miércoles, marzo 12, 2025
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Guido Eugenio Enríquez Ruiz

El escritor de memoria prodigiosa

Hoy estamos con el escritor Guido Eugenio Enríquez Ruiz, quien nos va a contar algo de lo que ha hecho en estos 88 años de vida, que según él, han sido muy bien vividos.

Fotos cortesía

Por Antonio María Alarcón Reyna

Familia y estudios

Mis padres fueron Misael Enríquez Cortés y Felisa Ruiz Obando; mi padre no fue un gran escritor, pero escribía en algunos periódicos, recuerdo que el colaboraba en El Colombiano de Medellín y en periódicos de acá de nuestra región. Estudié primero donde los Hermanos Maristas, después en el Seminario de Popayán, en la Universidad Libre, en la Universidad de Lausana en Suiza, en la Universidad del Cauca y en la American National University de Arizona. Casi toda mi vida la he pasado en Popayán excepto cuando he tenido que salir a estudiar y uno que otro eventual trabajo que ha sido por fuera. Ejercí el sacerdocio pero estuve poco tiempo pues me retiré y me fui a Bogotá a estudiar Derecho. Soy Abogado, Master en Filología Clásica de la Universidad de Lausana y Doctor en Filosofía de la American National University de Arizona

No tengo una fecha o definición precisa de cuándo empecé y de cómo, o de quién me empujó para escribir, pero creo que las carreras que estudié se prestan para escribir. Desde el colegio teníamos un periódico y yo recuerdo que colaboraba mucho, escribiendo para ese periódico. Aparte del español o castellano que es mi lengua, medio hablo francés, italiano, inglés, alemán y las lenguas clásicas que ya no se hablan como el griego, latín y hebreo, idiomas que me han permito hacer traducciones.

Libros y más libros

Mi memoria ya no es tan buena, pero creo que el primer libro que publiqué fue uno llamado “Poemas al aire libre” pues desde siempre he tenido inclinación por la poesía. He publicado muchos libros de temas académicos, sobre legislación, sobre literatura y nunca intenté escribir una novela; tengo algunos cuentos o relatos cortos pero mi fuerte ha sido la poesía. Pensaría que mi camino en la poesía transita por las rutas del simbolismo, pero es muy difícil juzgar uno mismo cual es su corriente literaria, pero a mí me parece que yo estoy bastante influenciado por el simbolismo. Nunca he participado en concursos de poesía pues no he tenido la inclinación a enviar poemas para esos concursos, prefiero escribir y publicar para mis amigos o para algunas revistas o periódicos que publican mis versos. He recibido muchas distinciones como escritor y gané una distinción como traductor en la Academia de la Legión Francesa de París, de la alianza francesa de París. También tengo un premio de una colonia judía por la traducción del Cantar de los Cantares al español. Empecé a traducir en la medida en que iba aprendiendo otros idiomas, pues básicamente uno aprende otro idioma para leer y es una manera de traducir.

Generalmente uno aprende otros idiomas como las lenguas clásicas, latín, griego clásico, porque ya no se hablan y uno necesita leer las cosas que vienen en el idioma original.

El libro que tengo con más afecto es Bucólicas de P. Virgilio Marón (traducción al español), P. Virgilii Maronis Æneidis grammatica, que escribí sobre Publio Virgilio Marón y es un ensayo sobre La Eneida; tengo otro libro que aprecio bastante que es la Historia de Artes Plásticas en el Cauca en el siglo XX que editó la Universidad del Cauca. Hay también el libro sobre las calles de Popayán.

Añoranzas de Popayán

Creo que la Popayán antigua ha cambiado bastante pues el mundo moderno desde luego, es mucho más inquieto, o no tanto más inquieto, sino más bullicioso y más desordenado. El Popayán viejo era mucho más tranquilo y era más ordenado que el Popayán de ahora, pero resulta que además Popayán que es una ciudad que conserva todavía parte de su aspecto de la época colonial que nos llegó desde España, pero desgraciadamente están acabando con eso que debía conservarse. En Europa hay una cantidad de ciudades que tienen más de mil años, que tienen muchos siglos y sus centros históricos están perfectamente conservados, cuidados. Las nuevas edificaciones comerciales, industriales o de entretenimiento, se construyen por fuera de estos centros pero resulta que Popayán se llenó todo de comercio y en este momento, Popayán es una venta con parqueadero porque todos los carros andan en la calle, están en la calle, no transitan sino que se parquean en la calle. Bueno pero lo importante del cambio no es tanto eso sino la mentalidad de la gente, eso está ocurriendo aquí y antes no ocurría, porque antes cada uno guardaba su carro en el parqueadero, pero no iba dejando el carro en la calle por allí, como ahora, por lo que lo importante del cambio no es tanto eso, sino la mentalidad de la gente la gente Popayán

La gente era más culta antiguamente y me tocó vivir esa época pero la gente de Popayán desgraciadamente ya no es culta; me da pena decirlo pero ahora hay más universidades hay más colegios y todo, pero una cosa es ser instruido y otra cosa es ser culto, porque uno aprende física, química, idiomas o lo que quiera, pero eso no es culto no, es ser instruido. Una persona culta es la amiga de las buenas costumbres, no tanto de la de la ciencia y no es que desprecie las ciencias, claro que no; es muy importante, es importantísima y todo eso, pero yo me refiero es a la cultura que apreciaba la ciudad y la respetaba. En mis tiempos había más cultura y menos oferta educativa y ahora es todo lo contrario.

Ingresé como docente a la Universidad del Cauca y ahí me jubilé. Me desempeñé en las facultades de Ciencias Humanas y de Artes principalmente, porque también enseñé en otras. En la de Artes me correspondía el tema de la historia del Arte y Estética y en la otra, con diversos aspectos de la literatura, como literaturas europeas, pero no solo la literatura sino también las lenguas porque uno con las lenguas aprende de su literatura.

Tengo, o mejor, tenía, pues ya por la edad se me está olvidando algunas cosas, una buena memoria y es una facultad natural que es necesario alimentar con abono intelectual, pero obviamente es una cualidad que poseo pues algunos tienen más memoria que otros, la memoria pasa como con los inteligentes y unos son más que otros o como los que practican algún deporte que tienen más habilidades que otros.

Siempre se ha dicho que los escritores son muy bohemios, pero realmente yo nunca fui eso, hay escritores que han sido muy amigos de las copas como Edgar Allan Poe por ejemplo, o algunos poetas franceses como los llamados los poetas malditos, Arthur Rimbaud, Stéphane Mallarmé, Tristan Corbière o Paul Verlaine y bueno, pues no se si tal vez el alcohol les haya ayudado.

Formo parte de la Tertulia Payanesa donde muy de vez en cuando nos tomamos unos tragos, pero en general no es la constante. La Tertulia ha ido mermando su actividad, pues algunos mimebroa han fallecido, otros se han desplazado a vivir fuera de Popayán, pero cada año hacemos una celebración y nos acompaña mucha gente.

Pese a que supero los 88 años, me mantengo activo, sigo haciendo las cosas que puedo hacer porque lo peor es que uno no pueda hacer sus cosas y se convierta en una persona inútil. Eso lo estoy experimentando y realmente me genera alguna mortificación pues hay cosas en las que uno siente sus limitaciones y sin embargo, trato todos los días de valerme solo y de seguir en las actividades que me gustan como leer, escribir, dictar conferencias, charlas, reunirme con los amigos .

Soy socio fundador de la Asociación Caucana de Escritores que desde hace mas de 25 años se conformó principalmente para apoyar la escritura y también la lectura que promovemos desde El Liberal. Es el periódico bandera del Cauca y tiene casi mi edad, hay que apoyarlo siempre y por eso tenemos una sección quincenal donde escribimos sobre diversos temas.

Reseña

Guido Eugenio Enríquez Ruiz

Estudios superiores de derecho aduanero, filología clásica, educación para el arte, literatura y filosofía.

Empleado en el SENA y Ministerio de justicia. Profesor universitario.

Conferencista, periodista cultural, traductor literario de las lenguas alemana, francesa, griega clásica, hebrea, italiana, inglesa y latina.

Colaborador en obras filosóficas, históricas y literarias y en revistas culturales.

Miembro de los Cuerpos de Bomberos de Colombia, Asociación internacional de Estudios Clásicos, Asociación Caucana de Escritores, Guilde du livre, Academia de Historia del Cauca y otros grupos culturales y cívicos.

Algunas distinciones: Medalla por servicios distinguidos Cuerpos de Bomberos de Colombia, Escudo del Cauca en su máxima categoría, Medalla militar “Fe en la causa” categoría única, Decreto de honores de la Gobernación del Cauca por “ciudadano distinguido”, Medalla del Círculo de Periodistas del Cauca por aportes culturales, Resolución del Consejo de Popayán por labor cultural. Profesor honorario de la Universidad del Cauca. Presidente honorario de la Asociación Caucana de Escritores. Presidente honorario del Consejo de Oficiales del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Santander de Quilichao.

Algunos de sus libros: El matrimonio de los colombianos en el exterior, El Expresionismo, Bucólicas de P. Virgilio Marón (traducción al español), P. Virgilii Maronis Æneidis grammatica, La magia del agua y el rito del silencio en la poesía de Martán Góngora, De Belén al Cacho, Diccionario de comercio exterior, Más allá del paisaje, Historia de las artes plásticas en el Cauca en el siglo XX, En el jardín del tiempo, El Gran Canto de Salomón (traducción en verso castellano), El amor se hace con arte, Calles de Popayán, “Todo el mundo es Popayán” anécdotas, mentiras y verdades, Caucanos en la Independencia, Flores y frutos de lejanos huertos y Rumores del tiempo, De Popayán y otros no espinosos temas, Del jardín de la vida.

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