El economista y politólogo de la Universidad de Chicago, James Robinson, ha sido galardonado con el Premio Nobel de Economía 2024 por su influyente trabajo sobre cómo las instituciones moldean el desarrollo económico en las sociedades.
Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal.
El prestigioso Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado a James Robinson, economista y politólogo de la Universidad de Chicago, en reconocimiento a sus investigaciones pioneras sobre el papel fundamental que desempeñan las instituciones en el desarrollo económico. Robinson ha destacado en el ámbito académico por su capacidad para conectar las estructuras políticas y económicas con los resultados del crecimiento y bienestar en las sociedades, ofreciendo una nueva forma de entender las disparidades de desarrollo entre países.
El trabajo de Robinson ha sido especialmente influyente a través de su coautoría en el libro Por qué fracasan los países, escrito junto a Daron Acemoglu, en el cual examinan las razones por las cuales algunas naciones logran prosperar mientras que otras permanecen sumidas en la pobreza. El libro argumenta que el éxito económico no depende tanto de la geografía o la cultura, como se creía anteriormente, sino de las instituciones políticas y económicas que permiten o limitan la participación y el acceso al poder. Su enfoque ha cambiado la manera en que los economistas y politólogos analizan el desarrollo y ha puesto las instituciones en el centro de este debate.
El Comité del Nobel elogió las contribuciones de Robinson por ser “esenciales para comprender cómo las reglas y estructuras formales e informales dentro de las sociedades influyen en su progreso económico a largo plazo.” Las investigaciones de Robinson han influido en una amplia gama de políticas públicas, desde reformas económicas en América Latina hasta estrategias de gobernanza en África.
“El galardón no solo honra a un académico, sino a un enfoque que ha iluminado los caminos para que los países emergentes mejoren sus condiciones de vida a través del fortalecimiento institucional”, destacó el Comité durante el anuncio del premio.
Robinson ha sostenido que las instituciones inclusivas —aquellas que permiten la participación equitativa en las decisiones políticas y económicas— son claves para el éxito económico. A través de múltiples estudios y colaboraciones con organismos internacionales, ha demostrado que los países con instituciones extractivas, que concentran el poder y los recursos en manos de unas pocas élites, tienen menos probabilidades de experimentar crecimiento económico sostenido.
Su trabajo ha tenido especial resonancia en América Latina y África, regiones donde los problemas de gobernabilidad y corrupción institucional han sido identificados como barreras para el desarrollo. Robinson ha sido un crítico abierto de los enfoques que se centran únicamente en la implementación de políticas económicas sin abordar las estructuras políticas que las soportan, argumentando que sin instituciones inclusivas, cualquier reforma económica está destinada al fracaso.
Este reconocimiento llega en un momento en que la discusión sobre la relación entre política y economía es más relevante que nunca, especialmente a medida que los países enfrentan retos como la desigualdad creciente, el cambio climático y las crisis económicas derivadas de conflictos y pandemias. El Premio Nobel de Economía de este año subraya la importancia de los estudios interdisciplinarios que combinan la política, la economía y las ciencias sociales para generar soluciones a los problemas más apremiantes del mundo.
Robinson se une a un selecto grupo de economistas que han sido reconocidos con el Premio Nobel por sus contribuciones al entendimiento del desarrollo económico, y su trabajo continuará siendo una referencia clave para los formuladores de políticas y académicos en todo el mundo.
