La Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente (SEDAM) realizó la entrega de insumos y materiales pecuarios a más de 150 productores rurales en el marco del programa de Pagos por Servicios Ambientales (PSA).

Entre montañas verdes y valles fértiles, donde el trabajo campesino es sinónimo de dignidad, el municipio de Patía ha dado un nuevo paso hacia la construcción de un modelo agropecuario que respeta la tierra y asegura el bienestar de sus habitantes. Esta semana, en cumplimiento del Plan de Desarrollo Municipal y del Decreto 953 de 2013, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente (SEDAM) realizó la entrega de insumos y materiales pecuarios a más de 150 productores rurales en el marco del programa de Pagos por Servicios Ambientales (PSA).
La jornada, vivida con esperanza por las comunidades campesinas, tuvo como propósito incentivar la conservación de los recursos naturales mientras se fortalecen las prácticas productivas del campo. Un equilibrio necesario que, como lo expresó el alcalde Jhon Jairo Fuentes, “no es solo una entrega, es un pacto entre comunidad y naturaleza”.
Sembrando futuro en el corazón del Cauca
La entrega de insumos –que incluyó concentrados, herramientas y materiales pecuarios– beneficia a productores de veredas como El Tuno, Piedra Sentada, La Cristalina y El Hato, entre otras. Para muchos, este apoyo representa una oportunidad concreta para mejorar sus unidades productivas sin comprometer el entorno natural.
“Es una ayuda que no solo mejora nuestras fincas, también nos motiva a proteger las quebradas, a sembrar árboles y a usar mejor el suelo”, comentó doña Rosa Martínez, productora beneficiaria. “Aquí vivimos del campo, y si el campo se seca, nos secamos todos. Por eso este apoyo vale oro”.
Pagos por Servicios Ambientales: conservar produciendo
El programa PSA, reglamentado a nivel nacional por el Decreto 953 de 2013, busca reconocer económicamente a quienes ejecutan acciones de conservación ambiental. En Patía, esta política se ha transformado en una estrategia de fortalecimiento técnico y productivo para los campesinos, a través de entregas directas e iniciativas educativas.
“El PSA busca equilibrar dos necesidades vitales: la protección del medio ambiente y la producción de alimentos”, explicó Edna Páez, secretaria de Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente. “Es una estrategia para que nuestros campesinos sean aliados de la naturaleza y garanticen la seguridad alimentaria local”.
Las acciones incluyen capacitaciones en prácticas sostenibles, como la reforestación con especies nativas, el manejo adecuado de fuentes hídricas, la rotación de cultivos y la implementación de sistemas silvopastoriles.
Compromiso institucional y comunitario
Durante la jornada, realizada en distintos puntos del municipio, se evidenció una activa participación de las comunidades rurales. Las asociaciones campesinas, protagonistas de este proceso, resaltaron la importancia de sentirse respaldadas por las instituciones.
“El papel de nuestras asociaciones ha sido clave. Ellos son los verdaderos guardianes del territorio”, señaló el alcalde Fuentes. “Por eso desde la Alcaldía estamos comprometidos con brindarles herramientas, asesoría técnica y recursos”.
Además de los beneficios inmediatos, la administración municipal apunta a generar un impacto duradero. El programa PSA ya ha logrado intervenir más de 1.000 hectáreas en proceso de conservación y ha permitido la recuperación de áreas degradadas, contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de acción por el clima, vida de ecosistemas terrestres y hambre cero.
Hacia un Patía resiliente y autosuficiente
La SEDAM anunció que continuará fortaleciendo este proceso mediante nuevas capacitaciones en manejo de suelos, producción agroecológica y uso eficiente del agua. También se busca consolidar un banco de semillas nativas y fomentar la producción de abonos orgánicos comunitarios. “Queremos un municipio donde la gente pueda vivir dignamente del campo sin sacrificar los bosques y las fuentes hídricas”, recalcó Edna Páez.

Don Pedro Llanos, ganadero de la vereda Piedra Sentada, resume el sentir de muchos: “Ahora tenemos más conciencia de que cuidar la naturaleza no es un lujo, es una necesidad para que nuestros hijos también puedan vivir del campo”.
Un territorio que florece
Lo ocurrido en Patía es mucho más que una jornada de entrega de insumos. Es la confirmación de que el desarrollo rural sostenible es posible cuando hay voluntad política, participación comunitaria y compromiso ambiental. El municipio se posiciona como un ejemplo de cómo sembrar esperanza y cosechar futuro en el corazón del Cauca.
“Este es el momento de creer en nosotros mismos, de proteger lo que es nuestro y de avanzar juntos”, concluyó el alcalde Fuentes. “Porque el desarrollo no está en destruir, sino en construir con respeto a la vida”.
Así, Patía florece como un territorio que cree en su gente, honra su tierra y cultiva un porvenir verde, justo y resiliente para las generaciones que vendrán.