Es un municipio colombiano ubicado al sur del departamento del Cauca. Fue fundado en 19 de agosto de 1551 por conquistadores españoles, siendo erigido municipio en el s. XVIII.
Por: Antonio María Alarcón Reyna
Historia
Aunque son muchas y muy variadas las versiones sobre la fundación de Almaguer, la más aceptada es aquella que afirma que Almaguer fue fundada el 19 de agosto de 1551 por Alonso de Fuenmayor y se erigió como una de las principales ciudades del sur del país.
Su nombre fue un homenaje al licenciado Francisco Briceño, gobernador suplente de Popayán, y quien otorgó la licencia a Alonso de Fuenmayor para fundar la ciudad, pues Briceño era oriundo del Corral de Almaguer en La Mancha, Toledo, España. Luego fue presidente de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá, donde falleció ejerciendo el cargo el 13 de diciembre de 1575.

Como el día en que se hizo oficial la fundación fue el 19 de agosto, día de san Luis, se le agregó el nombre de San Luis de Almaguer, pues durante el proceso de fundación también fue llamado ciudad del César y declarado Distrito Minero de la América Española, razón por la cual recibió del rey Felipe II de España el escudo de armas y el título de “Muy noble y muy leal ciudad”.

Por ser una de las ciudades más importantes de la provincia, en Almaguer residía el alférez real, teniente del gobernador, los alcaldes de primera y segunda dominación, el alcalde ordinario de la santa hermandad, los capitanes de milicias reales, escribanos públicos y demás empleados y autoridades que regulaban el mecanismo colonial.
Más tarde repetidos movimientos sísmicos hicieron venir a menos el auge de Almaguer, el temblor del año de 1740, fue tan recio y prolongado que los vecinos se vieron obligados a toldar por quince días en la plaza pública. El terremoto de 1765 la destruyó casi totalmente y obstruyó los socavones de sus ricas minas, en las que trabajaban hasta dos mil peones (indios y negros) que sacaban de una sola mina treinta mil pesos de oro mensuales.

Al presente se ven todavía escombros de edificios, trazados de antiguas calles y otras ruinas que revelan lo que fue la ciudad, como la quebrada de Gudiño, donde existió la casa de uno de los fundadores, Álvaro de Gudiño, lugar en el que hasta hace un tiempo solían encontrarse piezas de oro y plata labradas y que hoy en día es quizá el único recuerdo que Almaguer conserva de su pasado.
Economía
La principal actividad económica de los habitantes del municipio es la agricultura tradicional, con predominio de cultivos orgánicos en pequeña propiedad (chagra): café, caña de azúcar, plátano, frutales. Ganadería bovina.
En la economía rural – campesina, los productos que ahí se cosechan resultan insuficientes para satisfacer las necesidades de la población, por lo que la mayoría de los productos deben ser llevados desde otros municipios y regiones vecinas, por la principal vía carreteable, que desde la ciudad de Popayán pasa por los municipios de Timbio, Rosas, La Sierra y la Vega; hasta su casco urbano.
Vías
El sistema vial del municipio de Almaguer se estructura en forma radial, con centro en la cabecera municipal: Cabecera Norte: Municipio de La Vega, Pancitará. Cabecera Sur: Municipio de Bolívar. Cabecera Occidente: Municipios de Bolívar, Sucre y Patía. Cabecera Oriente: Municipios de San Sebastián y Santa Rosa, pasando por los poblados de Santiago, El Rosal y Valencia.

Forma parte del llamado anillo vial del Macizo Colombiano, que une a los municipios de Rosas, La Sierra, La Vega, San Sebastián, Bolívar, Sucre y El Bordo (Patía), circulación que posibilita un circuito de mercados que parte de la vía panamericana y regresa a ella en los puntos de La Lupa (Municipio de Patía) y en la cabecera del Municipio de Rosas.
La vía sobre la cual recorremos en el circuito ya nombrado es de carácter departamental, tiene un ancho no mayor a 8 m, permitiendo la circulación de dos vehículos. Su acabado es variado puesto que se encuentra pavimento en los municipios de Patía, Bolívar y La Sierra y material afirmado en los municipios de Rosas, La Vega y San Sebastián.
Geografía
Almaguer está situado en el Departamento del Cauca, al sur oriente de su capital Popayán y distante de ella a 172 km. Pertenece al denominado Macizo Colombiano, catalogado como la fábrica de agua más importante del país. La población de Almaguer se halla situada al pie de la colina de Belén – Panecillos y Santa Bárbara, como sus cerros tutelares, ceñida por el poderoso macizo de la cordillera de los Andes que al NE de Almaguer se bifurca para formar las dos ramas gigantescas de los andes colombianos.
Límites del municipio:
Al Norte: Municipio de La Vega.
Al sur: Municipios de Bolívar y San Sebastián.
Al Oriente: Municipio de San Sebastián.
Y al Occidente: Municipio de Sucre.
Festividades
Las fiestas religiosas, como la Fiesta Patronal, la celebración de los Sagrados Corazones, la Semana Santa, el sacramento de la Confirmación (que se realiza una vez cada dos años) y la Navidad, son los principales acontecimientos que propician el encuentro socio-cultural entre todos los habitantes del municipio. Cada corregimiento también posee una fiesta patronal propia, según la Virgen venerada en cada capilla.
En el Resguardo de Caquiona se celebran las fiestas del Sagrado Corazón, la Fiesta de la Virgen de los Milagros, La Virgen de Caquiona, Semana Santa y las Alumbranzas
El carácter sagrado de las fiestas religiosas es respetado en su totalidad y jamás se mezcla con otro tipo de actividades, a excepción de la Navidad, en la que toman mucho valor las actividades de esparcimiento, generalmente ligadas a las fiestas “bailables” y al consumo de alcohol.

En cuanto al ámbito cultural, Almaguer fue declarado “Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de Colombia”, por poseer valores del conjunto urbano que acreditan ser conservados e incluidos en la lista de bienes culturales de la Nación, mediante la Resolución 0013 de 1986.
Las prácticas culturales más representativas giran en torno de la música, en especial de las “Chirimías”, grupos musicales autóctonos que se encuentran a lo largo y ancho de todo el municipio, pues cada corregimiento y cada vereda cuenta con un grupo propio que ameniza los diferentes eventos culturales y acompaña, en especial, los de carácter religioso (fiestas patronales, novenas de Navidad, etc.)
En Caquiona se encuentra la tradición flautística más antigua y de mayor calidad musical. Las flautas traversas de caña son originales de esta región y son digitadas por las falanges y no por la yema de los dedos. Almaguer es el municipio con mayor cantidad de grupos musicales. La región posee una riqueza y variedad musical, los campesinos interpretan variados repertorios como: bambucos, pasillos, aires caribeños, villancicos y canciones comerciales.
El compositor más reconocido es Laurentino Quiñónez, quien vivía en la vereda Casa Blanca y tocaba con el conjunto de Ordóñez; compuso más de 300 piezas musicales. Sus obras han sido interpretadas por grupos de reconocimiento nacional como el grupo Chimizapagua, Chicha y Guarapo de Santafé de Bogotá y La Chirimía Callejera de Medellín.
Almaguer fue reconocida gracias a la generosidad de sus minas de oro, a la excelencia de su arquitectura y al coraje y valor de sus gentes. El terremoto de 1135 la destruyó y su esplendor no pudo recuperarse por cuanto sus minas quedaron destrozadas y la revolución de la Independencia frustró el intento por su restauración realizado por la corona, al encargar a Arturo de Valencia la labor de recuperar las minas de La Concepción. La población se caracteriza por su heterogeneidad socio cultural que la integran distintos grupos sociales como los indígenas, campesinos y pocos colonos. La población indígena está localizada en el corregimiento de Caquiona.
En la actualidad aún se ven escombros de edificios, trazados de antiguas calles y otras ruinas que revelan lo que fue la ciudad, como la quebrada de Gudiño, donde existió la casa de uno de los fundadores, Don Alvaro de Gudiño, lugar en el que hasta hace un tiempo solían encontrarse piezas de oro y plata labradas y que hoy en día es quizá el único recuerdo que Almaguer conserva de su pasado.
Doña Carmen Quinayás

Un oficio artesanal es el entusado de la lana de oveja y su transformación en hilo para la fabricación de ruanas, mochilas, gorros y demás productos. Este oficio se practica desde la cosmovisión del respeto y cuidado de las ovejas.
Doña Carmen Quinayás desarrolla esta labor en el Resguardo Indígena de Caquiona, desde su infancia, pues sus padres la llevaron por ese camino. “Mi mamá hace más de 16 años que murió. Hago alfombras, ruanas y bolsos con lana de oveja. A las ovejas primero las maneo y luego las voy motilando o tusando con tijeras y eso lo hago cada seis meses, cuando uno ve que la lana ya está larguita. Se hace en época de luna creciente para que de nuevo crezca la lana en las ovejas, pero cuando la oveja es vieja, se hace en luna llena. Esa lana la lavamos muy bien con agua y jabón, dejándola un día en remojo y al día siguiente se pone a secar para hilarla después. Luego organizamos la lana en madejas y la vamos desenredando y enrollando en forma de hilo; si es para ruana debe ser más delgadita. Para hacer una ruana uno se gasta unos 8 días”