LENNY Z. PITO BONILLA @CreaciónpsicologíaXXI
Instrumento que permite manifestar deseos y alcanzar metas; que se realiza a través de imágenes mentales vividas de lo que se desea lograr. Es la perfecta alineación de las emociones y los pensamientos con los deseos del alma, para transformar la vida. En un fantástico proceso interno, que controla la divagación de manera natural, sin mayor esfuerzo, con profunda intencionalidad y conciencia, enfocándose de forma específica en aquellos objetivos que se desean, haciendo que dicha divagación lejos de inutilizar o hacer perder el tiempo, sea proactiva.
Lo maravilloso es que, al alinear el sentir y la mente con las aspiraciones del corazón, se eleva la frecuencia vibracional que atrae los deseos. Recordemos que el cerebro a pesar de ser tan poderoso y elástico, no es capaz de distinguir entre lo real o lo irreal, es decir, lo que imaginamos o la realidad misma. Sin embargo, permite la experimentación de emociones de alta vibración y automotivación, apuntalando el alcance de objetivos, que por supuesto, son reales y, por tanto, realizables.
Un proceso que refuerza la determinación, el reconocimiento de las oportunidades y el aprovechamiento de las mismas, acercando los sueños tanto a las resoluciones como a las metas concretas. Lo anterior, refuerza el permanecer de manera cotidiana con una mentalidad positiva, constructiva y afirmativa en apoyo efectivo de la superación de obstáculos o el permanecer enfocado en la realización a mediano y largo plazo, aun en medio de la adversidad.
En el camino de la visualización, la imaginación es parte y, aunque similares, son dos procesos mentales diferentes. Imaginar conlleva la casualidad e involucra pensamientos aleatorios o fantasías, no necesariamente con un objetivo específico. Mientras que visualizar implica intencionalidad, causalidad y enfoque en la creación de imágenes mentales detalladas, con el propósito de manifestar un deseo y, mejor todavía, si este se transforma en meta. Exige claridad, concentración y conexión emocional profunda con el resultado esperado.
Al visualizar se crean imágenes mentales detalladas de los objetivos, activando las emociones y la mente de tal forma, que todo se torna en una poderosa vibración energética, proyectada hacia el universo. Implica intención, enfoque, disciplina y constancia en lo que se desea con vehemencia.
Trabajan a favor los cinco sentidos y, por supuesto el sexto, con el fin de generar o gestar el mayor realismo posible. Esto permite ver el objetivo, sentirlo, olerlo, escucharlo, saborearlo, emocionarse y apasionarse con él, en una verdadera experiencia de inmersión sobre las tres grandes dimensiones humanas: Física, psicológica y espiritual, para que la mente acepte la visión como una realidad posible, elevando a la máxima potencia la vibración energética, la que facilita la atracción de lo que se desea.
Alinear las emociones y los pensamientos en aquella alta vibración energética, con las aspiraciones o mejor aún los propósitos, es lo que conduce hacia la magia de la manifestación a través de:
Identificar con claridad el vehemente deseo, aquel objetivo lo más específico posible; piénsalo, siéntelo, exprésalo y hasta escríbelo al detalle.
Crea imágenes mentales de aquello que deseas experimentar, visualízalo como si ya fuera una realidad o un objetivo cumplido.
A manera de narrativa, especifica las imágenes creadas, añádeles todos los elementos posibles como colores, formas, lugares, situaciones y personas, hasta sentirlas reales.
Conecta las imágenes con los sentidos; vívelas experimentando cómo se ven, escuchan, huelen, saben, sienten y su vibración dentro de ti, de tal manera que la mente las acepta como reales.
Incluye a las personas que eliges con libertad estar contigo en esa realidad creada y la forma como interactúan, porque aquello fortalece tanto el impacto como el realismo de la visualización.
Un poderoso ejercicio mental, en el que prestas total atención al sentimiento, en perfecta conexión con la alegría, la paz interna y la satisfacción plena, que acompañan cada momento. De tal manera y poder es esto, que el cerebro acepta la versión de tu nueva narrativa y el corazón vibra con ella, como la real posibilidad de vida que para él ya es. Todo en su conjunto, fortalece con la práctica permanente, la capacidad inherente de atraer experiencias deseadas a la existencia cotidiana y comprueba aquel dicho ancestral que dice: ¡Todo es posible!