Por: Harold Mosquera Rivas
La constitución colombiana de 1991 instituyó la acción de tutela como un instrumento jurídico para la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos. A través de ella, la persona afectada podría acudir ante un juez de la república para solicitar una orden de amparo de sus derechos vulnerados.
El juez de encontrar quebrantados los derechos fundamentales del ciudadano, procedería a ordenar el restablecimiento del mismo. En caso de incumplimiento de la orden judicial, el afectado podría acudir al trámite de un incidente de desacato, para que el juez, de verificarse ese incumplimiento, impusiera sanciones al demandado, sin perjuicio de su obligación de cumplir la tutela.
De esta manera, nació el Colombia el que a mi juicio es el más importante instrumento jurídico de nuestra historia republicana. Pues la acción de tutela, que puede interponerse sin la intervención de un abogado, ha servido para resolver todo tipo de problemas en nuestra sociedad. Recuerdo en los primeros años de vigencia de la tutela que un juez ordenó a un alcalde, cambiar el cauce de un río que había invadido la finca de un campesino, otro ordenó a una Eps instalar un ascensor en la casa de un enfermo que vivía en un tercer piso y por su patología no podía subir caminando, en otro caso, el juez ordenó a un cristiano que permitiera la realización de una transfusión de sangre para salvarle la vida, pues el pastor de su iglesia lo había convencido de negarse al trasplante con el argumento de que era contra sus convicciones religiosas y que en todo caso Dios le haría el milagro de salvarle la vida sin esa transfusión.
Así hemos conocido miles de casos en los que, esta acción humanitaria ha resuelto todo tipo de problemas en nuestra sociedad. Sin embargo, donde más útil ha sido la tutela, es en el sector de la salud, pues ante el incumplimiento de las instituciones de la seguridad social, la tutela ha permitido a los jueces, ordenar intervenciones y procedimientos que, han salvado las vidas de los pacientes.
No obstante, hoy la crisis de la salud es de tal magnitud, que ya ni la tutela es eficaz para superar las contingencias que se presentan en la materia y se acumulan desacatos por incumplimientos de las Eps, sin que las sanciones legales pongan remedio a los problemas.
Esto evidencia la necesidad urgente de una reforma a la salud, el problema radica en que la discusión de esta reforma pasa por el i interés político tanto del gobierno como de la oposición, por alcanzar el triunfo en las próximas elecciones y ello ha conducido a que, no exista voluntad política para aprobar la reforma, mientras miles de colombianos mueren por falta de atención, de medicamentos o de procedimientos que en condiciones normales no debería ser mortales. Si los parientes de tantas personas fallecidas por la falta de atención del sistema de salud acudieran a la justicia en demanda de la reparación de los perjuicios derivados de ese incumplimiento, se requeriría una reforma tributaria para pagar esos perjuicios.
