Por Eduardo Nates López.
Aunque haya ganado con amplio margen sobre sus contendores, en la llamada Consulta del Pacto Histórico del pasado domingo 26 para seleccionar candidato presidencial, ello no significa haber escogido “lo mejor” de la izquierda. Aún faltan otros procesos similares y/o complementarios que seguirán hasta marzo del próximo año, tales como la competencia con otros izquierdistas que conforman el tal Frente Amplio, en donde participarán candidatos de reconocida cancha política y trapisonda electoral como Juan Fernando Cristo y Roy Barreras. Vale decir que: Iván Cepeda ha sido escogido como “candidato a ser candidato”.
En este proceso de selección, según los datos publicados por el periódico El Tiempo, el martes 28 de octubre pasado, hubo los siguientes resultados: Iván Cepeda: 1’520.287 votos; Carolina Corcho: 669.338 votos y Daniel Quintero: 142.841 votos, para un total de 2’332.466 votos por candidatos. Pero, como la “aritmética electoral” es elástica, ya toca elucubrar que pasará con los votos de Daniel Quintero, quien renunció tarde a la consulta y por eso siguió apareciendo en el tarjetón. (“Pinturita” se hizo contar…). También falta sumar una buena cantidad de votos nulos; en blanco; mal marcados, etc. (Otro derivado de ese proceso, es el agarrón entre Carolina Corcho y María José Pizarro, por el primer renglón de la lista de ese partido al Senado de la República, en marzo próximo.)
Los petristas argumentan que: … “las circunstancias no son las mismas”; Que “fue en una época fría”; Que fue un “domingo lluvioso”; Que “no había tarjetones”… (Pero la Registraduría del Estado Civil imprimió y repartió 7 millones de tarjetones, por pedido de ese partido, pensando en que en la oportunidad anterior habían asistido más de 5’700.000 votantes,…etc. etc.). Son argumentos pasionales de malos perdedores y de analistas fletados, que siempre los habrá. Las cifras reales (y la aritmética) dicen que 2’300.000 es el 40% de 5’700.000, luego perdieron el 60% de los votantes de la consulta anterior, cuando el tal “cambio” era una ilusión válida. Pero el vergonzoso desempeño de Petro en la presidencia, pasó la factura y con esa tendencia decadente, difícil de reversar, llegarán a mayo del próximo año.
No era difícil para Cepeda derrotar a la ex ministra Corcho, responsable de la hecatombe del sistema de salud que funcionó durante 30 años, y qué requería solo algo de “palustre”, pero no la dinamita que le aplicó la siquiatra…
Por otra parte, no se puede desconocer que el filósofo Iván Cepeda, es leído e instruido, pero con un resquemor latente e inexplicable pues, entre otras cosas, pertenece a una familia caucana decente, reconocida y apreciada por su inteligencia y decoro. Quizás el vil asesinato de su padre, el senador Manuel Cepeda Vargas, en 1994, a manos del paramilitarismo, exacerbó su resentimiento y su actitud hostil.
Su dedicación exclusiva y excluyente al tema de los Derechos Humanos lo ha sustraído de muchos escenarios políticos, al punto de ejercer una muy difícil conexión con las multitudes. No expresa emociones ni las genera. Es distante y frio. No le favorece que un frente de las FARC lleve el nombre de su padre. Tampoco le hizo bien su cercanía afectiva con personajes como Raúl Reyes, Jesús Santrich, Iván Márquez, Piedad Córdoba y otros de la misma laya. Nunca se le escuchan planteamientos de índole económica o de trascendencia pública; La meta máxima de su vida política: La espuria condena a Álvaro Uribe, le duró menos de tres meses, hasta que el Tribunal Superior de Bogotá se la reventó en pedazos. No ha tenido ninguna experiencia administrativa y, de llegar a ganar, le tocaría asumir el mando de una nación en barrena, como la deja su mentor, Gustavo Petro. Ya anunció que no asistirá a debates de campaña, lo cual impide apreciar su versatilidad y capacidad de reacción intelectual, absolutamente imprescindibles en quien pretende ser presidente de una nación en construcción como Colombia. Tampoco irá a la consulta del tal Frente Amplio porque allá están quienes se volvieron de izquierda al calor del “momentum” petrista, son “camaleones” de la política y de las prácticas inconfesables que Petro aceptó y aún los mantiene, pero son con quienes Cepeda no comulga y los repele. En fin.…
