El gobierno talibán eleva la cifra de víctimas de un sismo de 6.0 de magnitud en el este del país. Los equipos de rescate y los ministerios de apoyo se movilizan para asistir a los afectados.

El gobierno de facto talibán ha actualizado la cifra de fallecidos a 800 y de heridos a unos 2,500 tras el potente terremoto de magnitud 6.0 que sacudió la región oriental de Afganistán anoche.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, anunció la trágica actualización en una rueda de prensa, señalando que la provincia de Kunar es la más afectada, donde el número de muertos ha alcanzado los 800 y los heridos los 2,500. Sin embargo, en Nangarhar, otra de las provincias impactadas, el balance se mantiene en 12 fallecidos y 255 heridos, según las últimas cifras disponibles.
“Nuestros equipos de apoyo y médicos de varios ministerios están plenamente implicados en la asistencia a los afectados”, aseguró Mujahid, enfatizando la respuesta de las autoridades ante la emergencia. El ministro del Interior, Khalifa Sirajuddin Haqqani, ha instruido a los funcionarios locales para que brinden asistencia inmediata a las familias damnificadas, priorizando la ayuda humanitaria y la atención médica.

El sismo, uno de los más devastadores que ha golpeado el país en los últimos años, ha dejado un rastro de destrucción, con miles de estructuras colapsadas y comunidades enteras incomunicadas. Los equipos de rescate se enfrentan a un desafío monumental, trabajando contra reloj para buscar a posibles supervivientes entre los escombros. La situación se agrava por la precariedad de las infraestructuras en muchas zonas rurales, lo que dificulta el acceso de la ayuda a las víctimas.
Las autoridades han advertido que el balance de víctimas no es definitivo y podría seguir aumentando a medida que avanzan las labores de rescate.
Las operaciones de rescate se ven complicadas por la inestabilidad política y la falta de recursos del país, que ha dificultado la coordinación de una respuesta a gran escala. A pesar de estos obstáculos, los esfuerzos se centran en proporcionar alimentos, refugio y asistencia médica de emergencia a los miles de personas que han perdido sus hogares y sus medios de vida.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con el pueblo afgano, y varias organizaciones humanitarias han manifestado su disposición a colaborar en las tareas de socorro. Sin embargo, el acceso y la distribución de la ayuda a las zonas afectadas siguen siendo un reto logístico significativo.

Mientras el país llora a sus muertos y lucha por asistir a los heridos, la principal preocupación es el aumento de las cifras de víctimas, que pone de manifiesto la magnitud de la tragedia. La incertidumbre sobre el número final de afectados y la capacidad del gobierno para gestionar la crisis humanitaria genera una profunda preocupación en la población. La noticia del sismo ha conmocionado al mundo, y la atención se mantiene en la evolución de las labores de rescate y la respuesta a la emergencia.




