Por Juan Manuel Rincón
El arquitecto italiano, Massimo Leserri, estuvo de visita en Popayán, inaugurando la exposición: “3exp.It Metodologías Italianas de Investigación y Valoración del Patrimonio Arquitectónico” que está disponible al público payanés y visitante desde el 17 de octubre en el Museo Edgar Negret.
Además de dar apertura a la exposición, el doctor en planificación territorial y urbanismo del Politécnico de Bari, compartió su experiencia académica sobre la protección del patrimonio arquitectónico durante la conferencia: Digitalizando Nuestro Patrimonio.
Durante su estancia en la capital caucana, el doctor Leserri dialogó con El Nuevo Liberal sobre algunos temas actuales de la arquitectura.
¿En qué aporta la digitalización del patrimonio a una ciudad como Popayán?
Puede aportar mucho porque es una forma de hacer ciencia, a través de una serie de herramientas y metodologías eficaces, que ayudan a documentar el patrimonio existente. Ayuda a determinar una posible conciencia respecto a este tema, pero también puede brindar unos datos que pueden ser muy útiles para el futuro y el presente, cuando hablamos de intervención, gestión, restauración, y todo lo que implica normalmente el patrimonio arquitectónico.
¿Cuál es la participación o el rol de las comunidades indígenas o las minorías en la digitalización del patrimonio?
Es un aporte extraordinario, porque ellos tienen un saber constructivo que no está documentado totalmente. Ellos son importantes aliados en la transferencia de sus conocimientos a quienes se ocupan de documentar el patrimonio como son las universidades, los estudiantes, o los mismos estudiantes indígenas que están en la universidades. Sería algo extraordinario no perder este conocimiento.
Una lección que hemos aprendido en Colombia, es no dejar que el conocimiento se quede en lo oral. Sería estupendo poder rescatar o valorar este tipo de conocimiento y para eso es importante involucrar a las comunidades indígenas.
Está claro que hay espacios para que los estudiantes de la universidades dialoguen con las comunidades, pero en ocasiones es importante que los jóvenes indígenas puedan participar y aprendan cómo documentar sus conocimientos de forma digital.
¿Qué lecciones debe aprender Colombia de Italia sobre la protección del patrimonio?
Italia tiene una gran trayectoria en esto porque hace mucho tiempo reflexionó sobre cómo poder tutelar el patrimonio y conservarlo. Porque en Italia pasaron tantas cosas antes de que se tuviera esta conciencia.
Desde la academia se desarrollan varias teorías para mejorar este tema con el tiempo. El concepto del patrimonio, sus formas y medidas para tutelar han cambiado muchísimo en un siglo, porque antes no se tenía en cuenta lo que existía, hoy eso ya existe y así será también en el futuro, porque no se puede perder la memoria de las cosas que nos unen, que nos representan y que nos sirven a todos sobre todo a las generaciones que vienen.
¿La digitalización del patrimonio cambiaría la interpretación de la historia de los territorios?
Tal vez, puede ser porque el conocimiento cambia siempre una postura. Más cuando vamos conociendo algo nuevo; tal vez cambiar eso es posible, porque cambiar no es algo malo.
Eso hace parte de nuestra experiencia, cuando tenemos más conocimientos, cuando tenemos más posibilidades de conquistar nuevos territorios en el sentido cultural.
Seguramente la digitalización es algo que está afectando a todos los jóvenes y a toda la población. Por ejemplo, todo el mundo tiene un celular, sí uno lo utiliza de forma diferente, tal vez pueda descubrir que puede crear un modelado 3D de algún recuerdo que tenga en su casa y pueda documentarlo por primera vez. Eso es extremadamente importante, saber qué podemos hacer técnicamente, para después utilizarlo de forma diferente, aunque lo que nos mueve a hacer esto se llama sentimiento.
¿Qué piensa sobre el interés de algunas metrópolis en el mundo que anhelan o intentan recobrar su patrimonio y algunas poblaciones pequeñas que prefieren el modernismo y las actuales tendencias de la arquitectura?
Cada lugar tiene una historia diferente. No se puede hacer un discurso homogéneo y generalizado. Hay lugares donde es sumamente importante experimentar cosas modernas y también hay experiencias de arquitectura con lenguaje moderno, es decir, la lección local, tradicional se declina por un lenguaje moderno como una experiencia de mejora.
Eso es posible. También hay experiencias de arquitectura contemporánea que fracasan totalmente porque son insostenibles, pongo un ejemplo: en una casa en el Caribe se tiene aire acondicionado, se ha garantizado el aire fresco dentro de la casa, pero finalizando el mes tiene gastos increíbles, en cambio si vas a ver las construcciones tradicionales ya tenían eso solucionado porque usaban elementos arquitectónicos locales que hacen lo bajaban lo mismo, bajan la temperatura y crean la ventilación correcta.
Es decir, hay varias modalidades para obtener la misma cosa. Creo que la mejor, sería la más sostenible en este momento de nuestra época. Ahí está la respuesta.
¿Qué mensaje le da a los estudiantes de arquitectura que prefieren más lo moderno antes que la protección del patrimonio?
Le Corbusier, el maestro de la arquitectura moderna, era un arquitecto suizo-francés y la primera cosa que hizo fue estudiar la arquitectura antigua haciendo un largo viaje por Grecia e Italia.
Sí no conozco, no puedo superar nada. Entonces, sí conozco, puedo también mejorarlo y proponer algo moderno. Pero, ¿cómo puedo hacerlo sí no conozco lo que ya existe? Mejorar es una cosa buena, pero antes de todo, debo tener conocimiento, porque cuando conozco el patrimonio, no lo voy a dañar, es también la lección para lo moderno, yo tengo que tutelarlo por la fuerza también. Entonces las dos cosas pueden convivir juntas.
Es decir, no se puede pensar en ser un arquitecto moderno sin conocer la historia. Puede parecer paradójico, pero es así.
¿Qué piensa sobre la gentrificación y las aglomeraciones que están destruyendo el patrimonio en algunas ciudades?
Eso es un problema enorme, porque estamos en una época donde hay un gran consumo de masas, no sé cómo llamarlo bien, es una sociedad que tiene algunos valores que no coinciden bien con la historia, la tutela y la conservación del patrimonio.
Es muy complicado esto. Hay ciudades donde el consumo, el turismo es muy exagerado, hay un hiperturismo que va dañando el patrimonio, es algo paradójico.
Hay muchas investigaciones que se están publicando últimamente, para entender cómo crear alternativas, y sensibilizar un poco también a la política, que algunas veces está demasiado adentro de la economía o familiarizada con estos poderes.
La universidad tiene que hacer algo, alejarse de todo e intentar crear una alternativa. El tema digital puede ser también un instrumento, sí es visto con una postura diferente para mirar cómo mejorar las cosas.
Pero al principio es la comunidad la que tiene que estar involucrada, toda la comunidad, obviamente. No es fácil encontrar la solución, es un tema contemporáneo, un problema fuerte que tenemos en todo el mundo.
