Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal.
La contaminación acústica es una problemática creciente en Colombia que afecta la salud física y mental de sus habitantes, así como la convivencia ciudadana y el equilibrio de los ecosistemas. Según informes de la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena presentan altos niveles de ruido, generando insatisfacción en la población y un aumento en las quejas por este motivo.
En respuesta a esta situación, el representante a la Cámara por Antioquia, Daniel Carvalho Mejía, ha liderado el proyecto de ley conocido como “Ley contra el Ruido”. Esta iniciativa busca establecer una política de calidad acústica en el país, definiendo objetivos, lineamientos y responsabilidades claras para las autoridades nacionales y territoriales en la gestión de la contaminación sonora.
El proyecto de ley propone, entre otros aspectos, que los municipios con más de 100.000 habitantes desarrollen planes de gestión de la contaminación acústica, fortaleciendo las capacidades institucionales y ciudadanas para abordar integralmente el problema del ruido. Además, busca armonizar y actualizar la normativa existente, facilitando su aplicación efectiva por parte de las autoridades competentes.
La aprobación de esta ley es fundamental para mejorar la calidad de vida de los colombianos. La Organización Mundial de la Salud ha señalado que la exposición prolongada al ruido puede causar sordera, estrés, ansiedad, hipertensión, dolores de cabeza e insomnio, entre otros efectos negativos. Por ello, es imperativo contar con una legislación que permita mitigar estos impactos y promover entornos más saludables y tranquilos.
Es necesario que el Congreso de la República avance en la aprobación de la “Ley contra el Ruido”, reconociendo la urgencia de enfrentar la contaminación acústica y sus consecuencias. La implementación de esta normativa no solo beneficiará la salud y el bienestar de la población, sino que también contribuirá a la protección de los ecosistemas y al fortalecimiento de la convivencia ciudadana.
En Popayán, no solo es necesario sino urgente que avancemos en la conciencia del respeto por el otro. Sobran los bares en las zonas residenciales que no dejan dormir a los residentes. Y las autoridades, necesitan más y mejores herramientas para enfrentar al ruido y los ruidosos.