Durante décadas, “El Chavo del 8” ha sido una de las series más emblemáticas de la televisión latinoamericana, con personajes inolvidables que trascendieron generaciones. Sin embargo, hay figuras menos recordadas que también dejaron huella en la memoria de los fanáticos, como “Malicha”, la ahijada de don Ramón, que surgió como reemplazo temporal de La Chilindrina.
Redacción El Liberal.
La historia detrás del personaje: Malicha fue creada por Roberto Gómez Bolaños en 1973 cuando María Antonieta de las Nieves, actriz que interpretaba a La Chilindrina, dejó momentáneamente el programa. El personaje fue concebido como la ahijada de don Ramón, y aunque solo apareció en cuatro episodios, supo ganarse un espacio en la dinámica de la vecindad gracias a su actitud traviesa y descarada.
Su intérprete: María Luisa Alcalá fue la actriz encargada de darle vida a Malicha. Con una carrera artística que inició a los cinco años junto a Pedro Infante en “Los tres huastecos”, Alcalá fue una figura reconocida en cine, televisión, doblaje y teatro. Además de su paso por El Chavo del 8, su talento se evidenció en múltiples proyectos dentro del entretenimiento mexicano.
Un adiós silencioso: María Luisa Alcalá falleció el 21 de febrero de 2016 a los 72 años mientras dormía en su residencia en Ciudad de México. Aunque su participación en la serie fue breve, el cariño del público nunca la olvidó. Su familia decidió esparcir sus cenizas en el mar y en el bosque, los dos lugares favoritos de la actriz, según trascendió en medios nacionales.
El personaje que pudo ser más: A pesar de su corta aparición, Malicha aportó frescura al programa y dejó entrever un potencial que no llegó a desarrollarse del todo. Fue un ejemplo de cómo incluso los personajes secundarios pueden convertirse en íconos, aunque sea por un instante, dentro del imaginario colectivo latinoamericano.
Hoy, a casi una década de su partida, recordamos a María Luisa Alcalá y su contribución al legado de una de las series más queridas de habla hispana. Su Malicha fue breve, pero suficiente para quedar en la historia.
