“Necesitamos a los demás, pero también tenemos que enfrentarnos con nosotros mismos”.
Por: Lucy Amparo Bastidas Passos
Al poco rato de despedirse de María José Pizarro, María Cano distinguió a lo lejos a la ingeniera M. Iragorri, en medio de ese país tan hermoso, donde el verde es de todos los colores y los pájaros lo atraviesan en bandadas. Al acercarse preguntó: ¿Has seguido el curso de la Reforma Laboral?
La ingeniera Iragorri contestó: He seguido el proceso desde el 2023 cuando fue presentada por el Gobierno. En 2024 fue aprobada en dos debates en la Cámara de Representantes. Pero al pasar al Senado, sin dejarla respirar, sin debatir lo aprobado por la Cámara, la hundieron 8 senadores de oposición.
Ese día el presidente Gustavo Petro en apoyo a los trabajadores, lanza la Consulta Popular con 12 preguntas. Tampoco le gustó a la oposición, y el 14 de mayo la negaron. El mismo día resucitaron la Reforma Laboral, que se encuentra en la Comisión Cuarta del Senado. ¿Será maniobra política? Pensó María, y preguntó: ¿Qué opinas de las 16 preguntas que el Gobierno con los ministros Sandino de trabajo y Jaramillo de Salud radicaron el 19 de mayo con la nueva propuesta de Consulta Popular?
La ingeniera Iragorri contestó: Estoy de acuerdo en casi todas, incluso con las cuatro de salud muy pertinentes. Pero no con la número 11, que dice: “¿Está de acuerdo en promover la estabilidad laboral mediante contratos a término indefinido como regla general?”
¿Cuál es tu objeción? Como ingeniera sé que en construcción es difícil otorgar contratos a término indefinido. Las obras no siempre tienen continuidad. Además como mujer que me desempeño en este gremio, vivo situaciones difíciles con los obreros. No tienen educación ni cultura. Algunos que se creen muy gallitos, son altaneros sobre todo con las mujeres, así seamos ingenieras o arquitectas. No soportan a una mujer dándoles instrucciones. En estos casos, imagínate aguantarse ¡a un trabajador por término indefinido!
La ingeniera Iragorri, continuó, en general los obreros obedecen a sus jefes, hay maestros y oficiales respetuosos, entonces por algunos no puedo cuestionar a todos. Aunque a veces me toca hacer triquiñuelas para que me obedezcan: les digo que el ingeniero manda a decir que hagan esto o aquello; y como la orden viene de un hombre, ¡ahí sí se mueven! En otro escenario lo reflexiona Vera Grabe: “Necesitamos a los demás, pero también tenemos que enfrentarnos con nosotros mismos”.
Otra cosa: muchos creen que las y los ingenieros o arquitectos seamos dueños o no del edificio, no laboran, dicen que solo los obreros porque trabajan con las manos, son los que construyen. Pues ¡no!, el patrón también trabaja, así sea desde el escritorio. Es un equipo.
Volviendo a la pregunta 11, Continuó la ingeniera, charlé con el senador Temístocles y me aclaró que una vez aprobada esa pregunta, se tiene que reglamentar una Ley. Allí se especificará en qué casos se aplica el contrato indefinido, porque hay otros sectores como el agrario a los que tampoco aplica contratos indefinidos.
Eso te tranquiliza, preguntó María de los Ángeles. La ingeniera asintió.
