En conversatorio al aire celebrado en la mañana del miércoles 9 de julio en la emisora 1040 de Popayán, habló Camilo González Posso, ex negociador de paz nombrado por el presidente Petro para entenderse con el grupo del EMC de las FARC

Por: Felipe Solarte Nates
En momentos en que el gobernador del Cauca afronta con entereza las amenazas de las disidencias de las FARC, que lo acusan de favorecer la ejecución de megaproyectos de explotación de oro y otros minerales, cuyas licencias fueron aprobadas durante el gobierno de Uribe, y que a pesar de patrocinar la minería ilegal se han autoproclamado defensoras de los intereses de las comunidades del sur del Cauca y el Macizo, al anunciar la apertura del frente Andrés Patiño; en conversatorio al aire celebrado en la mañana del miércoles 9 de julio en la emisora 1040 de Popayán, Camilo González Posso, ex negociador de paz nombrado por el presidente Petro para entenderse con el grupo del EMC de las FARC encabezado por Iván Mordisco, hizo importantes revelaciones acerca del desarrollo e interrupción del proceso enmarcado en la política de Paz Total.
Respondiendo a las preguntas de Ovidio Reinaldo Hoyos y Juan Camilo López, el exministro de Salud y fundador de INDEPAZ, destacó que las negociaciones iniciadas por el gobierno de Petro con el EMC de las disidencias de las FARC, y con los comandantes Calarcá e Iván Mordisco, iban por buen camino, hasta cuando se planteó la desmovilización y sustitución de la economía ligada al narcotráfico y la minería ilegal, buscando hacer realidad la presencia de las instituciones del Estado en áreas abandonadas; pero los delegados del Cauca, alineados con Mordisco, se negaron a firmar y no volvieron a las reuniones e interrumpieron comunicaciones con los delegados del gobierno.
También declaró, que, así quieran justificar su negativa a desmovilizarse en motivos ideológicos y alegando la defensa de causas sociales, en el fondo mantienen un modelo de vida y economía ligado a un proyecto de criminalidad internacional, del que hacen parte poderosas bandas de varios países y continentes, dedicadas a controlar determinados territorios y ya no con aspiraciones de tomarse el poder en todo el país como lo planteaban las antiguas guerrillas, para a cambio dedicarse a explotar en determinadas regiones: el narcotráfico la extracción ilegal y altamente contaminante del oro, el coltán y otros minerales, la extorsión, el lavado de dineros, el reclutamiento de menores, especialmente en las comunidades indígenas, y la persecución de organizaciones y líderes sociales que buscan mantener su independencia y no se someten a obedecer sus órdenes.

En este proyecto de criminalidad transnacional el Cauca es importante para los grupos que luchan por controlar el territorio pues por diversos puntos del departamento a través de corredores estratégicos se intercomunican con la costa pacífica, las regiones: andina, amazónica y a través de trochas y ríos llegan hasta al Brasil y por el océano Pacífico facilitan el narcotráfico, la comercialización del oro y el tráfico de armas.
Al referirse a las críticas recibidas por el gobierno de Petro al concebir la paz total con todos los grupos armados, apresurándose a decretar un cese al fuego por el Ejército y la Policía, -que fue aprovechado por el ELN y las disidencias para enfrentarse entre ellos por extender su control a más territorios, como sucedió en el departamento del Cauca-, el exdirector del equipo negociador con el EMC de las FARC, enfatizó que obedeciendo el principio constitucional de buscar la paz en el país, iniciaron negociaciones con diversos grupos partiendo de su buena voluntad, pero en el transcurso de las negociaciones y encuentros constataron que el sector orientado por Iván Mordisco sólo quería cese al fuego pero sin comprometerse a abandonar sus vínculos con la economía ilegal y cesar en su control de rutas terrestres, fluviales y marítimas que facilitan el comercio ilegal.
Enfatizó que estos grupos no se plantean tomarse el poder, como las anteriores guerrillas, sino asegurar el control de territorios donde puedan asegurar las diversas modalidades de economía ilegal y legal.
Después de dilatar las negociaciones y sin querer dejar la economía ilegal y las armas, el estancamiento del proceso se rompió cuando asesinaron a la mayora indígena, que, en la zona rural de Toribio, intentó arrebatarles un menor al que habían reclutado a la fuerza.
Enfatizó que estos grupos no se plantean tomarse el poder, como las anteriores guerrillas, sino asegurar el control de territorios donde puedan asegurar las diversas modalidades de economía ilegal y legal.
Sin embargo, consideró que a pesar de estos tropiezos nunca hay que descartar la posibilidad de volver a negociar con los diversos grupos armados que actúan en el país y en el departamento, dándole espacio a los diálogos y negociaciones con participación de las autoridades departamentales, municipales y representantes de las comunidades rurales y urbanas directamente afectadas por el conflicto y la oleada de violencia desatada en los últimos meses.




