LENNY Z. PITO BONILLA @CreaciónpsicologíaXXI
Marzo 8 Dia Internacional de la Mujer, otra oportunidad para observar el valioso posicionamiento de la mujer, justo en el primer cuarto de siglo de la presente era. Los avances cuánticos a nivel mundial dados por ella, en todos los estamentos, son significativos y muy a pesar, de los grandes desafíos que todavía hay por superar.
Desafíos por supuesto estructurales y sistemáticos entre los que se destacan: Falta de igualdad de género, inequidad en educación, violencia en todas sus formas, feminicidios, irrespeto por los derechos humanos, discriminación, brecha salarial, limitaciones en empoderamiento económico, fuerza laboral, emprendimiento diversificando e innovando, subrepresentación en liderazgo político o deficiencias en legislación y políticas públicas, que entre otros, tienen implicaciones individuales y macroeconómicas, minimizando el potencial del desarrollo tanto personal como social.
Sin embargo, como psicóloga y mujer, destaco el poder interno del alma fémina en proceso transformador y desde él contribuyendo a la transformación de la humanidad. En línea con especialistas en la materia, resalto aquellas fuentes destacadas de la mujer actual como: El incremento en su autocuidado, una autoestima más equilibrada, confrontar con mayor determinación los daños emocionales, sanar, responsabilizarse de su existencia, tomar acción frente a su desarrollo integral y alcanzar a pesar de la adversidad, satisfacción personal, familiar, profesional o social.
Cada vez más la mujer vibra en conciencia y aprovecha las oportunidades e incluso las situaciones difíciles, que ve como lecciones lejos del victimismo, para ocuparse de aprender de cada experiencia, crecer de manera holística, conectar con su esencia y, aportar con misión de servicio y propósito de vida.
Un sendero retador y al tiempo motivador, en el que la energía femenina a elegido sin importar las circunstancias, vibrar en vitalidad, gratitud, felicidad, amor propio y sabiduría divina. En la búsqueda de alcanzar logros, consolidar posiciones y estabilizarse como persona, para desde ahí formar una familia, educar hijos, desarrollar su potencial, aportar al mundo productivo y ser ente de impacto.
Otros desafíos, pero del alma, ya que la mujer de hoy como en ningún otro momento de la historia ha afrontado grandes coyunturas; un proceso aceleradísimo de avances en especial tecnológicos, el reto de ser autodidacta y la carrera de cumplir múltiples roles, sin dejar de ser ella misma: Esposa, madre y eje fundamental de la institución más importante llamada familia.
En ese caminar quizá también experimenta impotencia, estancamiento, agotamiento mental, cuestionamientos, competencia extrema debido a la influencia de la internet, las redes sociales o la inteligencia artificial, sin duda una carga emocional muy alta, que genera luchas internas de gran calibre y que incluso en ocasiones, minan la seguridad en sí misma.
Compaginar las múltiples actividades diarias, con las grandes tensiones económicas, políticas o sociales en el contexto cercano o internacional. La participación en posiciones de elección, decisión y poder. Afrontar la disyuntiva entre ponerse en primer lugar, ejercer el amor propio, mantener en equilibrio su salud física y mental, pero en paralelo ocuparse de los demás, ser generosa, solidaria y empática, se convierten en vías de ida y vuelta entre el desgaste, la frustración, pero también la satisfacción.
Hago énfasis en lo que la psicología denomina generatividad, que el psicólogo Erik Erikson definió como «la capacidad interna de transmitir algo de valor a las siguientes generaciones». Una habilidad valida tanto en hombres como mujeres, pero que en ellas es de especial relevancia por su papel maternal, de primeras educadoras y transmisoras por excelencia de valores. Hoy por hoy portadoras significativas a la par del hombre, pero que siguen siendo las principales gestoras en la vida familiar, madres que por naturaleza contribuyen de manera significativa en el desarrollo de sus hijos, pero además en el colectivo.
Lleva la mujer décadas reinventándose en medio de la cotidianidad, con desaciertos y aciertos, dentro de una comunidad mundial mayoritaria, con más personas en edad mediana y madura, sobrepasando los ochenta años de vida, avanzando hacia los noventa y, alcanzando los cien, buscando ser inspiración para niños y jóvenes. En vía ascendente, aportando a su transformación y evolución personal, pero también a la de otros; creando valor, compartiendo sabiduría, aportando excelencia y vibrando en plenitud.
¡Felicitaciones mujer poderosa!