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Bárbara Muelas, la docente misak que llevó la Constitución de 1991 a su lengua ancestral

Derechos de autor autorizados por: Contenido convenio El País / El Liberal. Autor: Redacción El País.

Gracias a su trabajo de traducción e investigación, es la primera mujer indígena en integrar la Academia Colombiana de la Lengua.

En el corazón del pueblo misak, en el Cauca, el idioma Nam Trik sigue vivo y fortalecido gracias a la lucha de mujeres como Bárbara Muelas, lingüista, docente y defensora del territorio. Su trabajo la ha convertido en la primera mujer indígena en formar parte de la Academia Colombiana de la Lengua, un logro que marca un hito en la representación de los pueblos ancestrales en la historia lingüística del país.

Su reconocimiento es el resultado de décadas de trabajo para preservar su lengua y cultura, siendo su labor más destacada la traducción del componente étnico de la Constitución Política de 1991 al Nam Trik. Esta tarea titánica la llevó a convertir términos técnicos y jurídicos en palabras comprensibles para su comunidad, permitiendo que los derechos de los pueblos indígenas no solo fueran reconocidos en el papel, sino también en su propio idioma.

Un camino de lucha por la educación y la identidad

Hija de terrajeros, Bárbara creció en una familia que vivió de cerca la lucha por la tierra y la resistencia cultural. Sus hermanas enfrentaron persecuciones por defender el derecho de su comunidad a habitar y trabajar en su territorio. En su infancia, la discriminación intentó cerrarle las puertas a la educación: por ser indígena, no le permitían estudiar en el colegio de Silvia, Cauca. Pero eso no la detuvo.

Estudiaba para defender algo: mi comunidad, mi historia, mis antepasados, mi lengua, defender nuestras vidas”, relata Bárbara, quien logró convertirse en lingüista y abrir el camino para otras mujeres misak, demostrando que la educación y la identidad cultural pueden ir de la mano.

Su formación en la Universidad del Valle le permitió participar en 1991 en la comisión de traductores indígenas convocada para adaptar la Constitución a los idiomas ancestrales. Junto a representantes de otros siete pueblos, trabajó en un proceso complejo de interpretación y adaptación de conceptos que, en muchos casos, no existían en su lengua.

Traducir lo intraducible: la Constitución en Nam Trik

Uno de los mayores retos de la traducción fue encontrar equivalencias para términos como “minería”, inexistente en el Nam Trik debido a que la comunidad guambiana no practica esta actividad. Para resolverlo, Bárbara y su equipo combinaron tres conceptos fundamentales en su idioma: raíz, territorio y recurso, creando así la palabra piransrɵl, que en su cosmovisión representa la extracción de riquezas de la tierra.

Este proceso no solo permitió llevar la Constitución a su comunidad, sino que también fortaleció la lengua misak, dándole herramientas para expresar nuevas realidades sin perder su esencia ancestral.

Una guardiana de la palabra y el territorio

La comunidad la reconoce como Øskøwampik, la guardiana de la lengua y la tierra dorada. Su labor va más allá de la traducción: es una defensora del territorio, convencida de que la protección de la identidad misak comienza por la preservación de su idioma y sus saberes.

La Constitución nos dice que los territorios indígenas deben ser cuidados y vigilados entre todos para que no entren gentes que hagan daño”, expresa Bárbara en Nam Trik. Y es precisamente en ese propósito donde ha enfocado su vida: en la defensa de su pueblo, su historia y su lengua, asegurando que su legado permanezca firme a través de las generaciones.

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