En medio de aplausos y emoción, el joven deportista patiano Miguel Ángel Castillo González se alzó con el primer puesto en la válida internacional de Parabádminton
En medio de aplausos y emoción, el joven deportista patiano Miguel Ángel Castillo González se alzó con el primer puesto en la válida internacional de Parabádminton, dejando en alto el nombre del municipio de Patía en los escenarios del deporte adaptado nacional.
Miguel Ángel, un ejemplo de perseverancia y pasión, viajó desde El Bordo hasta la capital risaraldense gracias al apoyo articulado entre la Coordinación Municipal de Deportes, el Enlace de Discapacidad y el respaldo decidido del alcalde Jhon Jairo Fuentes, quien ha reafirmado su compromiso con el deporte incluyente como una política de equidad y transformación social.
El respaldo institucional no solo contempló el cubrimiento de los viáticos, sino también la entrega de implementos deportivos, lo cual permitió que Miguel compitiera en condiciones óptimas, mostrando su talento, su entrega y, sobre todo, su profundo amor por representar al Patía en escenarios donde históricamente la participación ha sido limitada.
“Este logro no es solo mío, es de todo mi municipio. Yo toqué puertas, creí en mí, y hoy regreso con una medalla que lleva el nombre de Patía grabado en el alma”, expresó emocionado Miguel tras su victoria.
Más allá del podio, su presencia en esta válida simboliza un mensaje poderoso: la discapacidad no limita los sueños, y el acceso al deporte debe ser una oportunidad real para todas las personas. La historia de Miguel abre camino a una nueva etapa para la comunidad con discapacidad en el municipio, y evidencia que, cuando el esfuerzo individual se encuentra con el apoyo institucional, los resultados son verdaderamente transformadores.
Desde la Administración Municipal se extiende una invitación abierta a las personas con discapacidad a vincularse a los procesos deportivos, a creer en su talento, a romper barreras, y a construir un futuro digno, donde el juego, el entrenamiento y la competencia también sean caminos de vida.
Con historias como la de Miguel, Patía reafirma que el deporte no es solo una competencia, sino una herramienta de inclusión, orgullo y esperanza.
