lunes, julio 28, 2025
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Popayán y la falta de ética ciudadana

CARLOS E. CAÑAR SARRIA – carlosecanar@hotmail.com

Hay que ser reiterativos sobre la necesidad de construcción de ciudadanía en Popayán. La falta de civismo, de sentido de pertenencia y de amor por la ciudad se hace evidente en todo lugar.

No se vislumbra un proyecto de ciudad y la falta de espíritu comunitario se evidencia cada vez más. El individualismo, el menosprecio al otro, la pérdida del sentido de lo público se traduce en sentimientos o acciones que degradan la vida ciudadana y entorpece el bienestar general de los habitantes.

Faltan personas que debieran dar ejemplo en una sociedad caracterizada por la patanería, la vulgaridad, los malos modales y la desconsideración a los demás. Agresivas y escandalosas a la hora de críticas o requerimientos. Olvidan que pueden ser exigentes, enérgicas, vehementes sin llegar a la grosería.

Hay fallas en las familias, en los sistemas educativos y en las administraciones locales. Si desde el seno de los hogares y de las instituciones educativas se permitiese enseñar yaprender a cultivar unos valores ético-ciudadanos que en el futuro signifiquen la consecución de una ciudad más amable, más tranquila, más ordenada, más limpia, más solidaria; menos ruidosa, menos contaminada, menos agresiva, etc., en un ambiente así, no pocas familias, instituciones educativas y administraciones locales dejarían de ser estériles en términos de valores ciudadanos.

Es fácil detectar la falta de ética ciudadana donde quiera que se recorra la ciudad. Basuras, gritos innecesarios, expresiones soeces, ignorar las señales de tránsito, privatización del espacio público, irrespeto de colas o filas en varios escenarios, entidades, calles utilizadas de cantinas, parques donde se consume vicio; excrementos de mascotas en andenes por desconsideración con los vecinos calles convertidas en talleres de mecánica y de pintura; comerciantes que se apoderan no sólo de los andenes sino que también se comen media calle exhibiendo sus mercancías y nadie les dice nada; menesterosos que utilizan los cajeros automáticos para destruirlos o para utilizarlos como sanitarios, Graffitis en el centro histórico que desdicen de una ciudad universitaria y verdaderamente culta. Fogones en las calles donde se prepara sancocho en enormes ollas sin importar el deterioro del pavimento y los riesgos a los transeúntes. Fritangas por doquier y ventas ambulantes de alimentos en general, sin observar las más elementales normas de higiene. Y entonces por qué no decir, que Popayán es una ciudad caótica, ciudad de nadie y al garete.

A los alcaldes de Popayán les ha quedado grande hacer del centro histórico un sitio estético, ético, ameno y decente. Insistimos en que de nada o poco ha servido la peatonalización de algunos sitios del centro histórico, si observamos en la situación en que se encuentra. Por ello no compartimos la idea de peatonalizar todo el centro histórico; no es nada fácil concretar la tal propuesta que argumenta que con un simple acuerdo o decreto y listo. La inmediatamente anterior administración municipal le dio por montar unas tarimas con unas mesas y asientos invadiendo media calle en el centro histórico, fue una afrenta contra el espacio público y la estética que por fortuna se desmontaron gracias a la presión ciudadana. Ojalá el alcalde actual pueda hacer los ajustes respectivos para afrontar la complicada problemática de la ciudad y del municipio en general, porque se va pasando el tiempo y nada pasa, no se ven los cambios esperados y entonces comienza a reaparecer el desespero.

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