Por: Harold Mosquera Rivas
Para los trabajadores colombianos, el momento de cambiar la condición de activos a pensionados, es sin lugar a dudas una decisión que gravita por sus mentes durante mucho tiempo.
El primer elemento de análisis es la gran diferencia entre el valor de la pensión de vejez que se recibirá, comparado con el valor del salario y las prestaciones sociales que recibe el trabajador activo. Por ejemplo, dependiendo de diferentes factores, un trabajador que recibe un salario promedio de 5 millones de pesos, incluidas las prestaciones, podría quedar con una pensión de 2.5 millones de pesos, es decir que, sim se pensiona, su ingreso promedio se va a reducir en un 50 por ciento.
Esa diferencia tan elevada, hace que, a pesar de contar con la edad para pensionarse y tal vez con las ganas de pensionarse, después de 3 o 4 décadas de labor, la economía familiar impida tomar la decisión. Pues en estos tiempos, por regla general, son los abuelos quienes apoyan a los nietos en sus estudios universitarios.
Sobre esta base, encontramos las empresas, tanto públicas como privadas, con un número importante de trabajadores de planta, que ya son adultos mayores, pero que no se quieren, o no se pueden pensionar todavía. En algunos casos el motivo de permanencia en el trabajo es que no tienen nada que ir a hacer a la casa, o que le temen a pasar el día entero en la casa sin tener un plan de vida y de acción definido.
Pues son muchos los casos de trabajadores que se pensionaron y a los pocos meses de inactividad laboral, fallecieron. Lo que lleva a muchos a considerar que, pensionarse es asumir un riesgo de muerte.
Otro factor que incide en la decisión pensional, es el mandato legal según el cual, las pensiones se reajustan cada año en el mes de enero, en el mismo porcentaje de incremento de la inflación del año inmediatamente anterior, certificado por el Dane, mientras que el salario mínimo, está subiendo por encima de ese porcentaje, con lo cual, en el tiempo, todas las pensiones se aproximan al salario mínimo.
Así las cosas, quien se pensiones con una suma igual a 2 salarios mínimos, después de 20 o 25 años, tendrá una pensión igual a 1 salario mínimo. Con lo cual, sus condiciones de vida serán mucho más precarias que en el primer año de pensionado.
Este panorama nos muestra que, así como era necesaria una reforma pensional, también es necesario preparar a los trabajadores durante la vida laboral, para que, cuando llegue la edad de la pensión, tanto en lo emocional como en la económico, tengan las condiciones adecuadas para pensionarse y sobrevivir por muchos años a esta trascendental decisión. Esto presupone la participación de los gobiernos con políticas publicas orientadas a lograr ese objetivo, pero también requiere la participación de empleadores y trabajadores para pactar acuerdos colectivos en los que, los trabajadores al momento de alcanzar su edad pensional, puedan retirarse del empleo y tener una etapa pensional digna y decente.