Estados Unidos flexibiliza sanciones y permite a la petrolera Chevron seguir operando en territorio venezolano. Analistas advierten del impacto directo en la frágil economía del país sudamericano.

Redacción El Liberal.
En una decisión que marca un giro estratégico en la política de Washington, el gobierno de Donald Trump autorizó a la petrolera Chevron reanudar operaciones en Venezuela. La noticia fue confirmada por el presidente Nicolás Maduro durante una alocución televisada, en la que celebró el regreso de la empresa estadounidense tras un periodo de restricciones y sanciones.
“Chevron tiene 102 años en Venezuela, y yo quiero que tenga 100 más”, expresó Maduro, destacando la importancia histórica y económica de la compañía para el país.
Esta reactivación ocurre meses después de que la licencia fuera revocada por supuestos incumplimientos del gobierno venezolano en materia electoral y migratoria. Sin embargo, un inédito intercambio de prisioneros —facilitado por El Salvador— parece haber sido clave para este cambio de postura.
Un alivio económico con condiciones
Aunque Washington permite nuevamente las actividades de Chevron, lo hace bajo ciertas condiciones: las ganancias no podrán beneficiar directamente al régimen de Maduro. Además, se contempla extender licencias a otros socios de PDVSA, pero con fuertes limitaciones.
Según Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, “el 85% de los ingresos en divisas del país proviene del petróleo, y Chevron representa cerca del 30% de ese total”. Esta cifra revela el rol clave de la empresa en el sostenimiento económico de Venezuela.
Impacto directo en la producción
El regreso de Chevron ha tenido efectos inmediatos. Según datos de la OPEP, la producción petrolera venezolana creció a más de un millón de barriles diarios en 2024, y para mayo de 2025 ya supera los 1,066,000 barriles. A pesar de las sanciones, Maduro afirmó que la industria nacional avanza “con pulmón propio”.
La empresa también representa un 40% de los dólares que se destinan al sector privado para financiar importaciones, lo que contribuye a estabilizar parcialmente la economía interna.
Sanciones, elecciones y éxodo
Durante su primer mandato, Trump endureció las sanciones contra Venezuela tras calificar de “ilegítimas” las elecciones de 2018. Esto derivó en un colapso económico sin precedentes y en la migración de millones de venezolanos. Posteriormente, Joe Biden alivió algunas restricciones con la esperanza de mejorar las condiciones democráticas del país.
No obstante, las elecciones más recientes —en las que Maduro fue reelegido— siguen siendo cuestionadas a nivel internacional, y la tensión con EE. UU. persiste.
¿Qué viene ahora?
El permiso otorgado a Chevron podría ser la punta de lanza de una apertura progresiva, siempre y cuando el gobierno venezolano dé señales claras de cumplimiento de acuerdos democráticos. Por ahora, la reactivación de operaciones representa una bocanada de oxígeno para la industria petrolera y una posible vía de recuperación para una economía que perdió cerca del 83% de su PIB en la última década.