Por: Harold Mosquera Rivas
En el año 1976 el compositor Brasilero Chico Buarque compuso la canción titulada Oh qué será, que sirvió de banda sonora a la película Doña Flor y sus dos maridos. La canción hace referencia aun concepto esencia, indefinible, sin control, sin tamaño y sin forma, que está en la naturaleza y en las cabezas. Ya en el año 1981 Willie Colón incluyó el tema en su álbum Fantasmas, en una versión salsera, pero respetando la letra escrita por Buarque.
En este trabajo el Willie incluyó los temas Mi sueño, Celos, Volar a Puerto Rico, Amor Verdadero, Al dormir, Sueño de Papelote y Toma mis manos. El álbum fue un éxito total, en especial los temas, Oh que será y mi sueño. Así el tema de Buarque, se convirtió en un desafío para los amantes de la música salsa, pues aprender la letra de la canción era un reto difícil de superar, en tanto que, además de se extensa, trae una relación de situación humanas y oficios de la cotidianidad que deben repetirse en su orden: los Amantes, poetas delirantes, profetas emborrachados, mutilados, infelices, meretrices, bandidos, desvalidos, presos, niñitos. Una vez conocí la noticia del atentado de la semana pasada frente a la base aérea Marco Fidel Suarez de Cali.
En medio del dolor por la tragedia de ese barrio, vecino de mi natal San Luís, viendo en medio de las lágrimas las imágenes de horror que dejaron las explosiones, relacioné los hechos con la canción de Buarque, en la versión de Colón. Resultaba obligado volver a la pregunta, Oh qué será?.
Eso que a los colombianos nos ha vinculado con la violencia, como si se nos hubiera incorporado al adn, que asesina al soldado, al militar, al paramilitar, al taxista, al mototaxista, al indigente, al vigilante, a la modista, al periodista, al anciano al infante y a todo el que se atraviese en su camino.
Pero como si lo de Cali no fuera suficiente, acto seguido derribaron un helicóptero del ejército en Amalfi Antioquia, utilizando tecnología de drones y con un saldo de 13 muertos, para luego secuestrar a 34 militares y asesinar a varios civiles en Guaviare.
Todo esto, parece una historia que se repite, pues hace un poco más de 20 años, una situación nacional similar condujo a que el país creyera que la solución al problema debía buscarse a través de las armas, agudizando el conflicto armado y procurando eliminar a los grupos armados ilegales.
En resultado ya lo conocemos todos. Ahora, de nuevo, parece que los violentos están de nuevo en campaña, promoviendo con sus actos los discursos de las armas, los bombardeos y la guerra total, la misma que un día nos llevó al período de los falsos positivos y las peores masacres de nuestra historia. Hay en todo el territorio nacional un sentimiento de impotencia, desconsuelo y dolor, que cualquier candidato guerrerista puede utilizar a su favor. Ahora nos corresponde parodiar la pregunta de Buarque, para interrogar: Oh quien será?.




