Silvio E. Avendaño C.
La estatua, ubicada en una isla, en la bahía de New York, erige la antorcha de la Libertad. Ésta es el símbolo del régimen político que se erige en la democracia. Aunque está presente el antagonismo entre los hechos y la libertad. Bien se puede decir que la libertad está en retirada, la democracia se esfuma, como es el hecho que la campaña electoral ha sido costeada por multimillonarios.
En estos tiempos se escucha que Estados Unidos caminan a la decadencia, y que esto es la explicación de la actitud autoritaria del presidente que suprime y destruye el sentido de la libertad. Así, los partidos políticos, demócrata y republicano, han asegurados que ellos garantizan los principios de la libertad, pero los hechos muestran otra realidad. Bien se puede pensar que la libertad no es más que una estatua porque no porta el ideal que representa.
Los Estados Unidos se erigen en el poder, el cual consiste en tres elementos. El primero es que no tiene amigos sino solamente intereses. Tiene clientes. No importa que los clientes sean dictaduras, tiranías, caudillismos, democracias liberales, fascismos o un conjunto de matones, con tal que compartan los intereses de Washington. No hay compromiso con el liberalismo ni como fiador de la democracia y, menos que el país del norte sea un garante de los derechos humanos. Un segundo elemento del poder de los Estados Unidos es el control de las vías marítimas en distintos puntos del globo, con la presencia de bases militares. Junto con la vigilancia: estaciones de control y comunicaciones electrónicas. De ahí la disposición a escalar hacia el conflicto militar. No es raro la utilización de las sanciones a aquellos que se apartan de los intereses. Y, un tercer elemento del poder de los Estados Unidos se sustenta en las revoluciones industriales y tecnológicas, las cuales han llevado al desarrollo de la economía.
Visto desde los tres elementos que constituyen el poder de los Estados Unidos se pueden entender las relaciones internacionales. En el caso de la guerra de Ucrania, no interesa esta nación, sino lo que está en juego es debilitar a Rusia. Hay que añadir a ello la subordinación de Inglaterra (que ha perdido un imperio), el sometimiento de los países de la OTAN. Es significativo, la destrucción del gasoducto del Nord Stream, en el Mar Báltico, construido para transportar gas natural desde Rusia a Alemania. Con la consecuencia que Estados Unidos provee el gas licuado, con un precio mayor al 40% que el gas de origen cercano suministrado por Rusia. La preocupación de los Estados Unidos es el hecho de que, en estos tiempos, el poder no es unipolar que, ellos no son el componente central del poder. El fantasma de China les quita el sueño, como se sucede, por estos días, con el deep seek. Y para no olvidar a Simón Bolívar: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miseria a nombre de la libertad.”
