos y alimentándose con fideos instantáneos. También realizaban rituales religiosos en un santuario improvisado.
Tras el hallazgo, fueron trasladadas a un hospital donde se confirmó su buen estado de salud. Actualmente se encuentran en un centro de detención para extranjeros, a la espera de ser deportadas a Rusia.

Una vida al margen y en la naturaleza
Según las autoridades, Kutina ingresó al país con visa de negocios en 2017, la cual venció, y fue detenida en 2018. Sin embargo, habría reingresado sin autorización en 2020. En declaraciones a medios locales, aseguró haber vivido también en una cueva en Goa, donde nació una de sus hijas. Defendió su estilo de vida afirmando: “La naturaleza da buena salud. Mis hijas eran felices. Nadaban, pintaban, cocinábamos”.
Minimizó los peligros del entorno, asegurando que las serpientes y otros animales eran sus aliados. “Los humanos son los peligrosos”, declaró. Su testimonio, aunque inusual, ha generado un debate sobre derechos infantiles y estilos de vida alternativos.
Disputa legal por la custodia
El padre de las menores, un empresario israelí identificado como Dror Goldstein, se encuentra en India y ha iniciado un proceso legal para obtener la custodia compartida de las niñas. Según información oficial, se opone a que sean enviadas a Rusia. La embajada rusa ha sido contactada para coordinar la posible repatriación.
Kutina ha afirmado que ha vivido en más de 20 países durante los últimos 15 años y regresó a India por su conexión emocional con el país. El caso ha captado la atención de medios internacionales por sus implicaciones legales, humanitarias y sociales.