Desde este martes 1 de abril, entra en vigencia en el municipio de Patía la exigencia oficial del uso obligatorio del casco para conductores y parrilleros de motocicleta.

Exigiendo el casco en El Patía/ Foto Alcaldía Patía
La medida, liderada por la Alcaldía Municipal, bajo la dirección del alcalde Jhon Jairo Fuentes, y operada por la Secretaría de Tránsito y Movilidad, busca más que cumplir una norma: proteger vidas, prevenir tragedias y sembrar una nueva cultura vial en el territorio.
Durante el mes de marzo se llevó a cabo una intensa campaña pedagógica llamada “En la Vía Aseguro mi Vida, Usando el Casco”, en la que funcionarios visitaron barrios, instituciones educativas, centros poblados y zonas rurales, sensibilizando a la comunidad sobre los riesgos de conducir sin protección.
El casco: un símbolo de conciencia, no solo de control
De acuerdo con cifras del Ministerio de Transporte, más del 60% de las muertes por accidentes viales en municipios similares a Patía involucran a motociclistas sin casco. Esto convierte a este elemento en un instrumento esencial de supervivencia, que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La medida no solo se dirige al conductor, sino también al parrillero, quien frecuentemente queda desprotegido. Y para responder a las inquietudes ciudadanas sobre la identificación en contextos de inseguridad, la Secretaría de Tránsito ha autorizado modelos de cascos certificados que permiten la visibilidad del rostro, garantizando un equilibrio entre protección y control social.
Más que una norma: un plan integral de seguridad vial
Desde la Alcaldía de Patía se reconoce que el cambio de comportamiento no es automático, pero sí se está construyendo de forma progresiva y con acciones concretas. Por eso, la exigencia del casco forma parte de un plan integral de seguridad vial, que contempla tres componentes esenciales:
- Señalización y demarcación vial – desde junio
A partir del mes de junio, se retomarán las jornadas de señalización y demarcación de calles, cruces escolares y zonas de alto riesgo, dando continuidad al trabajo iniciado el año pasado. Esta acción no solo organiza el tránsito, sino que reduce accidentes por desinformación, mejora la visibilidad de normas básicas como el “Pare” o el “Ceda el paso” y favorece la movilidad segura de peatones, especialmente niños y personas mayores.
2- Mejoramiento de vías en mal estado
Las vías deterioradas no solo afectan el confort del conductor, sino que incrementan el riesgo de accidentes, desvíos peligrosos y maniobras evasivas. Por eso, desde la Secretaría de Infraestructura se priorizarán intervenciones en los sectores más críticos, garantizando condiciones dignas, seguras y continuas para todos los actores viales.
3. Controles reales contra conductas peligrosas
Se intensificarán los operativos para sancionar conductas que ponen en riesgo la vida: maniobras temerarias, exceso de velocidad, tránsito de menores de edad al volante y la invasión del espacio público por motociclistas y comerciantes. Estas acciones no buscan “perseguir”, sino restablecer el orden y devolverle al peatón, al ciclista y al conductor su derecho a moverse con seguridad.
Escuchar para corregir, actuar para transformar
La Alcaldía de Patía ha recibido múltiples comentarios de la comunidad sobre temas como la inseguridad, la ocupación del espacio público, los menores manejando motos o la falta de señalización. Cada una de estas preocupaciones ha sido escuchada, analizada y llevada a las agendas institucionales de acción.
“Sabemos que hay escepticismo. Pero también sabemos que la confianza se construye con hechos. Por eso, esta medida va acompañada de inversión, control, pedagogía y diálogo constante”, expresó Vanessa Reyes, secretaria de Tránsito Municipal.
Un mensaje final: no es solo un casco, es una decisión de vida
Esta medida no pretende dividir, castigar o incomodar. Pretende salvar vidas, cambiar la forma de movernos y demostrar que en Patía también somos capaces de evolucionar como sociedad.
Porque una vida no se recupera.
Y un casco no cuesta lo que cuesta una tragedia.
Porque cuidarse no es un capricho: es un acto de amor.
Porque en Patía, la seguridad vial dejó de ser una promesa para convertirse en acción.




