El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció el martes 13 de mayo a los 89 años, tras enfrentar una fase terminal de cáncer de esófago.
Redacción El Liberal

En enero de 2025, el exmandatario había anunciado públicamente que el cáncer se había extendido por su cuerpo y que no continuaría con tratamientos médicos. Según informó su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolanski, Mujica recibió cuidados paliativos para aliviar el dolor en sus últimos días.
José Alberto Mujica Cordano, fue un político y floricultor uruguayo que se desempeñó como presidente de la República Oriental del Uruguay desde el 1 de marzo de 2010 hasta el 1 de marzo de 2015. Fue miembro y líder del partido político Frente Amplio. Exguerrillero, integró en los años sesenta el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, por lo que estuvo prisionero entre 1972 y 1985 durante la dictadura cívico-militar en Uruguay.
En 1989 fue elegido diputado y posteriormente senador por el Frente Amplio, para luego ocupar el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008. Después de ocupar la Presidencia, fue elegido senador nuevamente, en las elecciones de 2014 y en las de 2019. Renunció a este último cargo el 20 de octubre de 2020, retirándose de la actividad política para dedicarse a la militancia popular. Era el líder del Movimiento de Participación Popular, sector mayoritario del partido político Frente Amplio.
Mujica fue descrito como «el jefe de Estado más humilde del mundo» debido a su estilo de vida austero y su donación de alrededor del 90% de su salario mensual de doce mil dólares a organizaciones benéficas que benefician a los pobres y a los pequeños empresarios. Un crítico abierto del enfoque del capitalismo en acumular posesiones materiales que no contribuyen a la felicidad humana, fue elogiado por los medios y periodistas por sus ideologías filosóficas; El Times Higher Education se refirió a él como el «presidente filósofo» en 2015, un juego de palabras con la concepción de Platón del rey filósofo.
Desde 2005 hasta su muerte estuvo casado con Lucía Topolansky, dirigente histórica del Movimiento de Participación Popular y además vicepresidenta de Uruguay entre 2017 y 2020, con quien mantenía una relación sentimental desde 1972.
La trayectoria de Mujica estuvo marcada por su lucha por la justicia social y su papel como un referente de la izquierda en América Latina. Durante su mandato presidencial (2010-2015), apoyó iniciativas clave como el proceso de paz en Colombia, que culminó con el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en 2017.

En palabras de Michelle Bachelet, “la partida de José Pepe Mujica deja un vacío inmenso, no sólo en el corazón del pueblo uruguayo, sino también en América Latina y en todos aquellos lugares del mundo donde se valora la política como un acto de servicio, una expresión de coherencia y un camino hacia la justicia”.
Manifiesta Bachelet que “Pepe fue muchas cosas: militante, preso político, presidente. Pero sobre todo fue un hombre libre. Libre para pensar con profundidad, para decir lo que otros mantenían en silencio, para vivir con sobriedad y para luchar, con terquedad y ternura, por un mundo más humano. Su vida estuvo marcada por la adversidad, por años de encierro, por el dolor que deja la violencia política. Pero nunca lo vimos rendirse al odio ni al resentimiento. Salió de la cárcel con más convicciones que rencores, con más sueños que reproches. Su resiliencia no fue sólo individual, fue una apuesta colectiva por el reencuentro y por la esperanza”.
“Como presidente, gobernó con honestidad austera y con sentido de lo esencial. Siempre supo que el poder era un instrumento, no un fin. Por eso renunció a los privilegios, vivió en su chacra, condujo su escarabajo y donó la mayor parte de su salario. No lo hacía para llamar la atención: era, simplemente, fiel a su ética” expresó la expresidente chilena.
La noticia de su fallecimiento trajo a la memoria momentos significativos de su vida política y personal, entre ellos el homenaje que recibió en diciembre de 2024 por parte del presidente colombiano Gustavo Petro, que le otorgó la Cruz de Boyacá, la máxima condecoración civil de Colombia. Este reconocimiento tuvo lugar en la chacra de Mujica, ubicada en Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo, en una ceremonia breve pero cargada de simbolismo.
Gustavo Petro escribió en su cuenta de X: “Ha muerto Pepe Mujica, el gran revolucionario, el presidente de Uruguay. Adiós amigo. Ojalá América Latina, algún día, tenga himno, ojalá América del Sur se llame, algún día: Amazonía. Hoy creo firmemente que el proyecto de integración de América Latina, pasa por construir, como la Unión Europea, una Unión Grancolombiana, que en el corazón de la América Latina y el Caribe, del paso decisivo a la integración”.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, publicó el actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, en un mensaje en X, acompañando la noticia con palabras de afecto y respeto hacia Mujica,
Su legado como un defensor de la paz y el diálogo sigue siendo recordado y valorado tanto en Uruguay como en el resto de la región. El fallecimiento de Mujica representa la pérdida de una figura emblemática de la política latinoamericana, cuyo impacto trascendió las fronteras de su país.