Hablar de la profesora Maruja Mayorga de Pabón es hablar de una mujer que dedicó medio siglo de su existencia a formar generaciones en las escuelas rurales del Cauca.

Por Marco A Valencia
Más que un documento oficial, el reconocimiento simboliza el cierre de un ciclo marcado por la entrega, la disciplina y la vocación. La profesora Maruja, oriunda de Almaguer, es hoy un orgullo institucional y un ejemplo de vida profesional, una mujer que entendió la enseñanza como un acto de servicio y que deja huella imborrable en su comunidad.
En esta entrevista-homenaje conversamos con ella para escuchar, en sus propias palabras, las memorias de su recorrido pedagógico, las alegrías y retos de educar en la ruralidad, y el legado que deja a quienes la conocieron dentro y fuera del aula.
MAVC: Después de medio siglo en las aulas, ¿qué sentimientos le deja este cierre de etapa en su vida?

MM: Agradecida de Dios por haberme permitido cumplir satisfactoriamente con esta bella labor que Dios y la vida me encomendaron y, claro siento mucha nostalgia de dejar las aulas que durante 50 años fueron mi lugar de motivación en el quehacer pedagógico. ¡Pero no le miento, la pasé rico y fui feliz!
MAVC: ¿Recuerda cómo fue su primer día como docente y qué la motivó a elegir esta profesión?
MM: Recuerdo que mi primer día como docente… estaba llena de emociones: nervios, ilusión y muchas expectativas. Desde el primer momento sentí la responsabilidad y alegría de poder acompañar a mis estudiantes en su aprendizaje y crecimiento personal.
Elegí está profesión por qué siempre, desde niña, me ha apasionado enseñar y ayudar a los demás y tuve la gran fortuna de estudiar en la Normal Superior Santa Clara de Almaguer Cauca. Las normales le abrían a una el corazón para sembrarle vocación. Uno sale de normalista con ganas de cambiar el mundo y todavía hoy tengo ese espíritu de normalista.
Con setenta años de edad y cincuenta de ellos entregados a la docencia —la mayor parte en el municipio de El Tambo— acaba de recibir, de parte de la Secretaría de Educación y Cultura del Cauca, una carta de agradecimiento por su labor, acompañada de la notificación de su jubilación.
MAVC: En estos cincuenta años, ¿cuál considera que ha sido su mayor aporte a la formación de los estudiantes?
MM: Durante estos 50 años de trayectoria considero que mi mayor aporte a los estudiantes fue acompañarlos en su desarrollo integral: no sólo en lo académico sino también en la formación de valores, autoestima, y habilidades para la vida. Enseñarle a un niño del campo y ver su carita de asombro no tiene precio, eso no se le olvida a uno nunca.
MAVC: ¿Qué cambios ha notado en la educación desde que comenzó hasta hoy?
MM: Claro que sí, desde que comencé hasta hoy, uff hemos muchos tenidos cambios significativos en la educación. Unos muy buenos. Antes el aprendizaje era más rígido y centrado en la memorización; ahora se enfoca más en el desarrollo integral del estudiante, la creatividad, el pensamiento crítico y el uso de la tecnología como herramienta de aprendizaje. Siempre viví actualizada y nunca me perdí una capacitación del Ministerio o de la Secretaría de Educación porque ese era el compromiso, vivir actualizada.
MAVC: La docencia suele ser un trabajo silencioso y de mucha entrega, ¿cómo describiría el valor de ser maestra?
MM: El valor de ser maestra se centra en la posibilidad de formar vidas, trasmitir conocimientos y valores y acompañar a los estudiantes en su crecimiento personal y académico. Ser maestra significa tener paciencia, dedicación y pasión, pero sobre todo dejar una huella positiva que inspire y transforme a quienes tenemos la fortuna de enseñar. Usted no se imagina la alegría que da recibir un niño en prescolar, enseñarle a escribir y valores básicos y después, años después verlo llegar con sus hijos y decirme profe Maruja, vengo que a que le enseñe a mis hijos como usted me enseñó a mí. Eso es mucha alegría.
MAVC: ¿Qué consejo les daría a los maestros jóvenes que apenas comienzan este camino?
MM: Mi consejo para los maestros jóvenes es que enseñen con pasión y paciencia, que nunca dejen de aprender juntos a sus estudiantes. Escuchen, comprendan y motiven a sus estudiantes por qué más allá de los contenidos, lo más importante es formas personas integras y seguras de su mismas. Esto parece retorica o palabras repetidas una y otra vez, pero es cierto, sin paciencia, sin escuchar, sin automotivarse el trabajo puede ser distinto.

MAVC: Ahora que se pensiona, ¿qué proyectos o sueños personales quiere retomar o iniciar?
MM: Ahora que me pensione quiero dedicarle más tiempo a proyectos personales y sueños que he tenido postergados. Super importante compartir con mi familia y amistades y también involucrarme en actividades que aporten a la comunidad y a la educación de manera voluntaria. Mi objetivo es seguir creciendo y aportando a la sociedad, aunque ya no esté en el aula seguiré siendo maestra todos los días de mi vida y quiero ayudar mi experiencia en la comunidad donde vivo.
Si pudiera resumir su vida docente en una frase, ¿cuál sería?
Ser maestra me permitió servir con amor y crecer junto a mis estudiantes sembrando conocimiento y valores en sus vidas. Y mirando con la frente en alto puedo decir que cumplí mi deber con Dios, los niños y la patria.





