Por Juan Manuel Rincón
Kazán, la capital de la República de Tartaristán (Rusia) fue sede de la cumbre de líderes de los países BRICS en días anteriores.
Esta ciudad situada a orillas del extenso río Volga fue seleccionada por el gobierno ruso para la reunión de alto nivel de esta plataforma multinacional, porque es un ejemplo mundial de convivencia y tolerancia en un mundo multipolar.
Durante varios siglos, esta ciudad – cuyo nombre se traduce como caldero – se fue consolidando en una capital global de las culturas, artes y saberes, debido a la herencia de las diferentes civilizaciones que se establecieron en su territorio.
A pesar de las diferencias lingüísticas, culturales y sobre todo religiosas, desde hace más de 500 años en tierras tártaras, se establecieron como valores clave para mantener hasta nuestros días un armonioso mosaico de convivencia y construcción de una sociedad modelo, la tolerancia y el respeto.
Kazán, actualmente es el hogar de 1 millón 296 mil habitantes, quienes representan 115 nacionalidades. Los grupos étnicos más representativos son rusos, tártaros, chuvasios, ucranianos, azerbaiyanos y maris. En el ámbito religioso que es el más característico de la capital tártara hay 200 organizaciones religiosas: 97 islámicas, 57 ortodoxas, cuatro antiguas creencias, 34 protestantes, dos judías y una organización por cada una de las siguientes afiliaciones: Iglesia católica, Iglesia Apostólica Armenia, los mormones, los bahá’ís, los Hare Krishna y los budistas.
Además de priorizar la religión como un elemento sociocultural de diversidad e integración, los gobiernos de la república y la capital tártara han impulsado políticas públicas que resalten otros elementos culturales, entre las estrategias están, la “Implementación de una política nacional estadual en la República de Tartaristán 2014-2020” y la “Preservación, estudio y fomento de las lenguas estaduales y demás idiomas en la República de Tartaristán 2014-2020” que han garantizado la conservación de la armonía interétnica y la preservación y el fomento de la cultura y otros idiomas diferentes a la lengua tártara.
También la implementación de la Estrategia para el Desarrollo Social y Económico de Kazán establecida hasta el 2030, la cual se enfoca en la importancia de salvaguardar la diversidad cultural integral y religiosa de la ciudad de Kazán. Entre las acciones dinámicas está que cada cinco años se adopte un programa municipal para el fortalecimiento de la armonía civil de toda la población residente en Kazan.
Pero Kazán, no es sólo una capital mundial de las culturas en su propio territorio, también está traspasando las fronteras de la república tártara y la Federación Rusa. Durante el Foro Internacional de Ciudades de los países BRICS+, que se realizó el pasado mes de junio en Kazan, su alcalde, Ilsur Metshin, propuso la creación de la Asociación de Ciudades BRICS+, la cual inició actividades en el mencionado foro, y que no sólo la integrarán ciudades pertenecientes a los países BRICS, sino que hay interés de gobiernos locales de otras naciones como Argentina, Chile, Marruecos entre otros.
También vale resaltar, que hay una conexión entre Kazan y Colombia en una reciente entrevista el alcalde Metshin mencionó:
“Hace unos 10 años, en un foro mundial, dije que los propietarios de automóviles nos bombardeaban: “¡Ustedes son fulano de tal, no tenemos dónde estacionar nuestros autos!” Y la motorización crece, los atascos se multiplican: está claro que el alcalde tiene la culpa de todo.
El entonces alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa dijo: “Escuchen, hagan caminos peatonales, desarrollen infraestructura ciclista”. Le dije: “¿Qué ciclovías? ¿Qué tipo de parques y plazas? ¿De qué estás hablando? El problema es que: ¡No tenemos dónde estacionar nuestros autos!
A lo que él respondió: “¿Y qué? Mañana compraré un refrigerador, iré a verte y te diré: compré un refrigerador, no tengo dónde ponerlo, cómprame un apartamento”.
Entonces: ¿tal vez deberías pensar primero dónde colocar este refrigerador? En general, no es problema tuyo ni de la ciudad”. Para mí fue un shock escuchar eso.
“Luego lo invitamos a dar conferencias en Kazán, incluso ante el jefe de la república y miembros del gobierno. Este es un ejemplo de cómo llegamos a la idea de que la ciudad y los ciudadanos necesitan parques, plazas, rutas peatonales y carriles bici. Me demostró claramente que no sólo hay que mirar a los ojos a los propietarios de automóviles y decir: “Sí, sí, construiremos estacionamientos, sí, sí, sí, construiremos más estacionamientos”.
Kazan no es solo la sede de grandes eventos como la cumbre de los BRICS+, una capital de las culturas o de las religiones. Es una metrópoli ejemplar que se hace visible para imitar en el actual panorama mundial, en el que los valores humanos están en crisis. También, es una ciudad abierta que abraza a Colombia, a través del ADN y el corazón colombiano plasmado en su urbanismo y ciclovías.