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¿Qué está pasando con el Centro de Bienestar Animal?

Derechos de autor: Alcaldía Municipal de Popayán. Imágen del Centro de Bienestar Animal.

El debate sobre la apertura del Centro de Bienestar Animal en Popayán sigue encendido. Mientras la Alcaldía argumenta falta de recursos para su sostenimiento, sectores animalistas y políticos aseguran que sí hay dinero y falta voluntad. La administración defiende la necesidad de una alianza público-privada, pero los críticos insisten en que el Municipio tiene alternativas para financiar su funcionamiento. ¿Logrará Popayán una solución que garantice el bienestar animal?

Por: Alejandro Zúñiga Bolívar.

Por estos días, hay una discusión pública muy intensa y que toca muchas sensibilidades: La apertura del Centro de Bienestar Animal. Durante la semana hemos podido ver a diferentes actores políticos, sociales y ambientales reclamar a la administración municipal que ponga en operación, así sea gradual o parcial, esta infraestructura pensada para el bienestar de los animales.

Este debate es muy importante si tenemos en cuenta que, en Colombia, la tenencia de animales de compañía ha experimentado un notable incremento en los últimos años. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), para 2024, aproximadamente el 67% de los hogares colombianos conviven con al menos una mascota.

Esta cifra representa un crecimiento significativo en comparación con años anteriores; por ejemplo, en 2021, el DANE reportó que 4,4 millones de hogares tenían perros o gatos, lo que correspondía al 57% de los hogares en ese momento.

Derechos de autor: Alcaldía Municipal de Popayán. Imágen del Centro de Bienestar Animal.

Sin embargo, la protección de los seres sintientes ha sido un tema de intensa polémica en Colombia, un país donde millones de personas aún enfrentan condiciones de pobreza extrema y vulnerabilidad. La inversión de recursos públicos en la protección animal ha generado profundas divisiones, entre quienes la consideran un deber ineludible y quienes la ven como un lujo frente a necesidades humanas más urgentes. Popayán no ha sido ajena a este debate.

Es innegable que los seres humanos tenemos una responsabilidad moral con los demás seres sintientes, al igual que es incuestionable que el control de la fauna callejera está ligado a problemas de salubridad y salud pública. Sin embargo, el problema surge cuando estas discusiones derivan en confrontaciones políticas y se pierde el foco sobre lo fundamental: ¿Cómo podemos asumir nuestra responsabilidad ética con los animales sin descuidar las obligaciones del Estado en materia de prevención y bienestar ciudadano?

Este dilema ha sido objeto de disputas judiciales y decisiones institucionales en la capital caucana, enmarcadas en un proceso que lleva más de una década discutiendo cómo equilibrar el bienestar animal y la salud pública sin que ninguna de las dos causas quede relegada.

La acción popular por la fauna callejera. Una batalla legal que ya casi cumple una década.

En Popayán, la discusión sobre la protección de los seres sintientes no es nueva. Desde 2013, ya se discutía ante los tribunales las acciones concretas que debía realizar el Municipio para garantizar condiciones adecuadas para los animales en situación de calle y prevenir problemas de salubridad pública.

El caso emblemático de Popayán (que aún hoy sigue activo) inició con una acción popular interpuesta por dos ciudadanos, Héctor Uriel Casas Zúñiga y Pedro Julián Infante Montero, contra el Municipio de Popayán y su Secretaría de Salud. La demanda señalaba que la acumulación de perros y gatos en una vivienda del barrio La Pamba generaba riesgos para la salud pública y el medio ambiente. Se argumentó que la administración municipal debía garantizar un manejo adecuado de los animales en situación de abandono, tal como lo establecen la Ley 472 de 1998 y el Código Nacional de Tránsito.

Derechos de autor: Tribunal Contencioso Administrativo del Cauca. Imágen del encabezado de la Sentencia que, en segunda instancia, decidió la acción popular.

Inicialmente, el Juzgado Séptimo Administrativo del Circuito de Popayán falló a favor de los demandantes en 2016, ordenando al Municipio la construcción de un “Coso Municipal” para albergar y atender a los animales abandonados, además de la adecuación provisional de un albergue hasta que se completara la obra. También ordenó a la ciudadana María del Pilar Delgado López trasladar los animales que tenía en su vivienda al sitio que el Municipio destinara para su cuidado.

Derechos de autor: Tribunal Contencioso Administrativo del Cauca. Imágen del encabezado de la Sentencia que, en segunda instancia, decidió la acción popular.

El Municipio de Popayán apeló la decisión, argumentando que no se habían presentado pruebas suficientes sobre la afectación de los derechos colectivos y que la responsabilidad recaía en la ciudadana y no en la administración municipal. En segunda instancia, el Tribunal Administrativo del Cauca confirmó la sentencia y enfatizó que el Municipio tenía la obligación legal de controlar la fauna callejera y mitigar los riesgos de salud pública. El Tribunal también rechazó los argumentos del Municipio sobre la falta de recursos para la construcción del albergue y destacó la importancia de adoptar políticas públicas eficaces para la protección de los animales y el bienestar ciudadano.

En su análisis, el Tribunal recordó la evolución del concepto de los animales en el derecho colombiano, pasando de ser considerados bienes muebles en el Código Civil a “seres sintientes” bajo la Ley 1774 de 2016. También resaltó la necesidad de que las entidades estatales, en conjunto con la sociedad, asuman un rol activo en la protección y manejo de los animales en situación de abandono, garantizando el equilibrio entre la protección de estos seres y la salubridad pública.

Desde el 2016 y con ocasión a estas decisiones, han pasado ocho años y medio sin que la justicia haya dado por cumplidas las órdenes que se impusieron al Municipio. Por estos días, la discusión se ha vuelto a tomar protagonismo porque, en la actualidad, ya se terminó la construcción del Centro de Bienestar Animal y múltiples interesados están pidiendo que se ponga al servicio de la ciudad. De hecho, en la actualidad, por solicitud del señor JUAN MANUEL SATIZABAL GUEVARA el Juzgado Séptimo Administrativo de Popayán ha requerido a la Policía Metropolitana y al Municipio de Popayán para que den las explicaciones sobre el cumplimiento de las órdenes impartidas en esta sentencia y, en razón a ellas, evaluar si se debe, o no, iniciar un nuevo incidente de desacato.

¿Esta acción popular aborda, íntegramente, las obligaciones del Municipio frente a los animales?

La acción fue interpuesta por dos ciudadanos preocupados por los problemas de salubridad y los malos olores que generaba la presencia de gran cantidad de perros y gatos en el barrio La Pamba. Esta situación evidenció no solo el impacto negativo sobre el ambiente y la salud pública del sector, sino también la falta de un manejo adecuado de los animales en situación de calle.

El proceso judicial demostró que la acumulación de animales en un espacio no apto para tal fin, más allá de ser un acto de cuidado individual, expuso un problema estructural relacionado con el bienestar animal y la gestión pública. Ante esto, el Tribunal determinó que el Municipio de Popayán debía asumir su responsabilidad y construir un Coso Municipal, un espacio destinado a albergar temporalmente a los animales abandonados, hasta que pudieran recibir atención o ser adoptados. De esta manera, el caso puntual de una ciudadana que intentó suplir, desde su espacio privado, la labor que le corresponde al Estado, puso de presente la necesidad de adoptar medidas estructurales para el manejo de la fauna urbana.

La construcción del Coso Municipal es una parte fundamental de las obligaciones del Estado en materia de bienestar animal, establecida en el artículo 97 del Código Nacional de Tránsito (Ley 769 de 2002). Este espacio tiene como objetivo proporcionar un sitio seguro y adecuado para el alojamiento temporal de los animales callejeros mientras se resuelve su situación. Sin embargo, aunque esta medida es esencial para evitar la acumulación de animales en espacios no aptos, no representa el cumplimiento integral de las responsabilidades del Estado en la política animalista.

En materia animalista, el Estado tiene múltiples obligaciones, a saber: (i) Prevención del abandono y control de la sobrepoblación animal; (ii) Protección y bienestar de los animales; (iii) Educación y sensibilización sobre la protección animal; (iv) Políticas públicas de bienestar animal y (v) Control de enfermedades zoonóticas.

Derechos de autor: Alcaldía Municipal de Popayán. Imágen de las jornadas de esterilización.

Así las cosas, la construcción del Coso Municipal es solo uno de los componentes dentro de un marco más amplio de responsabilidades estatales en materia de bienestar animal. Aunque su implementación es necesaria para atender la problemática de los animales en situación de abandono, no es suficiente para garantizar una política integral de protección animal. Para abarcar, en forma integral esta problemática, el Estado debe adoptar medidas complementarias en prevención, educación, control sanitario y protección, ya que estas acciones tienen un impacto positivo no solo en el bienestar de los animales, sino también en la salud pública, la convivencia social y el equilibrio ambiental.

Y si es parte de las obligaciones que tiene a su cargo el Municipio, ¿Por qué no se ha puesto en funcionamiento el Centro de Bienestar Animal?

El Centro de Bienestar Animal de Popayán se ha convertido en el centro de una controversia entre la administración municipal, grupos animalistas y sectores políticos que defienden la causa animalista. Mientras el gobierno local argumenta que la falta de recursos impide su apertura, sus críticos insisten en que el problema no es la plata, sino la voluntad política.

Desde hace meses, activistas y concejales afines a la protección animal han sostenido que el Municipio sí tiene los recursos necesarios para poner en funcionamiento el CBA, pero que la alcaldía no ha hecho los esfuerzos administrativos suficientes para garantizar su apertura. “Plata hay, lo que no hay es voluntad”, es una de las frases más repetidas por quienes han seguido de cerca el tema y fueron consultados por El Liberal, insistiendo en que el incumplimiento con este compromiso es una omisión que afecta a cientos de animales en situación de calle.

Sin embargo, la administración municipal sostiene una posición diferente. La Secretaria de Salud Municipal, Claudia Milena Males, explicó a El Liberal que el sostenimiento anual del Centro de Bienestar Animal supera los 2.400 millones de pesos y que destinar todos los recursos de la política pública a su operación comprometería otras estrategias clave, como las jornadas de vacunación, esterilización, atención veterinaria gratuita y programas de sensibilización. Además, a la fecha, el Municipio solo cuenta con 500 millones de pesos asignados para la política pública animalista en la actual vigencia, una cifra que no cubre ni la mitad de los costos anuales del CBA.

Derechos de autor: Imágen suministrada por la Secretaría de Salud Municipal de Popayán.

Frente a esta posición, los críticos de la administración sostienen que el Municipio podría disponer de 925 millones de pesos, correspondientes a la Política Pública de Bienestar Animal establecida en el Acuerdo 040 de 2018, y además, contar con 700 millones adicionales que quedaron sin ejecutar en 2024. En total, según los cálculos de los opositores, Popayán tendría 1.625 millones de pesos disponibles, lo que permitiría avanzar en la apertura del Centro de Bienestar Animal.

Además, quienes critican la postura de la alcaldía, han señalado que los costos antes expuestos podrían optimizarse e, incluso, cubrirse con fuentes distintas. Por ejemplo, señalan que el personal del Centro de Bienestar Animal puede costar menos si se tiene en cuenta el personal de planta y convenios con el SENA y los costos de los servicios públicos, el personal de aseo y mantenimiento pueden quedar a cargo de la Secretaría General. De esa forma, el funcionamiento del Centro de Bienestar Animal no tendría que tomar, únicamente, los recursos de la Política de Bienestar Animal.

Sin embargo, incluso en las cuentas de los críticos a la posición de la Alcaldía, el valor que se necesitaría para que funcione en Centro de Bienestar Animal ascendería a 1.216 millones de pesos, aproximadamente. Y, en ese caso, los recursos de la Política Animalista, si se destinaran en su totalidad, no podrían cubrir su funcionamiento, salvo este año.

Reconociendo esta situación, el Alcalde de Popayán, Juan Carlos Muñoz Bravo ha dicho que, para garantizar el funcionamiento del Centro de Bienestar Animal y, a la vez, no descuidar los demás programas de la política animalista, es necesario hacer una alianza público privada que permita una operación duradera y sostenible de esta infraestructura estratégica en la política de bienestar animal.

En palabras de la Secretaria de Salud Municipal, Dra. Claudia Milena Males, “La mejor alternativa es Impulsar un modelo de gestión público-privada , donde trabajaremos de la mano con el sector privado, fundaciones y organizaciones defensoras de los animales para garantizar el funcionamiento y la sostenibilidad del centro. Esta alianza nos permitirá: (i) Asegurar recursos adicionales sin depender exclusivamente del presupuesto municipal. (ii) Contar con expertos y organizaciones especializadas en bienestar animal. (iii) Ofrecer programas de adopción, esterilización y educación responsable , involucrando activamente a la comunidad. (iv) Implementar mecanismos de participación ciudadana , fomentando el voluntariado y la corresponsabilidad social.”

El debate sigue abierto y, mientras no haya un acuerdo sobre cómo garantizar el funcionamiento del Centro, la protección de los animales en Popayán sigue dependiendo de las jornadas periódicas que realiza la Alcaldía y de los esfuerzos de voluntarios y organizaciones de protección animal. La pregunta que nos queda es si el Municipio logrará encontrar una solución que combine la viabilidad financiera con el cumplimiento de su responsabilidad en materia de bienestar animal.

Derechos de autor: Alcaldía Municipal de Popayán. Imágen de las jornadas de esterilización.

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