Por: Felipe Solarte Nates
El ministro de Defensa, general Pedro Sánchez Suárez, anterior comandante de operaciones especiales de las fuerzas militares, decidió retirarse del servicio para asumir el cargo como civil, y evitar la renuncia de generales de rango superior y una crisis en las Fuerzas Armadas.
Con Iván Velásquez en el MinDefensa, Petro logró cambios en las Fuerzas Armadas, depurando personal comprometido en actividades ilícitas y violación de los derechos humanos; pero por coincidir su gestión con el cese al fuego de la “Paz total”, -en la práctica sólo cumplida por las FFAA del Estado-, en regiones del país, como Putumayo, Nariño, Cauca, Chocó, Catatumbo, Arauca, Antioquia, y departamentos de la Amazonia, fue notoria la expansión de guerrillas y paramilitares reciclados en el Clan del Golfo y otras bandas enfrentadas entre ellas por controlar la población, sus movimientos, organizaciones comunitarias y sus líderes, algunos asesinados. También territorios, economías legales e ilegales,la construcción de vías, colegios y otras obras que no han hecho instituciones del Estado en regiones apartadas.
Mientras en la presidencia de Santos la paz con las FARC fue negociada en medio de combates entre guerrillas y FFAA, el presidente Petro, buscando desmovilizar a todos los grupos armados autoproclamados de izquierda o derecha, -convencido de que su nueva política de “Paz Total” iba a ser aceptada de buena fe, nombró varios equipos negociadores.
Sin embargo, después, que, en la noche del 31 de diciembre de 2022, Petro hizo el lanzamiento de la “Paz Total”, los grupos armados aprovecharon el cese al fuego, que en la práctica solo ejercieron las FFAA, para extenderse por todas las regiones del país.
Desde entonces, a pesar de que en el último trecho del gobierno de Santos y en los 4 años del gobierno de Duque, el Estado no había ocupado las regiones donde dominaba la guerrilla, en el departamento del Cauca fuimos testigos de la feroz lucha desencadenada entre disidencias de las FARC, el ELN y seguidores de Iván Márquez, en municipios. que después del acuerdo de paz de 2016, habían permanecido sin activa presencia guerrillera.
A partir del anuncio del cese al fuego de la “Paz Total”, zonas rurales de poblaciones ubicadas en la cordillera central como Toribio, Miranda, Corinto, Santander de Quilichao, Caloto, Caldono, Silvia, Totoró, Puracé Inzá, Belalcázar y de los vecinos departamentos del Huila Caquetá y Putumayo, además de los ubicados en la cordillera occidental: Argelia, El Tambo, Cajibío, Morales, Suarez, Buenos Aires y los 3 municipios de la costa pacífica, fueron escenario de feroces enfrentamientos entre guerrillas del ELN, disidencias de las FARC y en menor escala de seguidores de Iván Márquez; mientras Ejército y Policía permanecían encuartelados -sin poder intervenir en defensa de la población campesina, indígena y de comunidades negras, paralizadas en medio de combates-, mientras los combatientes usaban viviendas y escuelas como parapetos, y los habitantes, escondidos o desplazados, intentaban proteger su vida y la de sus hijos, amenazados por el reclutamiento forzado.
Al convencerse que fue engañado por grupos armados y constatar el crecimiento de inseguridad en poblaciones apartadas, principales vías y ciudades del país -sujetas a atentados y frecuentes retenes ilegales aprovechados para robar camperos, maquinaria y otros vehículos-, el presidente Petro, preocupado por la suerte de la coalición de gobierno y las elecciones de 2026, decidió jugársela por un ministro de Defensa de origen militar, que intente controlar el avance de los grupos armados, por lo menos en los 18 meses de gobierno restantes, y de pronto, obligarlos a negociar, al sentir más garrote que zanahoria.
Con mayor razón, si en 2026, busca ganar curules en Cámara y Senado y que lo suceda su candidato del Frente Amplio encabezado por el nuevo partido nucleado alrededor del Pacto Histórico, el partido Verde, las circunscripciones de paz y demás grupos que votaron por el presidente Petro, y que en la actualidad intenta reconfigurar el cuestionado Armando Benedetti, al entrevistarse con congresistas y dirigentes de los partidos Liberal, Conservador y de la U, para que, de nuevo, apoyen reformas como la Agraria, Pensional, a la Salud, Educativa, Laboral, Política, a la Justicia, Electoral, entre otras que no han tenido éxito en su tránsito por el Congreso de la República.
