miércoles, junio 18, 2025
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La verdad no puede tener un “fast track”

Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal.

La reciente solicitud del secretariado de las extintas FARC para que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) unifique sus crímenes en un solo macrocaso, con una sentencia única, no puede ser vista de otra manera que como un intento de evitar el escrutinio público prolongado y minar el proceso de justicia transicional. En esencia, lo que estos antiguos comandantes guerrilleros buscan es un “fast track” en el proceso de esclarecimiento de la verdad. Esto no solo es inapropiado, sino también profundamente contrario a los principios que fundamentan el sistema de justicia transicional.

La JEP fue creada con un propósito claro: poner a las víctimas en el centro de sus procedimientos. Ellas, y no los victimarios, son quienes deben guiar la narrativa del proceso. Las décadas de sufrimiento, violencia y dolor que vivió el país no pueden resolverse con prisas ni con atajos que beneficien a quienes lideraron una de las guerrillas más violentas de la historia de Colombia.

Permitir que los líderes de las FARC reciban un tratamiento judicial abreviado, reduciendo el número de juicios y condenas a una sola resolución, socavaría la legitimidad del sistema. La justicia no puede reducirse a una sentencia expedita que simplemente “ponga fin” al proceso. Si eso ocurriera, la JEP perdería su credibilidad ante la ciudadanía y las víctimas, desvirtuando su propósito de lograr una paz estable y duradera, anclada en la verdad, la justicia y la reparación.

El esclarecimiento de la verdad es la única forma de honrar los compromisos internacionales del Estado colombiano respecto de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado. Ese proceso debe ser exhaustivo, detallado y, si es necesario, prolongado. Los comandantes de las FARC deben aceptar que, si el juicio toma tiempo, si genera incomodidades y reproches públicos, es lo mínimo que deberían estar dispuestos a soportar. Después de todo, ¿acaso las víctimas no han soportado por décadas un dolor mucho mayor?

El conflicto colombiano no se puede reducir a un simple “sí” a todo lo que los victimarios desean. Las décadas de sufrimiento solo pueden sanarse con verdad, justicia, reparación y medidas de no repetición. Si eso toma tiempo, entonces debe tomarse el tiempo que sea necesario. Nada menos será suficiente para cerrar las heridas de una guerra que dejó a millones de colombianos en el olvido.

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