
Hombres armados que ingresaron hasta su vivienda en zona rural del municipio de Silvia (Cauca) y los mataron a balazos. Ellos administraban un proyecto colectivo dedicado a la producción de aguacate hass.
El legado de Florilba y Ferney: el aguacate Hass como semilla de reconciliación en Silvia, Cauca
En las montañas de Silvia, un proyecto agrícola se convirtió en un símbolo de esperanza, trabajo colectivo y transformación. Se trata de la producción y distribución de aguacate Hass, una iniciativa que reunió a comunidades indígenas nasa y a más de 240 personas en proceso de reincorporación, en un esfuerzo por construir una paz duradera desde la tierra y el trabajo.
Florilba Ramos y Ferney Elago fueron dos de las principales líderes de este modelo productivo que buscaba no solo el sustento económico, sino también la reconciliación social en una región marcada por el conflicto armado. Con manos firmes y visión colectiva, apostaron por el cultivo del aguacate como una alternativa sostenible y digna para quienes decidieron dejar las armas y sembrar futuro.
Florilba, mujer indígena, madre y campesina, encontró en la agricultura una forma de crecer y reconstruir su vida junto a su familia. “Me gusta estar aquí, me gusta trabajar y estar con los compañeros. Y sé que estoy haciendo un buen trabajo porque han crecido los aguacates y ha crecido el proyecto”, expresó en una de sus últimas entrevistas. Sus palabras, llenas de convicción, hoy resuenan con fuerza tras su trágico asesinato.
La noticia del asesinato de Florilba Ramos y Ferney Elago ha conmocionado a la comunidad de Silvia y a quienes acompañan los procesos de paz territorial en Colombia. Más allá de su liderazgo productivo, ambos representaban una nueva forma de convivencia, basada en el respeto por la tierra, el diálogo intercultural y la construcción colectiva.
Este proyecto de aguacate Hass no solo generaba empleo y sostenibilidad, sino que se convirtió en un ejemplo nacional de cómo la economía solidaria puede unir a comunidades que antes estuvieron en orillas opuestas del conflicto. La articulación entre excombatientes, comunidades indígenas y campesinas fue, y sigue siendo, una apuesta valiente por la reconciliación.
A pesar del dolor y la indignación que deja esta doble pérdida, las más de 240 personas vinculadas al proyecto han expresado su voluntad de continuar. “No podemos dejar que el miedo nos detenga. Ellos sembraron esta esperanza, y ahora es nuestra responsabilidad hacerla crecer”, manifestó un miembro de la iniciativa.
La producción de aguacate Hass en Silvia es mucho más que una actividad agrícola: es una estrategia de vida, una respuesta a la guerra, una forma de decir que sí es posible otro país, con justicia social, respeto por la vida y oportunidades para todos.
Hoy, Colombia llora la pérdida de Florilba y Ferney, pero también los honra manteniendo viva la semilla que sembraron. Que su legado florezca como los árboles de aguacate que ayudaron a cultivar.
Se pronuncia la ARN
Desde la Agencia para la Reincorporación y Normalización, ARN, rechazamos el asesinato de Florilba Ramos Morano y Ferney Elago Caviche, firmantes del Acuerdo de Paz que le apostaron a la construcción de un país en paz desde el trabajo colectivo en el campo.
Ambos adelantaban su proceso de reincorporación en Silvia, Cauca, como supervisores del proyecto de aguacate hass de la Cooperativa Multiactiva Ecomún Esperanza del Pueblo, Coomeep. Una iniciativa ejemplo de sostenibilidad y transformación económica y social en el territorio.
En lo corrido del año son cinco firmantes asesinados en Cauca. Sin duda, estos crímenes restan posibilidades reales de paz y debilitan los esfuerzos de reconciliación.

Como ARN hacemos un llamado urgente a respetar la vida de quienes cada día le apuestan a la paz desde los territorios.
Siempre recordaremos siempre a Florilba y a Ferney como dos personas comprometidas con el territorio y con el proceso de paz.