Por: Alejandro Zúñiga Bolívar, El Liberal
Con el reciente anuncio de la llegada de Luis Felipe Chávez a la Secretaría de Cultura del municipio de Popayán se abre la posibilidad de introducir cambios, necesarios, en la gestión cultural de la ciudad. Su nombramiento no solo es un relevo en la administración, sino una oportunidad para que las expresiones culturales tengan un diálogo directo con alguien que conoce el sector desde dentro y comprende su dinámica, necesidades y retos.
Uno de los principales desafíos que ha enfrentado la Secretaría de Cultura es la brecha entre las políticas públicas y la realidad del sector cultural. Durante demasiado tiempo, la administración ha estado cautiva de discursos grandilocuentes y de medidas de presión que no han logrado una verdadera transformación de base. Las discusiones se han limitado a los temas de siempre, la plata. Pero, en Popayán, necesitamos a un sector cultural que, junto a la administración, avance en esas agendas de transformación que ya existen pero que caminan a la vera del camino y al margen de la administración. Es fundamental que la experiencia de Chávez le permita identificar cuáles son las vocaciones que requieren apoyo, quiénes son los actores con capacidad de generar impacto real y cómo encaminar los esfuerzos de la Secretaría hacia la construcción de resultados tangibles.
La cultura no puede seguir siendo vista como un asunto secundario ni puede seguir cautiva de las medidas de hecho y los discursos. Popayán ha sido, históricamente, una ciudad que se ha transformado a través del arte, el conocimiento y la expresión cultural. Mantener y fortalecer ese legado debe ser un objetivo prioritario de la administración municipal. Para ello, la Secretaría de Cultura debe garantizar la inclusión de todas las manifestaciones artísticas, generar espacios de diálogo y participación efectivos y asegurar que los recursos destinados al sector se gestionen con transparencia y eficacia.
El reto de Luis Felipe Chávez no es menor. Su gestión estará marcada por la necesidad de demostrar que es posible trascender la retórica y construir una política cultural que genere un impacto concreto en la comunidad, reconociendo las expresiones existentes y su capacidad transformadora. La cultura en Popayán no puede ser un campo de batalla de discursos sin acción; debe ser el motor de transformaciones reales y sostenibles. El compromiso y la visión del nuevo secretario determinarán si este nombramiento se convierte en una oportunidad para el sector cultural o si, por el contrario, se desperdicia una posibilidad de consolidar a Popayán como una ciudad donde la cultura sea un eje prioritario de desarrollo.