jueves, junio 19, 2025
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¿Y para qué poetas?

Por: Javier Orlando Muñoz Bastidas.

1.

¿Por qué Platón no quiso asumir a la Idea como la máxima creación poética de la historia? ¿Por qué expulsó a los poetas del Estado ideal? Platón expulsó a los poetas “imitadores”, es decir: a los que quieren hacer pasar por real algo que solo es un “simulacro”. Por eso la Idea no “imita”, sino que crea. ¿Qué crea la Idea? Nuevos y superiores niveles de lo real. Pero eso no lo hace el poeta, sino el filósofo. El filósofo es el máximo poeta, porque asume la función máxima de la poesía: la creación de mundos infinitos.

2.

La poesía que no logre crear nuevos, diferentes y superiores niveles de lo real, no es ni siquiera imitativa, sino impotente. ¿La poesía contemporánea no es más que una poética de lo impotente? ¿Una poesía que afirma su imposibilidad de creación de otros mundos? ¿Un lenguaje que afirma que el lenguaje no puede expresar lo esencial y lo trascendental?

3.

Para Platón, el poeta era aquel que sabía, pero no sabía por qué lo sabía. La sabiduría del poeta era el resultado de un “entusiasmo”. ¿Qué es entusiasmo? Es la unión del poeta con la divinidad. El poeta es el mensajero de los Dioses. Por eso Platón se distancia de los poetas, porque la Idea es la afirmación de un proceso absoluto de creación. Pero, ¿qué es una Idea? Es la consciencia universal de todo lo que puede existir.

4.

Para Epicuro las Ideas no están en un “topos hyper uranos”, es decir: en un nivel superior. la Idea sería lo superior mismo. Pero para Epicuro todo lo que existe es una expresión de la Idea. La percepción es una consciencia ideal de la existencia. Percibir es proyectar la Idea, y al hacerlo crear el “topos” o el nivel de realidad en el que esa proyección acontece. El acontecimiento es la actualización continua de la Idea.

5.

El poeta Hölderlin no era imitador, ni rapsoda; tampoco quería ser un vehículo de los Dioses, porque él mismo se consideraba un Dios. El proyecto de Hölderlin era claro y definitivo: revivir la Tragedia griega antigua. Esos son los verdaderos proyectos poéticos. Nada que ver con la poesía contemporánea, donde los poetas no pueden “decir con palabras de este mundo”, que un barco partió de ellos, llevándolos.

6.

El “artista del hambre” de Kafka no era un artista, no quería romper ningún récord, ni mucho menos quería ser admirado. Tampoco hacía del ayuno un “ejercicio espiritual”. El fundamento de su ayuno era muy claro y radical: no había nada en el mundo que le gustara. El artista de Kafka anhelaba lo superior. Lo importante es encontrar algo que alimente un deseo trascendental. ¿Tal vez los poetas son artistas del hambre, que escriben para crear su propio alimento? ¿O que se destruyen en el intento?

7.

El escritor japonés Mishima realizó el ritual del “seppuku”, como un acto de reafirmación de la dignidad y del honor. ¿Por qué? Porque Mishima comprendió que con la llegada del capitalismo, Japón iniciaba su decadencia espiritual. ¿Se equivocó? ¿No es Japón el país con los mayores índices de suicidio, por pérdida de sentido de la vida? Pero hay algo más importante: Mishima diseñó y desarrolló la idea del suicidio por dignidad y honor, en toda su obra escrita. Su muerte fue la acción consecuente y necesaria de su escritura. ¿Para qué poetas, si no para que lo den todo por una vida digna?

8.

El poeta Rilke tomó la decisión de irse a vivir a un castillo, únicamente para dedicarse a escribir. Lo abandonó todo. Se aisló total y definitivamente. Incluso abandonó a su mujer y a su hija. Algo terrible para los discursos del régimen de agenciamiento establecido. ¿Cómo es posible que abandone sus compromisos individuales y colectivos, para dedicarse a la escritura? Incluso alguien podría también preguntar: “¿y para qué? ¿para qué poetas?”.

9.

En el Budismo hay una práctica hermosa: consiste en mojar un pincel con agua y escribir poesía en el suelo, de forma que el poema escrito sólo logra leerse por unos pocos segundos. Después desaparece para siempre. Ningún monje-poeta se preocupa por hacer recopilaciones o antologías de la “Poesía escrita con agua”. El objetivo es ese: que lo escrito desaparezca, como práctica de desapego. ¿Eres capaz de destruir todo lo que has escrito?

10.

El poeta Hölderlin fue quien hizo la pregunta: ¿para qué poetas? Pero contextualiza la pregunta, en algo que tiene dos versiones: ¿para qué poetas en tiempos de miseria o de penuria? Lo importante es que se pregunta por el quehacer de los poetas, en tiempos en que hay algo que falta o algo que está decayendo y desapareciendo. ¿Qué es lo mísero para Hölderlin? Respuesta directa: la pérdida de lo esencial. ¿Qué es lo esencial? Lo que constituye o hace posible una existencia superior.

11.

Para el filósofo Heidegger, la función trascendental de los poetas consiste en resguardar al Ser. Los poetas son los guardianes de las preguntas fundamentales. ¿Y para qué poetas? Para que cuiden y cultiven el anhelo por la pregunta y el conocimiento del Ser.

12.

Cuando Zaratustra tenía treinta años se fue a la montaña, para gozar de su soledad. Después de diez años se dio cuenta de su sobreabundancia de sabiduría, por lo que decidió bajar para entregarla a todos. En su camino se encontró a un viejo santo del bosque, al que le preguntó: “¿Qué hace un santo en el bosque?” A lo que el santo respondió: “Alabo a Dios”. Cuando se despidieron, Zaratustra se quedó pensando para sus adentros: “¡Este viejo santo todavía no sabe que Dios ha muerto!”. ¿Podríamos decir lo mismo de los poetas? ¿Los viejos poetas de la ciudad, todavía no saben que “la poesía ha muerto”?

¡Gracias!

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