Colombia se prepara para un nuevo ciclo electoral en medio de un escenario imprevisible: la polarización política se mezcla con la necesidad y desesperanza social, la influencia digital supera la militancia tradicional y el voto joven se emplea como una estrategia artificial para redefinir el mapa del poder.

Pavel Dubravsky
Por Juan Manuel Rincón
JMR: ¿Qué es más eficaz: una campaña con un excelente equipo de profesionales talentosos, excelentes propuestas pero con recursos limitados, o una campaña vacía de contenido pero con excesivos fondos para publicidad y marketing engañoso?
Pavel: Sin duda, la primera. He ganado elecciones trabajando con equipos que tenían pocos recursos, pero una enorme fe en la victoria y grandes habilidades. Puedes tener un presupuesto ilimitado, pero sí el equipo carece de dirección o el jefe de campaña es un mal gestor, el dinero se desperdicia. Por eso siempre prefiero un equipo sólido y convencido, incluso con medios limitados.
JMR: Según su experiencia, ¿Qué papel ha jugado la juventud en los procesos electorales recientes? ¿Cómo evalúa su liderazgo – su compromiso, idealismo, radicalismo o falta de experiencia – y cómo lo compara con el panorama de Rusia?
Pavel: En las elecciones estadounidenses de 2024, los jóvenes dieron la victoria a Trump. Desde 2022 se observó un giro histórico: por primera vez en veinte años, su apoyo a los demócratas cayó drásticamente. En las elecciones de 2016 y 2020, el 55 % de los jóvenes votó por el Partido Demócrata. En 2023, esta cifra se redujo al 47%. En 2016, sólo el 35% de los hombres jóvenes apoyaron a los republicanos, mientras que en 2023, ya fue del 47-48%. Este fue el peor desempeño para los demócratas desde 2005. El crecimiento del voto juvenil republicano desde 2019 fue del +7%; este crecimiento se dio sólo entre los hombres jóvenes; las mujeres no están incluidas en esta cifra.
Pero este no es el caso en Rusia; nuestra juventud es más apática y se interesa menos por la política. En Europa y Estados Unidos, ahora esperamos la generación más conservadora de “Zoomers” en décadas. En Rusia, Europa y Estados Unidos, los Zoomers de entre 18 y 21 años buscan su identidad en la religión, los valores tradicionales y un patriotismo sano. Este es el cambio más significativo en las actitudes ideológicas entre los jóvenes desde la década del 2000. Anteriormente, predominaban las opiniones de izquierda y liberales de izquierda, especialmente entre los millennials y los Zoomers de 21 a 29 años.
Existe un gran riesgo de radicalización entre los jóvenes, tanto de izquierda como de derecha. Para evitarla, necesitamos fomentar el diálogo entre jóvenes de diferentes ideologías, plataformas y espacios neutrales de debate y encuentro.
El país parece debatirse entre la continuidad y el cambio, entre la ilusión de la estabilidad y la necesidad de un nuevo relato político.
JMR: ¿Cree que existe una “infantilización” de los jóvenes líderes políticos? ¿Qué riesgos surgen cuando adoptan discursos extremos sin una base ideológica sólida o sin experiencia institucional?
Pavel: La cultura política mundial ha decaído. Mi generación creció con la idea de Francis Fukuyama de “el fin de la ideología”. Supuestamente, el mundo liberal y la democracia habían triunfado, y todas las demás ideologías estaban muertas. Los países post soviéticos que creyeron en eso se convirtieron en rehenes de la voluntad política de los países occidentales. Pensaron que cumplir con todos los requisitos del “checklist” de un “país democrático”, les abriría las puertas a los recursos de Estados Unidos o la Unión Europea. Pero eso no ocurrió. El propio Fukuyama admitió posteriormente su error, pero durante años, a las generaciones más jóvenes de todo el mundo se les enseñó que las democracias occidentales eran el único ejemplo y que todo lo demás no funcionaba. Hoy vemos que la economía rusa sigue funcionando pese al conflicto, que China compite con Estados Unidos por el liderazgo económico mundial, India, gracias a su población, está acelerando su economía; en África, los intereses de otros países siguen chocando y conducen a guerras civiles, y países como Estados Unidos emplean el “poder duro” en las relaciones internacionales.
En resumen, a los jóvenes se nos enseñó a ver el mundo a través del prisma del idealismo, pero resulta que el realismo no ha desaparecido. Por eso los actuales jóvenes se están radicalizando. La izquierda ha abrazado los valores del globalismo, y la derecha, como contrarreacción, está reaccionando con fuerza redoblada. El radicalismo y extremismo nacen de esta confrontación, pero está guiado por el idealismo más que por el realismo.
JMR: En cuanto al rol de las mujeres en la política global: ¿ha observado tendencias que vayan más allá de las cuotas o la paridad formal? ¿Qué transformaciones considera necesarias en las estructuras, culturas y expectativas para fortalecer el liderazgo femenino?
Pavel: Lo más importante es crear condiciones para que mujeres y hombres compitan en igualdad de condiciones en la política, basándose en un proceso voluntario y basado en el mercado. No apoyo los sistemas de cuotas porque obligan a las mujeres a ocupar cargos públicos mediante la coerción estatal. Esto es negativo. No sólo crea un rechazo hacia las mujeres políticas, sino que también obliga a los partidos a buscar deliberadamente a cualquier mujer, sólo para cubrir las cuotas. La gente necesita incentivos positivos, y las cuotas son negativas.
Hemos visto casos de vicepresidentas elegidas únicamente por requisitos legales, cuotas o para complacer a los votantes, como se vio en Argentina, Colombia y Ecuador. Los resultados no fueron los mejores.
He trabajado con candidatas y debo decir esto: no existe género en la política desde la perspectiva de quien se postula al poder.
Sin embargo, sí es más difícil para una mujer abrirse paso en ese mundo político. Kamala Harris, en su libro “107 Días”, usa pequeños ejemplos para describir lo difícil que es para ella, en comparación con los hombres, incluso elegir su apariencia, por ejemplo. Sí es demasiado reveladora, será estigmatizada. Sí es demasiado modesta, podría ser vista negativamente, pero así es. Hombres y mujeres son diferentes en la vida y en la política. Todos deben aprovechar sus fortalezas y mitigar sus debilidades. Lo principal es que el gobierno no imponga una igualdad artificial. Las mujeres políticas con talento encontrarán su propio camino hacia el cargo sin la ayuda del gobierno. Por cierto, mi sueño es dirigir una campaña para una candidata presidencial. Espero que algún día se haga realidad.
JMR: ¿Qué paradigmas políticos emergentes considera usted más fuertes en la Rusia actual – por ejemplo, nacionalismo, tecnocracia, populismo, autoritarismo blando – y cuáles cree que seguirán predominando?
Pavel: Actualmente observamos un fortalecimiento del nacionalismo, la búsqueda espiritual y religiosa, los sentimientos antimigratorios y el conservadurismo. Estos elementos están ganando una popularidad evidente. Y sí, existe una reestructuración de las instituciones estatales, tanto formales como informales. Hay que entender que antes de la Operación Militar Especial, Rusia no prestaba tanta atención a las ideologías y los valores. Hace apenas una década, sí un ruso vestía una kosovorotka (una camisa tradicional rusa) o un kokoshnik (un traje nacional ruso tradicional), habría parecido excéntrico. Hoy, debido a la dicotomía “nosotros contra ellos”, los rusos son más conscientes de sí mismos como un pueblo unido y sienten una conexión con sus raíces, sus antepasados y la historia del país. Creo que esta tendencia – el redescubrimiento de la cultura y la identidad rusa – seguirá creciendo y se convertirá en un eje fundamental del discurso político y social.
JMR: ¿Cómo evalúa las relaciones entre Rusia, Eurasia y América Latina? ¿Existen intereses geopolíticos, económicos o culturales concretos? ¿Cree que Rusia tiene una estrategia coherente hacia la región o sólo intervenciones aisladas? ¿Por qué Rusia está priorizando el continente africano y mantiene una presencia limitada en América Latina?
Pavel: Las relaciones con Europa son tensas debido al conflicto con Ucrania. La mayoría de los países europeos han optado por apoyar a Ucrania y están intentando reducir su dependencia de los recursos energéticos rusos, aunque esto aún no ha sucedido.
En Asia, Rusia mantiene una alianza con China especialmente en el ámbito económico. En Rusia se dice en broma que “ahora todo nuestro transporte es chino”, porque debido a las sanciones, sus productos son más baratos y accesibles que los europeos. Los intercambios culturales, turísticos y educativos están creciendo entre ambos países. Pero China nunca ha tenido, ni tendrá, aliados; es importante comprenderlo. Hoy, Rusia promueve un mundo multipolar, que incluya al menos a actores tan fuertes como Rusia, China y Estados Unidos.
La política exterior rusa se refleja en el “Concepto de Política Exterior de la Federación Rusa”. Europa, Asia y Latinoamérica se perciben como áreas de interés para Rusia. Y estoy seguro de que Latinoamérica demanda la asistencia cultural, financiera y política de Rusia. Actualmente, debido a la necesidad de concentrar importantes recursos en la Operación Militar Especial, algunas áreas de política exterior, como Latinoamérica, podrían quedar relegadas a un segundo plano.
Sin duda, existe interés en Latinoamérica. En mi empresa, Dubravsky Consulting, hemos recibido solicitudes desde Rusia para analizar mercados latinoamericanos en educación, política y economía. Por ejemplo, realizamos un importante proyecto sobre la demanda de educación rusa en la región y, recíprocamente, el interés latinoamericano hacia Rusia.
JMR: Usted pertenece a una generación que creció bajo un nuevo liderazgo ruso. ¿Qué piensa de la vida en esta gran y visionaria nación? ¿Y cómo la compara con otros países?
Pavel: Cabe mencionar que nací en Moscú, la capital, y por lo tanto he tenido mucha suerte. Decimos: “Moscú no es Rusia”, y es cierto. Es una ciudad accesible para todos, de cualquier clase social. Aquí siempre puedes adaptarte y encontrar la mejor opción de vida. Es una ciudad accesible para personas de todos los niveles económicos.
El mayor regalo que me ha dado mi país es la lengua rusa. Escribo y trabajo en ella, ganando dinero para mi familia. La cultura rusa me ha formado como persona y como experto. Tengo mucha suerte.
Comparado con otros países, creo que Rusia es Europa y vamos más o menos en la misma dirección, aunque mis palabras puedan sorprender a muchos lectores.
Además, tenemos mucho en común con América Latina. Mi profesora de Estudios Latinoamericanos, Tatyana Evgenyevna Vorozheykina, solía decirnos en sus clases que, en la década de 1990, Rusia y América Latina enfrentaban dilemas muy similares: hacia dónde avanzar, qué modelo adoptar, cómo reconstruir los países después de regímenes autoritarios. Tanto ustedes como nosotros llevábamos el peso de la historia, la carga de regímenes políticos anteriores y un futuro incierto. Pero, de alguna manera, todos lo superamos.
Curiosamente, el país más popular en Rusia es Estados Unidos; el 60 % de los encuestados conocía a los candidatos para las elecciones estadounidenses de 2024. ¡Es una cifra enorme! Somos muy estadounidenses debido a nuestra historia. Sin embargo, mi opinión es que Rusia debería desarrollar relaciones más estrechas con los países latinoamericanos, no sólo diplomáticas, sino también culturales.
JMR: ¿Cómo imagina el futuro de su generación? ¿Será más tecnológica, más individualista o más espiritual – más allá de lo religioso – ?
Pavel: A mi generación, los millennials rusos, se la considera “la generación perdida”. No tenemos valores ni referencias ideológicas sólidas. Nacimos de padres que vivieron la caída de la URSS, para quienes la estabilidad, la seguridad y el bienestar material se convirtieron en los valores supremos. La demanda de seguridad era primordial, y el presidente Vladimir Putin la satisfizo a principios de la década de 2000 al llegar al poder.
Los millennials, en cambio, crecimos en un vacío ideológico: fuimos los primeros en vivir la era de los teléfonos inteligentes, las redes sociales y la libertad absoluta en internet. Fuimos los primeros en experimentar las redes sociales y ser parte del laboratorio experimental de la psicología digital.
Muchos buscaron sentido en el alcohol, las drogas , el hedonismo y el tabaco. Los actuales zoomers son diferentes; obtienen una rápida descarga de dopamina de TikTok y las redes sociales, y se han acostumbrado a vivir en ellas. Son más digitales, menos sociables.
Mientras que nosotros, como millennials – y yo soy un millennial tardío, aún más cercano a un zoomer -, nos fijamos metas materiales en la vida cómo comprar un apartamento, un coche y vacaciones, los zoomers de hoy entienden que comprar un apartamento es prácticamente imposible, así que ¿para qué molestarse? Son menos propensos a entablar relaciones a largo plazo y tienen relaciones sexuales con menos frecuencia. Por lo tanto, para los millennials, la familia es algo para lo que deben estar preparados, mientras que para ellos, podría haber sido el comienzo de la edad adulta. Por ejemplo, Valery Fyodorov, director del Centro Ruso de Investigación de la Opinión Pública (VTsIOM), cree que el matrimonio en su forma actual se ha vuelto obsoleto para la generación actual.
Los actuales jóvenes zoomers se centran más en la cultura nacional, la familia y buscan su identidad en la religión. Pero esa búsqueda espiritual, aunque no necesariamente religiosa, podría definir su futuro. Esto es algo que mi generación apenas puede entender.
JMR: Si tuviera que describir el alma rusa con una sola imagen o metáfora, ¿cuál sería?
Pavel: Los rusos somos fríos por fuera, amables por dentro.
JMR: Más allá de la política, ¿qué papel juega el deporte en su vida – sé que le gusta el hockey y el “HC Dynamo Moscú”? ¿Qué música escucha cuando está en un ambiente tranquilo, lejos de la política? ¿Qué libro lo ha influido más y orienta sus decisiones?
Pavel: He practicado aikido, sambo – un estilo ruso de lucha con elementos de judo – y boxeo. Durante mis viajes de trabajo, suelo visitar gimnasios por todo el mundo. Por ejemplo, cuando trabajé en un proyecto en Uzbekistán, tuve la oportunidad de entrenar con la selección nacional. Por error, confundí los gimnasios y terminé entrenando con ellos. Fue una experiencia extraordinaria: ellos son atletas de gran nivel y tienen una calidez humana enorme.
Y sí, sigo la KHL, la liga rusa equivalente a la NHL. En Rusia, cuando apoyamos a un equipo, decimos “Boleyo za” – literalmente, “enfermo por”. Yo “estoy enfermo por” el HC Dynamo de Moscú, mi equipo. Sufro y me alegro con ellos.
En cuanto a la música, soy melómano, pero a medida que envejezco, me gusta más el jazz negro, Frank Sinatra y el phonk.
Dos libros que me han influenciado recientemente: “Can’t Hurt Me” de David Goggins y “Hillbilly Elegy” de J.D. Vance. Y, por supuesto, la Biblia, a la que recurro constantemente.
Otros libros importantes para mí son: 100 años de soledad de Gabriel García Márquez, El tiempo de las mariposas de Julia Álvarez, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa y Piedra, papel o tijera de Garland Inés.
Como puedes ver, tengo una fuerte inclinación por la literatura latinoamericana. Me siento muy identificado con ella. Suelo dar conferencias en Rusia; mi conferencia de diciembre se titula “Dictadura al estilo latino: Política y literatura”. Allí hablaré sobre cómo libros como: “La Danza del Chivo” y “El Tiempo de las Mariposas” abordan las dictaduras en distintos países de América Latina. En casa tengo toda una colección de libros sobre dictaduras, revoluciones y transiciones de poder, clasificados por países.
JMR: ¿Ha tenido oportunidad de visitar Colombia? ¿Qué emociones personales le inspira este país, considerado “El País de la Belleza” por su riqueza natural y cultural?
Pavel: Para mí, Colombia no es sólo un país lejano, sino un lugar de interés profesional y espiritual. Mientras respondo esta entrevista, a mi derecha se encuentran tres libros del notable autor colombiano y ganador del Premio Literario de Dublín, Juan Gabriel Vásquez: El ruido de las cosas al caer, “Polvo incorruptible” e Historia secreta de Costaguana. Y por supuesto, Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez que fue mi puerta de entrada a la literatura colombiana.
Profesionalmente, su país es muy importante para mí. En 2022, cubrí las elecciones presidenciales colombianas y seguí su política interna. Así que cuando los colombianos hablan del estilo de Gustavo Petro en Twitter/X, entiendo a qué se refieren. A menudo hago referencia al libro “Historia de Colombia desde la antigüedad hasta principios del siglo XXI” de Zbigniew Ivanov y Ekaterina Grantseva. Lo encuentro inspirador e informativo. Mi felicidad personal proviene de leer a autores colombianos.
Creo que Colombia es mucho más que sólo belleza y naturaleza: Tiene alma, historias trágicas y sangrientas, así como acontecimientos alegres y grandiosos. Una vez vi la película “Cóndores no entierran todos los días” sobre la época de La Violencia y el conflicto entre liberales y conservadores. Realmente me ayudó a comprender que Colombia es mucho más que lo que retratan las series modernas de Netflix.
Los colombianos son personas maravillosas no sólo por fuera, sino también por dentro. He tenido la suerte de trabajar con colegas colombianos y siempre me ha impresionado el amor profundo por su país, qué están dispuestos a aceptarlo con sus problemas, verdades y dificultades y su esperanza en el futuro.
También me parece que su país ha soportado mucho dolor y acontecimientos difíciles. Sinceramente le deseo felicidad a la nación colombiana y deseo que su país prospere y que sus ciudadanos sean siempre felices.
No he tenido la oportunidad de visitar Colombia, pero tarde o temprano, sin duda iré a visitar su país. Invítenme a dar conferencias en universidades y a participar en campañas electorales. Dubravsky Consulting siempre está dispuesto a ayudar a elegir a los mejores candidatos; contamos con una amplia experiencia internacional en este tipo de proyectos.
También me gustaría ver más autores colombianos traducidos al ruso. Nos faltan más puentes culturales: más eventos culturales comunes, como ferias del libro o festivales de cine. Vivimos lejos, pero ¿es eso realmente un obstáculo?
JMR: ¿Cuáles son las personas que usted más admira – en su profesión, en la historia política, en la cultura – y cuáles lugares o proyectos lo inspiran y nutren su capacidad de estrategia y visión? ¿Tiene algún proyecto personal que aún no haya revelado y que pueda definirse como su “misión secreta” para el futuro?
Pavel: De joven, me impresionaba mucho la naturaleza escandalosa y provocadora del consultor político Roger Stone – republicano- y el estilo fresco de comunicación estratégica de David Axelrod -demócrata-.
En historia, debido a mis intereses profesionales, me gustan especialmente los Padres Fundadores de los Estados Unidos, en especial Thomas Jefferson por ser autor de la Declaración de Independencia. Además de él, está Samuel Adams, el revolucionario e ideólogo de la nueva república llamada Estados Unidos. También me gustaría destacar a Patrick Henry con su frase más famosa: “Dadme la libertad o dadme la muerte”.
Y, perdónenme, no puedo evitar destacar a Simón Bolívar, quien aún hoy influye en los países latinoamericanos. Culturalmente, soy un gran fan del universo de Star Wars, especialmente de la época de la “Antigua República”. A veces, para inspirarme creativamente durante las campañas electorales o simplemente por diversión, recurro a los videojuegos. Son una parte importante de mi desarrollo. Por ejemplo, aprendí inglés de adolescente para poder traducir KOTOR II al ruso. Sin embargo, rápidamente perdí el entusiasmo y terminé disfrutando del juego en inglés. Entre los juegos importantes recientes, Disco Elysium me inspiró mucho. Explora el conflicto político en un país ficticio a través de la lente del dinero, el capitalismo y el libre albedrío. Pero lo más importante es que trata sobre el alma humana, y nosotros, consultores políticos, trabajamos con las almas de las naciones.
Entre los nuevos proyectos, mi colega Yulia Bobrova y yo lanzamos el canal de YouTube “Non-White House”. Allí hablamos de política internacional. Suscríbete, YouTube permite la traducción al español y al inglés, y hay subtítulos automáticos.
Y cómo una primicia para sus lectores: – aún no lo he anunciado en Rusia -, pero estoy escribiendo un libro sobre “La Nueva Derecha” en Estados Unidos.
JMR: Finalmente, ¿Qué canciones y libros serían la banda sonora de su vida en estas tres etapas: infancia, adolescencia y presente?
Infancia: Robin Hood, canción de The Killers, “Mr. Brightside”.
Juventud: Flowers for Algernon, canción de TV on the Radio, “Wolf Like Me”.
Presente: 100 Years of Solitude, canción de Frank Sinatra, “My Way”.




