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De la basura al escenario: la increíble historia de Los Hermanos Lebrón, leyendas de la salsa

Una guitarra rota rescatada por un niño en Brooklyn marcó el inicio de una de las orquestas más influyentes del género tropical. Hoy, su legado se renueva con sangre joven y sabor caleño.

Todo comenzó con un hallazgo inesperado. Ángel Lebrón, entonces un niño de apenas 10 años, encontró una guitarra rota abandonada en la basura. Lejos de verla como un desecho, decidió llevarla a casa, la reparó con cinta y junto a sus hermanos dio los primeros pasos de lo que años más tarde se convertiría en una leyenda viva de la salsa: Los Hermanos Lebrón.

“Estaba toda rota, pero la recogí, le puse cinta y la llevé a casa para que mis hermanos y yo aprendiéramos a tocar”, relató recientemente Ángel entre risas durante su participación en The Suso’s Show, recordando con cariño los orígenes humildes del grupo.

Desde aquellos días en Brooklyn hasta los grandes escenarios del mundo, la familia Lebrón ha recorrido un camino forjado con talento, perseverancia y una profunda conexión con el ritmo caribeño. En 1967, tras lograr que un productor los escuchara en ensayo, lanzaron su primer álbum apenas dos semanas después de ser contactados por la disquera.

El resto es historia: con más de cinco décadas de trayectoria, canciones como Salsa y Control, La Temperatura o Diez Lagrimitas se convirtieron en himnos de la salsa clásica, consolidando a la agrupación como una de las más respetadas del género.

Hoy, esa herencia se mantiene viva con nuevas generaciones. América Lebrón, hija de Ángel, debutó oficialmente en la orquesta a los 16 años. A sus 17, ya ha grabado su primer álbum junto a su padre y postuló la canción Te Encontré a la categoría de Mejor Canción Tropical en los Premios Grammy Latinos 2025.

“América es como la Diana Ross de nuestra familia”, dijo Ángel orgulloso. Su complicidad va más allá de lo familiar: en el escenario comparten armonías, letras y una pasión heredada.

La agrupación también ha incorporado a jóvenes talentos como José Orlando, cantante caleño que creció escuchando salsa en su barrio y soñaba con formar parte del grupo. Hoy, tras más de una década con Los Hermanos Lebrón, vive ese sueño cada vez que sube a una tarima.

A ellos se suma Johnny, un puertejaeño que abandonó su sueño de ser futbolista por seguir el llamado de la música. “Mi sueño era el fútbol, pero el camino me llevó a la música”, contó.

Con casi seis décadas de historia, Los Hermanos Lebrón no solo siguen activos, sino que encarnan una fusión vibrante de tradición y renovación. Su música sigue sonando en Cali, Nueva York y más allá, demostrando que un legado puede comenzar incluso con una guitarra rota… si hay corazón para hacerla cantar.

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