Por: Harold Mosquera Rivas
Con ocasión del cumpleaños número 18 del jugador de futbol del Barcelona de España, Lamin Yamal, la estrella y su familia organizaron una fiesta con 200 invitados. El joven millonario incluyó en el show de la fiesta un grupo de personas de baja estatura, que ofrecen espectáculos de magia, humor y otras diversiones para los invitados a la fiesta.
Los videos de la celebración, una vez circularon en las redes sociales, motivaron un reclamo airado de una asociación española de personas de baja estatura, que consideraron que las actividades realizadas en la fiesta por sus hermanos de causa constituían actos de discriminación que ofendía a su comunidad.
Sin embargo, quienes realizaron el show defendieron su trabajo, señalando que, siempre han vivido de hacer ese tipo de espectáculos y que en la fiesta no se sintieron discriminados no ofendidos por los invitados, además de la excelente remuneración que recibieron.
En toda España, la noticia de estos días es el debate sobre lo ocurrido en esta fiesta, algo parecido a lo que sucede en Colombia con el proceso judicial del ex presidente Álvaro Uribe, que parece un show del que todos los días las redes sociales se nutren para debatir los acontecimientos procesales.
En ambos casos, me parece que se exagera, pues si en vez de Lamin Yamal, la fiesta la hubiera organizado un migrante colombiano de Barcelona, ningún medio de comunicación se habría ocupado del tema y es posible que la asociación que defiende los derechos de las personas de baja estatura, no se hubiera pronunciado.
Así mismo, si el acusado en el proceso penal de haber tratado de torcer testimonios en contra de un contradictor, fuera un ciudadano de a pie, ningún medio de comunicación se habría ocupado del asunto. Estoy seguro que, en ambos casos, por mas que los medios de comunicación y las redes sociales se ocupen de magnificar cada paso que dan los protagonistas, al final, en España habrá otro escándalo que desplace al de Lamin y en Colombia, el proceso penal terminará por prescripción de la acción penal en favor del ex presidente.
Quizás para los subsiguientes cumpleaños, la estrella de futbol y todos los famosos de España se abstengan de contratar personas de baja estatura para no ofenderlos, pero igual pasará con los de alta estatura, con los de elevado peso y los que tengan bajo peso, con los de piel oscura y los que la tengan muy clara, porque al final, no hay un ser humano que no tenga alguna característica por la que pueda ser discriminado.
A través de los siglos las personas con características excepcionales fueron contratados por los circos para espectáculos en los que, se presentaban ante el público para deslumbrar por aquello que los hacía diferentes a todos los demás. Recuerdo que, en alguna época de nuestra historia, un humorista conocido como El Negro Palomino dividía la opinión nacional, por hacer humor en torno a la gente de su etnia. Al final, se murió sacándole provecho a su ingenio para inventar cuentos de negros, por los que en estos tiempos sería judicializado. Como escribiera el poeta Ramón de Campoamor: “todo es según el color, del cristal con que se mira”.